Capítulo 015

2346 Palabras
Sus ojos se abrieron de manera abrupta, ese recuerdo parecía tan real que no pudo evitar girar la cabeza a la derecha observando en silencio la entrada del puente. Sus manos empezaron a temblar, su cuerpo se tambaleo al frente obligandola a sujetarse del barandal mientras su torso estaba inclinado hacia abajo con el rostro divisando el agua. - Mierda, estoy empezando a enloquecer. - Su voz era suave, aunque el tono de voz era bajo. - Los recuerdos del pasado aparecen de manera abrupta en mi presente, ¿Qué demonios esta ocurriendo? La Emperatriz comenzaba a creer que estaba enloqueciendo por tener que lidear con tanto papeleo. Sus ojos divisaron el reflejo tembloroso de la luna por el agua del río, su respiración se volvió más agitada a medida que intentaba buscar una explicación a lo que acaba de pasar, mientras intentaba encontrar respuestas menos aparecían de manera claras en su mente. Una tos desenfrenada golpeo su cuerpo, causando que una pequeña cantidad de sangre escapara de sus labios, las nauseas hicieron acto de presencia al mismo tiempo que un hilo de sangre comenzaba a bajar por la comisura de sus labios. La desesperación de los síntomas fiscos así como los recuerdos golpeando su mente sin detenerse, era la combinación perfecta para dejarla inhabilitada durante unos minutos. La exasperación estaba acabando con su racionalidad, en consecuencia, sus intentos por buscar oxigeno de manera adecuada fallaban. Un dolor intenso golpeo su pecho ocasionando que un pequeño gemido saliera desde el fondo de su garganta, por inercia, Olivia aumento la fuerza en el barandal hasta que sus nudillos empezaron a volverse blancos. - Ressaisis-toi* - Se dijo a si misma con una voz áspera debido a la frustración. - Eres la Emperatriz de este país, ¿Cuantas adversidades lograste pasar sola? Muchas, entonces no permitas que unos miserables recuerdos del pasado vengan a joderte. - Eran unas palabras duras. Fue su intento de regresar por si misma a sus cabales. - Respira.... Estas bien, estas bien. - Dijo en un vago intento de convencerse. - Busca cinco cosas que puedas observar en este momento... La primera es el reflejo de la luna. El cuerpo de la Emperatriz continuaba temblando mientras buscaba regresar su mente a la misma quietud de un rió. Enfocar su mente en la busquedad de objetos era uno de los pocos ejercicios que eran efectivos para calmar su mente caótica cuando la ansiedad intentaba hundirla. El destino puede ser caprichoso e incluso cruel para algunos seres humanos. En el momento menos oportuno, el peligro podría golpear tu puerta para amenazar tu vida. Esos eran los planes de la Diosa Safira. Un peligro apareció cercano a la joven emperatriz cuando su cuerpo curvilíneo seguía enfrentándose a los temblores así como las nauseas. El líder de la mafia Black Dogs logro colarse al Palacio Imperial de Impure sin problemas, el Vampiro sigo a la fémina desde uno de los pasillos oscuros hasta el Jardín Imperial. Su piel blanquecina brillaba ligeramente debajo de la luna, el hombre con una hermosa apariencia se encontraba recargado en el segundo barandal detrás del cuerpo de Ortswan, sus ojos dorados brillaban de una manera particular debajo de la luz de la luna. Anielka se relamió los labios mientras observaba en silencio cada movimiento del cuerpo ajeno, debía de admitir que el sufrimiento proveniente del cuerpo delgado, emitía un olor dulce que generaba que su hambre aumentara. Era gratificante ver ese dolor en su máximo esplendor, sin embargo, al mismo tiempo causaba enfado porque no su persona quien provoco tal sufrimiento. Empezó a caminar sobre el puente de madera, sus pisadas emitían un ruido mínimo que en circunstancias normales Ortswan hubiera sido capaz de notarlo. Olivia logro enderezarse aunque sus ojos continuaban cerrados mientras se enfocaba en controlar su respiración mediante la inhalación así como la exhalación. Era capaz de oler el dulce aroma de la sangre de la Emperatriz, una sonrisa lobuna apareció sobre sus labios delgados e incluso sus colmillos estaban a la vista. Sus espaldas estaban lo suficientemente cerca para rozarse en cualquier momento, el agua del rió permitía ver el reflejo de ambos. La mujer era completamente ajena a su acompañante, se concentraba únicamente en retener el aire en sus pulmones para después soltarlos. Anielka coloco su mano derecha a un lado de la mano de la joven que sujetaba con firmeza el barandal, inclino su torso para llegar al cuello contrario dispuesto a morderla para convertirla en su amante por el resto de la eternidad. Sin embargo, ese no era el destino que ambos debían de tener. En alguna parte del universo una mujer mantenía una suave sonrisa antes de mover sus dedos para cambiar las cosas. Una suave brisa movió el cabello rizado de la mujer causando que el cuello blanquecino de la emperatriz estuviera obstaculizado momentáneamente causando una mueca de disgusto en el hombre de ojos dorados. El olor de un perfume desconocido mezclado con sangre fresca causo que la joven Emperatriz fuera consciente que tenia compañía, abrió sus ojos oscuros de manera abrupta mientras su mano derecha empezaba a canalizar mana debajo de su agarre del barandal. Las acciones de ambos se vieron interrumpidas por un tercero. Los ojos dorados del Vampiro distinguieron el hierro brillante, una espada afilada se encontraba cercana a su manzana de Adán, el dueño del arma dejo una clara advertencia a la criatura sobrenatural quien ladeo la cabeza a la izquierda con una sonrisa burlona sobre sus labios. Ortswan aprovecho la oportunidad para alejarse de su atacante, cuando estuvo a una distancia segura para poder observar al joven sus cejas se fruncieron. - Tienes el atrevimiento de venir a mi Palacio, ademas de robarme. - La voz de Olivia sonaba fría, sin embargo, era posible distinguirse la sorpresa -. ¿Acaso deseas morir? - ¿De esa manera recibes a tu futuro Emperador? - Cuestiono causando que los dos humanos intercambiaran miradas rápidamente. - Tener una vida longeva debido de afectar su cerebro... - El pensamiento de la mujer de piel rizado fue dicho en voz alta, Alexander asintió con la cabeza debido a que creía que el vampiro debía de estar loco. - ¿Quién desearía amar a una mujer tan terrible? Ese hombre debía de estar loco como Adonis. - El albino sintió escalofríos en su espalda al momento de pensar en eso. Los ojos dorados del ser de la noche, buscaron con tranquilidad los ojos oscuros de la mujer más temida en el continente. En el momento que cruzaron miradas Anielka experimento el latir de su corazón después de cuatrocientos años, el palpitar desenfrenado de su corazón así como un suave calor instalándose en sus mofletes ante la mirada penetrante causaron que recordara sensaciones humanas que había olvidado. Una risa amarga escapo de lo profundo de la garganta causando escalofríos en la columna vertebral del híbrido que sujetaba con firmeza el arma. - ¿Por qué me esta mirando de esa manera, Majestad? Acaso desea ver el final de mis tatuajes.... - Menciono con calma causando que las mejillas de la fémina se sonrojaran, Olivia cruzo sus brazos sobre su pecho mientras mantenía una mirada calculadora. - Podría quitarme mi camisa, de todas maneras se sabe que es una mujer promiscua con un gusto especial en hombres con un cuerpo trabajado. - Estas loco... - Susurro la rubia antes de realizar un leve asentimiento con la cabeza al solado. Shadow mantenía su hermosa sonrisa sobre sus labios delgados, parecía no interesarle que el filo de la espada estaba empezando a cortar la piel de su cuello e incluso un pequeño hilo de sangre estaba naciendo. - Estas acciones son la única advertencia que tenderas. - La voz gruesa del joven con heterocromia logro que la mirada oscura estuviera sobre su persona. - Aléjate de ella, Anielka. Aléjate de Olivia Ortswan si aprecias tu vida miserable. La risa profunda de Shadow continuo, a media que pasaban los segundos se volvía más escandalosa. La mirada multicolor del fae se concentro por unos breves segundos en el cuerpo curvilíneo de la Emperatriz , su vestido se transparentaba debido al brillo de la luna, múltiples pensamientos indebidos golpearon su mente, sin embargo, la situación donde ambos se encontraban era terrible. En un pequeño intento por controlarse trago saliva antes de estirar su mano derecha hasta la mujer. - Su majestad, colóquese detrás de mi. - Dijo de manera tajante. - ¿Esconderme detrás de un hombre? - Una risa amarga acompaño el final de la pregunta, el mana que había empezado a acumular tiempo atrás era lo suficientemente fuerte para rodear sus brazo por completo. - No necesito esconderme detrás de ti. - Es peligroso. - Insistió el joven de orejas puntiagudas. - Quizás interpreto mal mis palabras, no intento protegerla porque sea una mujer... Intento protegerla porque es la líder de mi país, usted debe mantenerse viva para que esta tierra pueda seguir prosperando. - Claro... - Dijo sin creerle ninguna palabra, su mirada bajo a la palma de su mano izquierda, el mana acumulado estaba empezando a brillar a través de sus venas. - ¿Ese era el argumento que intentabas decir en el campamento? Tus palabras manifestaron que una mujer no debería de liderar. - Mi señora. - Sus mejilla se sonrojaron de vergüenza, el color rojo también estaba empezando a subir hasta la punta de sus orejas. - ¿Cree que es momento para discutir esto? - Sigan, esto es hilarante. - Los alentó Shadow a continuar perdiendo el tiempo, cada minuto que pasaban discutiendo de manera ridícula era una oportunidad para planear sus siguientes movimientos. El tiempo para los vampiros trabaja de manera diferente, mientras ellos intercambiaban esas palabras en cuestión de pocos minutos ante los ojos del joven de ojos dorados pasaban diversas posibilidades. Lamentablemente su capacidad mágica mostraba escenarios desalentadores para sus objetivos, tres escenarios... únicamente tres eran útiles para sus planes en el futuro. - Discutir con un híbrido empezó a aburrirme. - Las palabras de Oliva causaron que volviera a la realidad. Alexander mantenía una cara de póquer ante tal comentario. - Es momento de sacar la porquería de mi jardín. - ¿Estas hablando de mí? - Sus ojos dorados mantenían un brillo salvaje que anhela la destrucción, era el mismo brillo que estaba en los ojos negros. - Tus palabras duras lastiman mi corazón, aunque te niegues terminaras siendo mía. La paciencia de la mujer de cabello rizado llego a su limite. El mana fucsia que mantenía canalizado en sus manos salio disparado desde la yema de sus dedos como rayos, Shadow usando su velocidad inhumana alejo con el dedo indice el filo de la espada de su cuello antes de saltar hacia atrás evitando los múltiples rayos que estaban impactando a donde había estado unos minutos antes. Una sonrisa arrogante apareció sobre sus labios delgados cuando sus pies aterrizaron sobre el barandal, ladeo su cabeza a la derecha sin apartar la vista de la terrible mujer que anhelaba, su pulgar realizo el trayecto sobre su cuello para limpiar la sangre que resbalaba manchando su piel pálida. - Tienes un hermoso poder destructivo, Sweetie. - Dijo mientra sacaba su lengua, lamiendo su propia sangre. - Me pregunto... ¿Tu sangre también tendrá un sabor hermoso? - Me pregunto... - Dijo con una voz suave mientras una sonrisa sádica se instalaba en sus labios. - ¿Como reaccionara un asqueroso vampiro ante "El toque de la muerte"? La espada del joven Fae cambio, el hierro era de un color blanco que trasmitía una sensación de paz para quienes podían admirarla. En silencio usando mana del mismo color, arrojo una cantidad innumerable de cristales hasta el enemigo de turno, no obstante, él era extremadamente rápido, logro evitarlo la mayoría aunque recibió un par de cortes e incluso algunos cristales se incrustaron en sus brazos. En cuestión de segundos había logrado colocarse detrás del hada, agarrando por el cuello para empujar su cuerpo contra el suelo de madera. Se acerco hasta la oreja puntiaguda de su victima para susurrarle unas palabras venosas. - Una hada incompleta, no puede luchar contra un ser oscuro completo. Eres un hibrido, recuerda cual es tu lugar. - Dijo antes de soltarlo debido a los constantes rayos de mana que eran arrojados por la Emperatriz, Alexander cerro sus ojos para evitar quedar ciego por el brillo de cada impacto contra el suelo. - Sweetie ¿Por qué eres así? - .... Alexander aprovecho la oportunidad para sujetar la pierna contraria, ajorando a su adversario al suelo mientras una suave sonrisa inocente se instalaba en sus labios. Los cristales que se habían incrustados empezaron a moverse por los brazos de Shadow, un gruñido de quejas se escapo de sus labios mientras sentía como sus brazos estaban siendo oprimidos contra el suelo. - La naturaleza de las hadas es pura. - Dijo el joven antes de levantarse permitiendo que el mana de la mujer rodeara las extremidades del vampiro. - Sin embargo, mi naturaleza es diferente por nacer con sangre humana. Te demostrare porque los seres humanos temen a los híbridos de criaturas mágicas. El mana de color fucsia oscuro comenzaba a causar quemaduras en el cuerpo de su victima, mientras Alexander arrojaba unos cuantos vidrios adicionales para tener más control sobre su victima ocasionado una cantidad diversa de daño interno. Los suaves pasos de la mujer resonaban en los oídos del vampiro que parecía ser incapaz de sentir dolor, cuando Olivia estuvo cerca del cuerpo ajeno observo la sonrisa de oreja a oreja del contrario. En ese momento tuvo un mal presentimiento. - Algo esta mal. - Susurro para si misma, Alexander abrió sus labios para preguntar pero sus acciones se vieron interrumpidas. Humo de color gris rodeo todo el lugar, cuando Ortswan respiro aquella neblina sintió un dolor intenso sobre su pecho. Era un gas venenoso, intento abrir sus labios para advertirle al hombre que estaba acompañándola pero su vista empezó a nublarse, sus piernas perdieron fuerza, sus ojos se cerraron, su conciencia se desvaneció. Se desmayó
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