“El sabio no dice nunca todo lo que piensa, pero siempre piensa todo lo que dice” —Aristóteles. Fueron apenas unos segundos, pero pareció ser toda una eternidad el descenso a través de ese tobogán, Verz, Yuria y Alan trataban de aferrarse entre sí, tan pronto como descendieron comenzaron a golpetear contra las paredes, Alan fue el mas lastimado tratando de proteger a toda costa su guitarra, Yuria utilizó su poder para formar un campo de fuerza que los protegiera, lo cual resultó bastante útil, pues de lo contrario habrían muerto los tres. Verz también seguía aferrado al lanzagarfios, el tuvo de la cloaca terminaba para verter su contenido en un sistema de canal profundo más grande, es ahi cuando el cordón del lanzagarfios se enredó en una estructura tubular evitando que cayeran. Quedaron

