Prólogo
¿Por qué me había pasado esto? ... Yo no lo sabia.
¿Por qué estaba sucediéndome esto? ... Nunca lo entendí.
Un día, simplemente había apareció aquí sin más, sin previo aviso, sin ninguna pista de nada de lo que sucedía. Podría recordar mi primer día aquí, como si todo hubiera sido sólo ayer. Aunque los años desde ese momento
Había pasado bastante tiempo desde que tuve que adaptarme a vivir en esta nueva vida, a este nuevo mundo. No había sido una tarea fácil, estuve a punto de tirar la toalla varias veces. Cuando la situación sobrepasaba lo que yo era capas, el miedo y la desesperación abundaban dentro de mi. Pero por alguna razón nunca renuncie.
Incluso ahora mismo la situación era difícil. Algo que soló yo nunca podría lograr, solo acompañado de mis amigos y compañeros podría darle la cara a todo lo que está delante de mí.
Yo estaba cansado, sintió el sudor recorriendo todo mi cuerpo. Mis brazos se encontraban entumecidos por el constante esfuerzo que hacían a cada instante. Mis piernas temblaban levemente, me sorprendía a mi mismo la capacidad que tenían de aún poder sostenerme y seguir luchando. Tenía todo la ropa echa trizas, apenas me cubría el pecho un pesado de tela de color azul oscuro. El frío era tremendo, pero el calor de la batalla me impedía quejarme por algo tan absurdo como la hipotermia.
Ahora mismo tenía miedo. Un profundo pavor inundaba cada parte de mi ser. En los años que llevaba en este mundo, nunca antes había tenido tantas ganas de escapar de una batalla. Las ganas de irme de este sitio y nunca más volver no eran pocas. Pero sabía que en el momento que diera un paso atrás, sabía no me lo perdonaría. Todo lo que sufrí, entrene .. todo lo que viví abría sido en vano.
Pero después de todo, ¿Como no tener miedo? Adelante mío de estanca una criatura que parecía sacada de una pesadilla. Algo digno de un libro de terror. La altura de la criatura superaba con facilidad una montaña, capas que era incluso superior a los tres mil pies de altura. Esa "cosa" tenía lo que parecía ser su boca abierta. Parecían ser tan filosos cómo la espada que tenía entre mis manos. Capas de cortar la carne con un mínimo esfuerzo. Claro, si es que no te trabaja entero como a una galletita.
Algo destacable de la criatura, eran sus díez colas, estremeciendo el cielo con cada movimiento que realizaban. Lo más espeluznante de la bestia, eran sus ojos, su único ojo mejor dicho. Una órbita mocho más grande que mi cuerpo, de un color rojo sangre que había estremecer incluso hasta mi alma. Si lo miraba por mucho tiempo, temía enloquecer.
Delante mío, se encuentran la mítica bestia de diez colas. Una bestia con un poder tan grande que fue llamado Dios en algún momento de la historia. La bestia eran tan temida que solo el Sabio de los siete caminos pudo hacer frente.
Las cosas locas no acaban ahí.
Al lado mío, se encuentran un chico de cabellos color dorado. El tenía la piel algo morena. Su altura rondaba los 1,70. El tenía un aura dorada que lo cubría. Sus ojos tenían líneas en diagonal y en horizontal. Con sólo verlo, se notaba la gran sensación de poder que el irradiaba. Me gustaría decir lo tanto que había cambiado desde que lo conocí, pero me preguntaba si de verdad lo había conocido en algún momento. El siempre fue impredecible, imparable, una gran persona y un ninja sin igual.
Así es, el era Naruto Uzumaki.
Cuando miraba, se hacía presenté la increíble cantidad de ninjas que se encuentra unido por el mismo fin, ganar la guerra. No conocía a la mayoría de las personas que se encontraban aquí, pero estaba seguro de que muchos de aquí darían la vida sin pensarlo dos veces por un compañero. Los ninjas se han echo así de fieles entre si, le sorprendía la hermandad que podía unos dos días entrando en crear guerra. La sensación de estar en una constante sentido de muerte había a las personas, de alguna manera.
El área donde me estaba estaba destruida. Señales de batalla constante estaban presentes en todo el lugar, desde explosiones hasta rocas partidas a la mitad con tajos perfectos, armas dispersadas por todo el lugar. Y lo más triste, cuerpos inertes de soldados ninjas que han muerto a manos del enemigo.
—¡¿Listo para esto ?! —Gritó Naruto, con un claro tono de entusiasmo en su voz. El comenzó a trazar sellos de manos a una gran velocidad, para luego chocar sus palmas contra el suelo rocoso. Una inmensa cantidad de humo se había echo presente, que luego se fue dispersado. Ahora, Naruto estaba en cima de un sapo de un colosal tamaño, quien tenía una pipa de gran tamaño en su boca
—¡Claro que si!—Le respondí, tratando de sonar lo más seguro posible. No estaba de estar en este situación, pero no darle la cara a todo lo que sucedía no era algo que haria, y menos ahora que había personas que dependían de mi, de Naruto y de que ganemos la guerra. Así que solo me concentré en trazar sellos de manos para poder realizar una invocación. En el momento de que había terminado de realizar los sellos, choque mis palmas para poder invocar mi contrato.
La batalla contra el Juubi estaba apuntó de volver a comenzar.
Yo tenía un claro miedo dentro mío, pero había algo que no me dejaba detenerme. Cuando trataba de rendirme, había algo que hacia que levantará la vista, sostuviera mi espada, y siguiera luchando. Tal vez, solo tal vez sea que eso lo que me mantenía vivo era algo por lo que tenía que luchar. Algo por lo que vivir y que aún no sabía que era. Sea lo que eso sea sea, no dejaría de buscarlo.
—¡Ataquen! —Fue el grito que su escuchó en todo el lugar. Ninguno dudo, nadie de los que estaba aquí presente dudo un segundo en irse en contra de la gran bestia. Una increíble cantidad de jutsus llovieron del cielo hacia el Juubi.
La tierra estaba temblando ante la gran cantidad de personas que avanzaban a paso agigantados. Nadie de los aquí presentes se acobardaría, nadie huiría. Todos teníanmos una razón diferente para el cual estar aquí y luchar: familia, hogar, deber.
Cada uno tenía un objetivo diferente por el cual se encuentran aquí, pero todos luchábamos por lo mismo. Hacer que el tiempo de los ninjas no acabe este día.
La batalla contra el juubi estaba por comenzar.
***
Tal vez estén pensados, "¿Qué rayos está pasando?". "¿Quien este sensual y atractivo protagonista?". Y lo más importante, "¿Cómo llegamos a todo esto? ¡La historia recién comienza!"
Han sucedido una cantidad increíble de sucesos que nos llevarían a donde estaba actualmente.
Pero, creo que sería mejor contarles quien soy. Y como terminaron las cosas de esta manera.
En este momento, yo era un adolescente. De pelo azabache oscuro, de unos 1,80 centímetros de alto. Tenía la piel algo bronceada.
Tal vez ya sepan que soy, o tal ves no. Bueno, mi nombre es "Sasuke Uchiha". Y como llegue a este punto, es complicado y nos llevaría demasiado tiempo todo lo sucedido ...
Así que tomen asiendo, porqué les contaré todo.
Pero antes de empezar. Yo no soy ese sujeto triste, con intención de volverse un vengador y con tendencias brocon hacia su hermano mayor. Así que no esperen demacida seriedad, ni demasiada torpeza por mi parte. Digamos que, entre nosotros, que prefiero evitar las peleas mortales, y los riesgos de perder la vida.
Así que con eso aclarado, empezemos mi historia. ¡Juego punchale!
***
Como ya saben, yo no siempre había sido Sasuke Uchiha. Antes sido un chico común y corriente ...
Bueno no tan comun. Pero eso ya se lo debieron imaginar, después de todo terminé en otro mundo.
¿Mi apariencia? Bueno, yo tenia los ojos violeta. Mi cabello era n***o, bastante n***o de echo. Yo media al rededor de un metro 78, a la edad de dieciséis años.
Supongo que quieren que les cuente como termine luchando contra el Juubi ...
Pero tendrán que esperar, y mucho. Demasiado de echo.
Ya lo sé, soy malo.
Comencemos desde mi infancia ...
Desde que he tenido memoria, siempre había estado en casa. En mi vida anterior, yo era lo que podría ser considerado como un chico de "La alta sociedad". Mis padres eran unas de las personas más adineradas de todo el mundo, y no exageraba. Tenían tantas empresas que incluso desconocía todas.
La mayoría de las personas supondrían que yo había tenido una vida increíble. Llena de lujos, excentricidades y putas.
Pero no era así.
No, no y ojala.
Yo, detestaba com todo mi ser mi infancia, si es que podría llamarse así. Desde que tenía memoria, me obligaba a estudiar sin descanso alguno. Había días, que lo únicoque hacia era estar frente a un pupitre. Desde que me levantaba hasta que me iba a dormir.
Todos los días eran iguales, no había nada que me salvará de la monotonia de mi infancia. Yo nunca había ido a una escuela, y eso sólo hacia las cosas peores. Yo siempre había esperado poder ir a una escuela y hacer alguno amigos. Pero nunca pude hacerlo.
Mi vida era muy aburrida, nunca había podido hacer nada interesante. Mis padres no parecían interesados en que yo haga algún tipo de amigos, y con el tiempo yo ya había perdido el interés.
Mis días he sido así, adentro de casa por siempre.
A la edad de 16 años, nunca había tenido un amigo. Nisiquiera había podido hacerme amigo de mis profesores. Después de todo, ninguno se quedaba más de una semana. Nunca lo había entendido, una vez les pregunté porque sucedía eso. Ellos respondieron que mis padres querían que yo tuviera más de una manera de aprendizaje que un solo profesor podía ofrecer, por eso cambiaban a la semana.
Así era, una vez que un profesor se iba, nunca volvía. Y era complicado hacerme amigo de alguien que sólo conocía en menos de una semana. Y era peor si esa persona lo único que hacía era darme quehaceres.
Pero no todo era malo, al menos no tanto. Al menos, yo podía decir que había viajado por todo el mundo. Desde el desierto más árido, hasta la montaña más fría. Eso era parte de la materia de geografía, ¿Para que ver fotos de montañas cuando podía ir allí? Esa era una de las pocas cosas buenas que tenía ser yo.
Eso también implicaba otra cosa, yo me había mudado una infinidad de veces. Y eso me había echo bastante versátil. Podía estar en la ciudad más concurrida un día, y al otro podía acurrucado bajo una cabaña en el bosque.
Había aprendido mucho a mis dieciséis años. Más de diez idiomas, matemáticas avanzadas, historia de todo el mundo, mitología del mundo, incluso algunos lenguajes olvidados. Las cosas que había aprendido a lo largo de mi vida eran muy extensas.
Me obligaría de igual manera a entrenarme, cosa que era algo más entretenido que estudiar. Había aprendido desde boxeo, hasta el arte de la esgrima. Sabía cada estilo de pelea a un nivel básico o intermedio. Nada del otro mundo.
Había veces que yo era algún tipo de Edrian. Pero mi caso era bastante más excesivo. El al menos podía ir a la escuela y hacer amigos.
Había pocas cosas que me hacían sentirme normal.
Una de ellas eran poder ver series de televisión como cualquier otra persona. Cosa que hacía pocas veces, los días libres que me dejaban. A los quince, me read empezar a dejar un día libre a la semana. Uno en lo que yo podía hacer lo que yo quiera.
Claro que dentro de ciertos parámetros. No podía salir de la recidencia. Después podia hacer lo que yo quiera, aunque a decir verdad, no era mucho lo que podía hacer.
Algo de lo que más me gustaba hacer los días libres, era poder ver anime. Había visto una inmensa cantidad de animes, era relajante acostarme en mi cama, prender la tele y desconectarse de todo lo demás.
Yo tenía muchos animes que me encantaban. Pero si tenía que elegir un favorito, ese era Naruto.
No sabía con certeza lo que me gustaba tanto. Tal vez eran los increíbles personajes, la historia que me atrapó desde el primer capítulo. Pero me encantaba esa serie.
Pero un día descubrí algo fantástico. Una aplicaron que me llamó la atención, para ser exactos. La había encontrado por casualidad mientras usaba mi celular. La aplicación se llamaba w*****d. Ahí, podía ver diferentes finales de mis series favoritas.
Esas eran una de las pocas cosas que me hacían sentirme más "normal".
Creo que ya podemos hablar de mis padres.
Podían pasar semanas, meses, incluso años, y no saber de ellos. Pero cuando los veía, ellos actuaban como si nada. Como si fuera normal que no los viera por tanto tiempo. Yo me tarde bastante en saber que eso no les ocurría a todas las personas. Estaba impresionado cuando descubrí que no todos los padres desaparecen de la nada.
Eso me estado enfadado bastante. Se suponía que ellos deberían pasar tiempo con migo. Pero yo tenía suerte si pasaba más de una de semana junto a ellos al año.
Una vez mientras miraba la televisión, vi una entrevista que les hacían a mis padres. Esos dobles caras, cada que les hacían una pregunta respecto a mi, parecían que les hablaban de su más grande lograron, su mayor orgullo. Eso me hacía sentir enfadado, muy molesto.
Cada que los veía, parecían un témpano de hielo. Hablaban muy secamente con migo. Apenas me miraban, parecía que no les interesaba mi existencia.
Yo detesto cada minuto de la entrevista. Pero no podía cambiar de canal, quería saber cuanto dirían sobre mi. Ellos parecían los mejores padres del mundo, cosa que no eran. Parecían una pareja ejemplar, cada persona que tenía como referencia del "Matrimonio perfecto", patrañas.
Para resumir, yo no me llevaba del todo bien. Y decir que tenía una mala relación con ellos sería mentira, porque primero nescitaba tener una relación con ellos, aparte de la sanguínea.
Recuerdo lo furioso que estaba después de ver esa entrevista. Esa noche me acosté bastante molesto.
Al día siguiente, estaba cansado. Cansado de todos los días estudiar, cansado de estar encerrado, cansado de no tener amigos, estaba cansado de mis padres, estaba cansado se toda mi vida. Quería que mi vida cambiara, y por alguna razón ... así había sido.
Había sido el comienzo de todo ...
***
Esta mañana estaba siendo bastante común. Me había levantado, para después prepararme el desayuno. Todo había sido bastante común.
Había ido al salón principal a tomar una taza con leche y unas tostadas. Después de prepararme el desayuno, me sente en el sofá mientras bebía y miraba la tele. Una vez que termine de desayunar, debería que ir a la biblioteca que teníamos en la casa para ir a estudiar.
Cuando estaba por terminar el contenido de mi taza, miro con cansancio todo a mi alrededor. Un sofá n***o, paredes con pinturas de gente ya muerte que fue importante mientras vivían. Ventanales gigantes que dejaban entrar el sol mañanero, un gran estampado de leopardo en las cortinas. Dulce, dulce hogar.
Cuando me paré del sofa, algo extraño sucedió.
Todo mi mundo pareció dar un extraño giro. Todo se había oscurecido. Aún estaba parado, pero ya no sintió el peso de la taza en mis manos. No comprendía que estaba sucediendo. Ya era de día, las ventanas estaban abiertas, hasta hace segundos estaba todo bien.
Mire preocupado hacia todos lugares, sólo había una extraña oscuridad. Pero luego todo dio un giro, casi me caía al suelo. Pero ya no estaba en el vacío, ahora estaba en lo que parecía ser una calle de tierra. Había personas con vestimentas bastantes antiguas pasando al lado mío. Algunos vestían kimonos, otros vestían con algunas ropas algo extrañas. La gente parecía bastante normal después de eso.
Trate de no entrar en pánico, algo muy extraño estaba sucediendo. Pero no quería llamar la atención, eso era lo último quería. Las casas, o eso creo que eran, parecían antiguas. No que ya no estaban abandonadas y que ya nadie vivía ahí. No, antiguas el sentido de que esas casas parecían a las del antiguo j***n.
Nada tenía sentido, nisiquiera sabía donde me encontraban. Pero tenía que mantener la calma, esto podría ser algún sueño bastante extraño. Aunque pareciera bastante real.
Tenía que pensar en que podría estar pasando. Tal vez aún estaba durmiendo, o tal vez me había sucedido algo y estaba en un sueño bastante raro. Podría ser que estuviera en algún tipo de coma, después de todo yo estaba desayunando.
Aun que si era un sueño, parecía bastante real.
Pero aún así ... esto era extraño.
Sentía la brisa por mi piel. Sentía el suelo donde estaba parado. Sentía el aire entrar a mis pulmones, el aire era diferente. Era más puro, algo más dulce y refrescante. Podía ver todo con claridad, no parecía un sueño común.
Me agaché al suelo, sostuve entre mis manos algo de tierra. Sentía muy real el tacto, esto era extraño.
Me levanté, me acababa de dar cuenta que la gente me miraba raro. Yo me sentí algo nervioso, nunca había estado entre tanta gente. Y me ponía inquieto ser el centro de atención, no me gustaba. Pero claro, había estado viendo como un loco el suelo y toqueteando la tierra.
Empecé a caminar, tal vez si veía más del lugar lo reconocería. Sería bueno saber donde estaba, así tal vez volvía a casa.
Mientras más caminaba por las calles, mis sospechas se hacían verdaderas. La gente parecía tener atuendos de la antigua j***n, las estructuras ayudaban a mi teoría.
Las personas parecían normales. Nada fuera se lo común que me llamará la atención. La gente parecía tranquila mientras caminaba por las calles. Yo estaba algo perdido, podía ver que estaba en la zona de los comercios, o eso sospechaba. Todo iba bien, pero me acababa de dar cuenta que alguien tenía atuendo bastante peculiar.
Solté una pequeña risa. Ese atuendo, era cómo el de .. no, no era posible.
Era como el típico chaleco chunin que usaban los ninjas de Naruto. Tal vez sea un cosplay, no sería lo más extraño de hoy. Pero la gente no lo veía extrañado o con sorpresa, sino que com admiración.
No era posible, algo andaba mál. Si eso era un chaleco chunin, y estába en este lugar que parecía la antigua j***n, había algo que me terminaría sacando todas las dudas.
Camine con impaciencia por las calles, había bastante gente por walking a mi alrededor. Yo trataba de seguir adelante, pero era complicado. Cuando llegue a una esquina, doble y vi algo que me quitó el aire.
En una gran montaña, estaba tallado el rostro de varias personas. Era el monumento de los Hokages.
Yo no sabía como reaccionar, esto estaba más allá de lo que yo pensaba. Me quedé contemplando el monumento por unos instantes más. Ahí estaba el rostro de Hashirama, incluso hasta el de Minato.
Esto ... Era increíble.
¿En que momento estaba? ¿Ya había sucedido lo del Kyubi?
Incluso si era un sueño, esto no tenía igual.
Yo empecé a caminar de vuelta. Ahora me daba cuenta de algo, me sentía ... más enano. Mire mis manos, no eran del típico tono de piel que tenía antes. La ropa que tenía puesta también era otra.
Tenía que buscar algo, cualquier cosa donde pueda ver mi rostro. Quería saber si seguía siendo yo.
Un charco de agua, un cristal, cualquier cosa que me refleje me serviría.
Seguí caminando hasta que vi un espejo en un aparejador de una tienda. Me acerqué con bastante nerviosismo, no sabía que esperar.
Cuando por fín estuve al frente del espejo, me quedé shockeado. Solte una gran bocanada de aire. Esto no era posible.
Gire para ver hacia atrás, tal vez fue el reflejo de alguien más. Pero no, había gente atrás mío, pero no era lo que esperaba.
Eso sólo significaba una cosa.
Yo era ... Sasuke Uchiha.
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Hola, este es un pequeño avisó.
La historia ya está completa, pero aún falta editar las faltas de ortografía y aún puedo mejorar de gran manera la gramática que estés dentro de la historia. La iré subiendo sin editar, pero conforme vaya subiendo la estaré editando para mejorar la experiencia de los lectores. Gracias por su tiempo.