Capítulo 4

1467 Palabras
AIDAN La fiesta está en pleno apogeo. Darren y Evie están encima el uno del otro desde que se enteraron de que son mates. Darren es unas horas mayor que yo, y Evie es mayor por dos meses. Sonrío a la pareja feliz. Ahora ni siquiera puedo tener a Evie. Era una mujer hermosa que cualquier hombre soñaría con tener entre sus brazos. Miro y veo a Danielle coqueteando con un guardia, pero es Amber quien llama mi atención. Ella sonríe y se acerca caminando. —Finalmente te deshiciste de... —Antes de que pueda decir algo, Chloe aparece a la vista. Observo cómo pasa sus dedos por su cabello y sigue a Lee. Se acerca a mí y pone su boca sobre la mía. Huele a Lee. Sonrío. Miro a Lee, quien mira a Sara como si ella fuera su próxima víctima. No puedo evitar fruncir el ceño. El maldito tipo necesita un bozal. Chloe se separa y se gira hacia Amber. Su rostro se endurece y le gruñe. —Es mío, perra. Déjalo en paz. Amber mira fijamente a Chloe, imperturbable y sin inmutarse, ya que muchas lobas saben cómo es mi relación con Chloe. Puede que seamos novios, pero no hay amor entre nosotros. Bueno, al menos por mi parte. Lo único que quiero hacer es divertirme antes de encontrar a mi mate. Amber me mira, pero no dice nada. —Encuéntrame en mi habitación más tarde —le transmito mentalmente mientras la miro con una mirada cómplice—. Ella no estará allí. Trae también a Danielle. Quiero a las dos. Le guiño el ojo cuando Chloe se gira y me mira con una sonrisa. Mis ojos siguen enfocados en Amber mientras ella sonríe. —Alfa travieso. ¿Quieres a las dos esta noche? Sería mejor que la dejes, ¿cómo puedes estar con ella cuando huele a Lee? Él quiere tus sobras, ¿o está tan desesperado por acostarse con alguien? Se lleva a la puta desesperada de la manada. Encojo los hombros. —No sé cuál es su problema —murmuro—. Pero en cuanto a las dos, quiero tener el mejor cumpleaños de todos, y tenerlas a ambas en mi cama haría la noche aún más especial. Amber no dice nada mientras cierro el enlace mental. Abrazo a Chloe para darle la vuelta. Ella me mira y sonríe. —Cariño, ¿estás pasando un buen rato en la fiesta? Asiento con una sonrisa. —Sí, lo estoy —susurro mientras la acerco a mí—. ¿Tú te estás divirtiendo? —Oh, cariño, lo estoy pasando en grande —dice ella, mirando a su alrededor hasta que ve algo. Me levanto y veo a Lee alejándose, con Sara siguiéndolo. Sonrío. —Vamos, bailemos —susurro en su oído. Chloe asiente, lidera el camino hacia la pista de baile y me arrastra con ella hasta que estamos en el centro de la habitación. Nos movemos juntos. Después de unos minutos, bailamos algunas canciones, pero algunos guerreros irrumpen corriendo interrumpiendo la música. Los miro mientras se acercan a mi padre. Escucho para averiguar qué está pasando. Están buscando al beta David. Mis ojos recorren la habitación y lo encuentro desmayado en el sofá del rincón. Maldición, hombre, está borracho de nuevo. ¿Por qué tiene que beber tanto? Mis ojos van a mi padre. —Cariño, necesito averiguar qué pasa —murmuro a Chloe mientras la dejo. La oigo llamarme, pero la ignoro mientras me acerco a mi padre y a los guardias, que parecen preocupados. —¿Están seguros de que es su cabaña? —pregunta mi padre, mirando entre cada guardia. Los guardias asienten. —Alfa, es su cabaña —dice uno—. Estamos intentando contenerlo, pero... —¿Qué está pasando? —pregunto, mirando entre los dos hombres—. ¿Qué le pasa a la cabaña del beta David? —Joven Alfa, la cabaña del beta David está en llamas —responde el otro guerrero en voz alta. Se oyen suspiros audibles y murmullos. —¿Y Mia? —pregunta mi padre—. ¿Ella estaba ahí dentro? Me giro para enfrentar a mi padre con los ojos bien abiertos. Mia estaba allí. Nunca viene aquí. El rostro de mi padre se endurece, pero se ve el dolor en sus ojos. —Tienes que decírmelo —gruñe. El guerrero lo mira con una expresión de preocupación. —Señor, algunos miembros están intentando apagar el fuego, pero no sabemos si alguien está dentro, ya que el fuego ha arrasado toda la cabaña. Si estuviera dentro, no estaría viva. Siento un pinchazo de dolor, y mi lobo está inquieto. Ha estado inquieto toda la noche, pero nunca actúa así. Cuando miro hacia donde están mis amigos, todos están impactados, pero cuando mis ojos se posan en Chloe, ella lleva una gran sonrisa en su rostro. —La bruja por fin está muerta —murmura. Sé que algunos la escucharon, yo también, al igual que Darren, quien la mira con enojo. No quiero lidiar con ella. Mis amigos me miran, y todo lo que puedo sentir de ellos es preocupación y culpa. Hemos sido amigos desde la escuela, desde que todos teníamos cuatro años. También eran amigos de Mia en un momento, pero las miradas que me están dando ahora están llenas de preocupación y culpa. Puede que no nos guste Mia ahora, pero claramente hay algo mal. Tal vez ella prendió fuego a la cabaña por lo que hicimos, pero eso no estaría bien. Mi mente me está jugando una mala pasada. ¿Por qué me importaría Mia? No lo he hecho en mucho tiempo. Me doy la vuelta y me dirijo hacia mi padre. —¿Qué debemos hacer? —pregunto—. ¿Qué pasa con David? —Mis ojos se mueve hacia el pedo enfadado en el sofá, que no se ha movido durante toda la conmoción. Mi padre me mira mientras su rostro se endurece hacia su amigo. —No lo despertaremos —dijo, dándome la vuelta para enfrentarme—. Esperaremos hasta que se despierte, pero necesitamos saber si Mia estaba allí para decírselo de inmediato. —Suspira y pone su mano en mi hombro—. Aquí es donde puedes ser más Alfa, Aidan. Ve a la cabaña y ve si puedes encontrar algo. Intenta contener el fuego y aprender más sobre lo que sucedió. No quiero preocuparme por David hasta que tengamos respuestas. Asiento con la cabeza. —Llevaré a Lee y Darren conmigo —murmuro. Mi padre no dice nada mientras se vuelve hacia su amigo en el sofá. Sé que tiene más de qué preocuparse. Suelto un suspiro y miro hacia Lee y Darren. —Los dos, vengan conmigo —les digo mientras me acerco a ellos, pero abro un enlace mental—. Necesitamos descubrir qué pasó y si Mia estaba allí. También tenemos que contener el fuego. Ambos asienten, sin decir nada. Cierro el enlace mental y miro para encontrar a las chicas acurrucadas juntas en la esquina: Chloe y Sara. No tengo tiempo para juegos. Necesito hacer el trabajo que mi padre quiere que haga antes de que empeore. Miro a Amber y Danielle, que ahora me miran con tristeza, lo cual me confunde. Nunca conocieron a Mia. ¿Por qué actuarían así? —¿Qué les pasa a las dos? —les pregunto mientras me acerco a ellas, lo que las asusta. Ellas me miran fijamente. —No iremos a tu habitación más tarde —me enlaza mentalmente Amber y se da la vuelta. ¿Qué diablos acaba de pasar? Miro a Danielle, quien frunce el ceño. —Nunca nos molestamos porque todos nos contaron historias sobre ella, pero tienes que admitir, ¿son ciertas? —dice mientras mira hacia Chloe. La confusión se apodera de mí. —¿De quién estás hablando? —pregunto. Danielle me mira fijamente con una expresión de decepción. —Mia. Mi corazón se hunde. —Es gracioso, Mia estaba con todos ustedes un minuto, y al siguiente, Chloe forma parte de tu grupo y se mete en tus pantalones —expresa. Mis ojos se abren cuando se aleja—. Podrías haber obtenido algo de ella por cómo le gusta meterse con la gente. Observo cómo Danielle se dirige hacia el mismo lugar que Amber. La confusión y el shock me atrapan, ya que nunca me había hablado así. Ninguna de ellas es del tipo que actuaría así. Bueno, parece que mi noche de cumpleaños estaré solo. Me doy la vuelta y veo a Lee y Darren mirándome. Encojo los hombros y me dirijo hacia ellos. Camino hacia la puerta principal y choco directamente con una mujer. La miro. No es del grupo. ¿Quién es ella?
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