Puse la mirada en sus ojos y estos me estaban mirando fijamente
- Yo...... Eh - no sabía que decir, seguía en shock y necesitaba asimilar todo
Megan que estaba a un paso de distancia de mi lado y con el cuerpo girado hacia Jack, se acercó más y se giro en mi dirección. Mirándome expectante a ver cuál era mi reacción.
- Ariel - Margaret habló mirándome fijamente - lo que te acaba de enseñar Jack es una prueba de las habilidades que tenéis los dos y pensamos que por eso van a por vosotros - Háblanos, dinos algo
- No os conozco - niego con la cabeza echándome hacia atrás - solo quiero irme y seguir con mi vida como estaba - aunque sabía que mi vida acababa de cambiar para siempre, unos tipos me buscaban para llevarme a quién sabe dónde y resulta que hay otra persona con habilidades igual que yo, incluso puede haber más de ellas.
Caigo al sofá rendida mentalmente y físicamente, la hinchazón en mi cara me recuerda al moretón que tengo y que seguramente en unos días se ponga de peor aspecto.
- Creo que tú te has dado cuenta ya, pero tu vida nunca a sido normal y lo siento pero nunca lo podrá ser - habla Megan, logo hace una mueca y me mira suavemente
- lo mejor es que te acuestes, estás cansada y todavía tienes que asimilar algunas cosas. Jack te dejará su habitación para que descanses - la miró con interrogación y ella me responde antes de que formule la pregunta - Jack dormirá en el sofá, no pasa nada
Vuelve ha hablar antes de que yo pueda abrir la boca
- No pienses en irte a tu casa porque no, esos hombres seguro que sabrán donde vives e irán a buscarte, lo mejor que puedes hacer es quedarte aquí, por lo menos hoy.
Solo pude llegar a asentir, todavía estaba asimilando la idea de que otra persona tuviera tambíen habilidades como yo, desde que aparecieron pensé que era la única y lo he ocultado desde entonces
Bién, te acompaño, sigueme - seguí a Megan por las escaleras hasta entrar en la habitación en la que había despertada, ahora podía detallarla mejor que no estaba confundida, no, me retracto, tan confundida como antes, sigo confundida con mucha cosas
La habitación era, ni muy grande ni muy pequeña, tamaño perfecto diría yo, y tambíen bastante simple: paredes blancas, una cama matrimonial pequeñacon sábanas azul oscuro, dos mesitas de noche a cada lado con algunos libros encima, unas estantería con más libros, un armario empotrado y la puerta del baño. Había una ventana que daba a a calle, por la que se podía ver el parque que había en frente, y debajo de esta, había un escritorio grande con una silla negra de las que son de oficina. La única foto de la habitación me llamó la atención.
Me acerqué a verla estaba enmarcada en la segunda fila de la estantería con libros. En la foto aparecían dos personas frente a una casa bastante pequeña.
Estaba Megan hincada con una rodilla en el suelo sujetando un cuerpo pequeño. Ella parecía tener unos años menos que ahora y tenía una cara de felicidad que deslumbraba lo feliz del momento. Mientra que a quién sujetaba en el suelo era un niño pequeño, tenía que tener ocho años como mucho. Pero lo que más destacaba era su sonrisa, era una foto feliz.
Al fijarme mejor en el niño, me cuesta reconocerlo, porque actualmente no sonríe, pero al final lo hago, es Jack. Y me hace preguntarme qué habrá pasado para que se le quitara esa sonrisa tan bonita.
- Ese día había llevado por primera vez a Jack al parque acuático - me sorprendo al ver a Megan al lado mío también mirando la foto, no la había notado - nos lo pasamos tan bien ese día. Aún recuerdo lo feliz que estaba por ir, se pasó toda la semana nervioso, y se portaba bien para que no lo castigara sin ir - suelta una risa por lo bajo, y hace una mueca entre divertida y triste. No quiero preguntar pero la intriga me mata
- En esa época él fue muy feliz - se le ensombrece la cara al seguir hablando - por desgracia, no pudo permanecer por mucho tiempo la felicidad
No quiero preguntar, seguro que la pasaron mal por alguna cosa. La entiendo al no decirlo, yo tampoco diría nada sobre mi pasado
- Bueno, las sábanas están limpias,también te he dejado un pijama mio viejo que ya no me queda - señala a la ropa que está doblada en la cama - si quieres algo solo llámame, estoy en la habitación de al lado - se va pero antes de cerrar la puerta se gira dice - Buenas noches Ariel
Antes de que se valla, intento encontrar mi voz para hablar
- Buenas noches Megan
Se va cerrando la puerta, y yo voy a la cama a por el pijama. Lo desdoblo y veo que está bastante bien. Es una camiseta de manga larga simple de color azúl y unos pantalones, que parecen mayas pero de pijama con dibujos de estrellas.
Me desnudo, quitándome la ropa y también el sujetador, no puedo dormir con él se me hace demasiado incómodo. Al ponerme el pijama me doy cuenta de que es mi talla, excepto que los pantalones no me van tan apretados.
Voy al baño para hacer mis necesidades antes de meterme en la cama, que cabe aclarar que es más cómoda que la mía. Pero de lo que me doy cuenta es del olor masulino que hay impregnado en las sábanas.
Entierro la cara en la almohada y huelo el delicioso olor que hay, que bien huele.
Empiezo a darle vueltas a la nueva información. Primero, hay una persona con habilidades como yo, y puede que haya más. Segundo, unos hombres me persiguen para llevarme a quién sabe donde. Cuarto, Estoy en una casa ajena y me voy a quedar a dormir, cosa que no puedo conseguir a veces ni en mi casa. Y último, no sé qué hacer o cómo reaccionar. No sé si tendría que confiar en Margaret y en Jack. Hay muchas personas malas que parecen buenas, y eso lo sé de primera mano.
Tienen que ser ya como las cinco de la mañana y no he logrado conciliar el sueño. Me incorporo en la cama y me concentro en lo que quiero hacer.
Creo una bola de agua en mi mano derecha y me imagino unos delfines nadando y saltando, como si estuvieran danzando sobre el agua, dando giros y piruetas, nada más pensar en ello, el agua lo reproduce, como si los delfines que estoy creando cobraran vida.
Me paso horas creando figuras y haciéndolas danzar y es, probablemente, el único momento del día en el que tengo paz.
Lo suelo hacer casi todas las noches en las que no puedo dormir, uso mis poderes para distraerme del mundo real, me sumerjo en mi mundo, básicamente expreso mis emociones con el agua, me siento bien cuando esta me envuelve las manos, como si fueran caricias.
No me doy cuenta, pero a alguna hora me quedo dormida
....
Me levanto con unos golpes en la puerta, miro a la ventana y por la luz que entra supongo que darán más de las diez de la mañana
- Ariel, cariño, ¿puedo pasar? - se escucha la voz de Megan al otro lado de la puerta
Después de acordarme de todo lo que esta pasando y donde estoy Me aseguro de que voy vestida decentemente, aunque el pijama me lo prestó ella, nunca se sabe si mientras duermes se te sale un calcetines o se te enreda la camiseta subiéndose
Formulo un "si" Y la puerta se abre segundos después, por esta apetece una Morgan feliz vestida con unos vaqueros azules y una camiseta negra
- Son las 11:30 pasadas, no te quería despertar pero hice huevos fritos y se enfrían. Si no quieres huevos he ido al super y he comprado más cosas por si quieres algo más - se va a dar la vuelta pero vuelve a posar sus ojos en mí como si se acabara de acordarse de algo - en cuanto a la ropa, te puedes poner la que traías puesta ayer o bajar en pijama, no nos importa, pero si no quieres no pasa nada y luego ya veremos qué hacer.
Se va cerrando la puerta tras de ella, me levanto de la cama y me meto en el baño para hacer mis necesidades, al salir cojo la ropa que ayer había doblado y puesto encima de la silla. Me la pongo y salgo de la habitación hacia las escaleras
Al bajar me llega el olor de huevos fritos y la tripa me ruge por la falta de comida, llego a la cocina y me encuentro a Jack sentado en la mesa y a Morgan de pie haciendo huevos
- Hola - digo por lo bajo. Los dos giraron a verme y mientras Morgan me da una sonrisa, Jack se me queda mirando fijamente con esa mirada penetrante que me hace ponerme nerviosa.
Me siento en la silla de al lado y ahora que lo tengo más cerca y con más claridad, puedo ver que sus ojos son grises, pero un gris tan oscuro que se puede confundir por el n***o.
Morgan se acerca con dos platos y nos lo pone en frente nuestra
- Aquí tienen chicos, yo ya he desayunado antes de ir al supermercado - me mira antes de seguir hablando - tengo ahora una llamada que hacer, osea dejó solos unos minutos vale
Aunque lo diga en general, la pregunta ha ido dirigida a mí, Megan está preguntando si voy a estar bien estando con Jack a solas, se siente bien que alguien se preocupe por mí.
Asiento a su pregunta silenciosa y ella me da una última mirada antes de salir de la cocina y dejarnos a los dos solos.
Empiezo a comerme los huevos fritos sin quitar la mirada del plato, eso no quiere decir que no pueda sentir su mirada penetrante clavada en mi, observándome.
Me sobresalto al oír su voz algo ronca hablar dirigiéndose a mí.
- Me imagino que por tu color de pelo tus poderes tienen algo de relación con el agua - dirijo mi mirada, que anteriormente se había quedado congelada en la mitad del huevo frito que hay en mi plato, a él.
Observo como su pelo de color blanco grisaceo con mechas rojas está despeinado como si hubieran pasad por ahú la mano varias veces y como unos cuantos mechones le caen por la frente. Lejos de lucir desaliñado, lo hace lucir más atractivo, más intimidante y misterioso.
En cuanto a su pregunta, no sé si puedo confiar en él, pero el hecho de que me haya salvado de unos hombres que querían llevarme, traerme a su casa, y no aprovecharse de mi estado de inconsciencia me da la suficiente confianza como para asentir a su pregunta.
- Eso creía - asiente pensativo y sigue mirándome igual.
Tengo la necesidad de agradecerle lo que ha hecho y también de llenar el silencio que se crea entre nosotros
- Gracias - murmuro bajito, tan bajito que dudo que él me haya escuchado. Se inclina en la mesa como si intentara escuchar mejor
- ¿Qué has dicho? - por el atisbo de sonrisa que aparece en sus labios, me ha oido, lo único que quiere es que lo vuelva a repetir. Ahora ya un poco más alto y mirándolo mal hablo
- He dicho que gracias
- Por qué me las das - no puede ser, o me está intentando provocar o es que realmente es imbécil
- Por haberme ayudado ayer con los hombres que querían llevarme y por traerme a tu casa - por la mínima sonrisa que aparece, pareciéndose más a una mueca me hace saber que ha conseguido su objetivo
- De nada - responde simplemente y ahora sí, se dedica a comer sin mirarme. Que chico más raro, quiere que hable y cuando lo hago el que calla es él