—La perdí. La perdí—repitió, con su rostro desolado, la viva imagen de la desazón. —Si eres un hombre de verdad, el que nos ha dirigido todo el tiempo desde que tenías conciencia, no aceptarás eso como una verdad—Kaleb entró en ese momento—. Te levantarás e irás a por ella. Vas a luchar. No es de un Monahan entregarse de esta cobarde forma que has elegido. —No voy a … —Kaleb tiene razón—Jace también había ingresado—. Y te vamos a apoyar, en lo que sea. Esa tal Regina debe valer mucho si tu cabeza y tu corazón colapsaron por su ausencia. —Lo vale, claro que lo vale—afirmó Milo, aturdido—. Pero no sé qué podría hacer. He intentado… —Has hecho lo que acostumbras. Negociar, tratar de darle cosas. Cosas que, por lo que dices, no está dispuesta a tomar—Kakeb le contestó— Debes pensar con ma

