Travis Fue mucho más fácil de lo que pensé. Después de todo ¿quién en su sano juicio rechazaría una pensión tan generosa como la que le ofrecí? Allie Bateman era tan inteligente como aparenta, sabe lo que le conviene. Cuando llegué a mi departamento me sorprendió encontrar a Danna esperándome, con una pierna recargada sobre la pared con un ajustado vestido color lavanda. —Hola preciosa —saludé, estaba a punto de besar sus labios, pero ella se apartó. —Vi la noticia Travis. Felicidades —ella me mostró la nota de nuestra página web, lucía molesta. —Gracias, supongo —me encogí de hombros. —Eres un cínico Travis —me reprochó —me duele saber que no confías en mí, me duele saber que elegiste a otra mujer antes que a mí. —Basta Danna, estás haciendo un drama —no estaba de humor para lidia

