La vida de Rosario no había sido miel sobre hojuelas, la grandiosa mujer que era hoy se había forjado a base de duras experiencias y varios episodios sin sabores. Un exquisto té de rosa mosqueta en el balcón acompañó nuestra conversación y el sol de primavera nos reconfortó el cuerpo y el espíritu. -Hija creo que saber algo de mi historia te podría ayudar a ver las cosas de otra manera- dijo Rosario mientras dio un sorbo a su bebida caliente. -¿Estás segura Rosario que quieres compartir esto conmigo? -Más que segura- separó los labios de su taza y me regaló una sonrisa relajada Asentí con mi cabeza ante su sonrisa. -Mi padre era un hombre muy honesto y trabajador; luego de la muerte de mi madre, nos sacó adelante a mí y a mis tres hermanas menores. Pero un día las cosas se pusieron b

