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AMELIE
Despierto y me estiro en la cama, un día más de ser la esposa del hombre más maravilloso del mundo y viviendo una luna de miel de ensueño una muy, muy placentera, creo que debimos empezar antes y disfrutar de nuestro amor de esa forma, no sé de cuanto placer me perdí, cubro mi rostro y me rio, ¡qué pensamientos tengo!
Me levanto, cubro mi cuerpo desnudo con una bata de seda y voy a ver el mar, me encanta verlo apenas despierto y de paso, veo a mi esposo, quien siempre está cerca de la piscina haciendo alguna llamada o con la vista perdida en el mar y me encanta verlo de esa forma, me quedo siempre mirándolo unos minutos y nunca se ha percatado de que lo hago, pero esta vez no lo veo por ningún lado, voy al baño para toma una ducha rápida y bajar a buscarlo.
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