Capítulo 22
El Atardecer
Parte 8 / Concierto personal
[Santiago]
Es extraño como cuando se está solo en un espacio, lo único que se logra escuchar es tu propia voz, esa que permanece en tu mente mientras el cuerpo hace por inercia lo que debe hacerse, no hay necesidad de pensar o de enfocar la mente en una sola acción, tu cuerpo hace lo que debe mientras la voz de tu cabeza conversa de otros temas contigo mismo… en ese preciso momento estaba yo haciendo eso, siquiera sentía la moción del tiempo pues mi pensamiento aun repetía la imagen de Paula enojada marchándose y azotando la puerta como si nada, como si no tuviese que volver… y de hecho no lo haría, pensaba en todo eso a la vez que mi cuerpo seguía sus tareas normales, preparaba algo de comer y hasta había ido al baño total mente distraído de haberlo hecho, me sentía como en un pequeño trance, pero no era del todo malo, tan solo un síntoma normal de una mente y un corazón cansados. Me quede en silencio tan solo acompañado por mi voz interior que supervisaba la comida y lo que estaba preparando, afuera, aun caía la lluvia con fuerza, lo hacía cada vez más fuerte hasta el punto que el agua se había represado en el suelo del balcón, el pequeño desagüe ya no daba más al evacuar el agua así que tuve que prepararme para cuando el agua entrara, pase los minutos en silencio, con la mirada perdida en el cristal de la ventana cubierto por las gotas de lluvia, pero no olvidaba la estufa encendida, mucho menos ignoraba que en mi mente aún estaba la canción que toque tan solo a la mitad justo antes de que lloviera más fuerte, podría jurar que en algún lugar alguien había escuchado mi canción, me gustaba pensarlo de esa manera, al igual que cada tarde acompañaba el atardecer con mis ensayos que se volvían una sesión de improvisación, quizá alguien me escuchaba, al menos alguien de mi edificio, al menos en el sentido de que les era molesto.
Mi teléfono sonó en el instante que estaba sirviendo mi almuerzo, había preparado un poco de verdura y carne solamente, corrí a la sala para revisar el teléfono y note con sorpresa que era mi madre, no dude un solo segundo en contestarle, estaba algo preocupada, su voz me hizo notarlo de inmediato, mas no quiso contrae lo que sucedía, tan solo me explico que se había entrado el agua por el techo de su casa pues la lluvia estaba también cayendo al norte de la ciudad, en el momento que la escuche decirlo, me asome por la ventana y en verdad no había esperanza alguna de que esa tarde gris terminara, pues la nube gris parecía ser infinita o tan grande como mi amor por la música y mi tranquilidad, converse un poco con ella mas no tocamos temas muy complejos, tan solo lo que había sido la noche anterior… todos de hecho solo preguntaban por eso… en fin, habla con ella un par de minutos hasta que me dijo que debía colgar el teléfono. Hablar con ella me rejuvenecía por un momento al menos mi ánimo y mi sentido de seguir adelante, con una grata sonrisa en mi rostro decidí sentarme en el sofá de mi sala para ver la lluvia caer por la ventana a la vez que comía algo. “El olvido es quizá la mejor manera de hacer las pases…” pensé de la nada mientras masticaba un trozo de carne… me quede en silencio a la vez que masticaba lento, no se me había ocurrido mejor frase desde hacía mucho tiempo, siquiera en mis canciones solía pensar tan claramente, tome mi teléfono y anote lo que había pensado, tome mi tiempo para pensar y seguir comiendo, una vez termine deje mi plato en la mesa de centro y me recosté sobre el sofá… tan solo me quede de nuevo en silencio, mirando el techo sintiendo por un momento la lluvia como si cayera sobre mi cuerpo, esa que afuera no daba tregua a los habitantes de la ciudad, yo deseaba sentirla, más que sentirla estaba dispuesto a vivirla, pero tampoco me saldría al balcón en medio del agua con el riesgo de caer al vacío, en su lugar hale una de las silla y me senté cerca de la ventana, tan solo me dedique a apreciar la vista, hasta que un resplandor en lo alto de las montañas lleno mi atención, sin embargo no se en que estaba pensando pues me concentre tanto en lo que había visto que al escuchar su estruendoso sonido, del trueno que había visto caer, me asuste y caí sorprendido de la silla en la que estaba… me sentí como un estúpido el no haber pensado que eso iba a suceder, sin embargo sonreí con algo de gracia al saber que me había tomado por sorpresa, me incorpore de nuevo en la silla y me quede viendo las montañas y los edificios, no lo note en ese instante pero el sonido del trueno había incluso movido algo en mi interior, como si no fuera ya suficiente todo lo que en mi ya pasaba. Luego de escuchar el sonido del trueno, el eco que hizo en medio de las calles y de los edificios, incluso eso que movió dentro de mí, la lluvia comenzó a bajar su intensidad, como si después de ese trueno ya no hubiese nada peor que pudiera caer del cielo, pronto y con paciencia el silencio en su expresión volvió al cielo y la ciudad pudo descansar de la lluvia de toda la tarde, la nube gris efímeramente desapareció o se fue a otro lugar para hacer su trabajo… honestamente creo que ella misma se habrá cansado de hacer una tarde gris, pronto se notó que con algo más de ánimo los rayos de sol, Ese que ya comenzaba a bajar del cielo para darle paso a la noche, iluminaban un poco más, al menos la tarde terminaría con un bello atardecer, luego de tanta oscuridad… sentí que era más que el momento oportuno para expresar lo que sentía, lo haría de la única forma que se me ocurría en ese momento, mas no sentía ya rabia al hacerlo, por el contrario, si una lluvia así que parecía ser interminable lograba hacer que un sol saliera de esa manera, que resurgiera de entre las grises nubes, pues yo mismo también podía salir de entre las nubes grises que había hecho la inseguridad de las otras personas y con algo de había dispuesto a tocar algo nuevo, algo UE había pensado, mas no me había decidido. Me levante de mía silla y me acerque de nuevo a la puerta del balcón y la abrí completamente dándole la bienvenida a la brisa y al aroma de la lluvia, busque el banquillo del piano y con algo de ánimo me senté pensando en cómo comenzaría de nuevo mi concierto