TAVO Y MARI CHUY
- Me desperté cómo de costumbre a las cuatro de la mañana me adecenté, me puse mi sombrero y mi gabán ya que las mañanas en El Paraíso son frías incluso en verano, salí como todos los días a hacer mi trabajo, primero ordeñe las vacas y las alimenté, en seguida me fui al corral de las chivas al abrir la puerta volte hacia el patio de la casa vi a Marí Chuy de espaldas a mi, alimentando las gallinas y los pollitos, me distraje un momento viéndole el trasero como si fuera un adolescente ¡Dios ese trasero me tiene loco! Con tan sólo verlo mi amigo se levantó, el punto es que por estar de morboso tan temprano la única chiva blanca y la mas rebelde que tengo aprovecho para salirse del corral, bueno eso no es nuevo constantemente me da dolores de cabeza, si sigue así un día de estos va a terminar en la olla o de comida para los coyotes. Termine de ordeñar y alimentar a las otras chivas ya que ese es un trabajo que no se puede dejar para más tarde debido a que el lechero recoge muy temprano la leche, al terminar llegue a la casa donde Marí Chuy ya me tenía lista una taza de café medio frío con un pan dulce, me bebí el café y le dije.
- El pan me lo como en el camino.
- Llévese los perros.
- No, la última vez que los lleve entre más le ladraban más subía la montaña la condenada cabra así que me voy solo.
- El sol ya estaba saliendo aun así la mañana estaba mas fría que de costumbre lo sé porque de mi boca salía vapor por la agitación que me provoca subir la montaña, de repente la escuché balar, balaba ocasionalmente como si me estuviera guiando hacia ella yo por supuesto seguía el sonido de sus balidos, Al rededor de una hora la vi de lejos estaba golpeando con las dos patas delanteras sobre una roca, lo raro era que me veía acercarme a ella y no se movía del lugar, creo que por hoy ya termino su recorrido, pensé. ¡Dios bendito! Exclamé cuando vi a una niña acostada sobre una roca sin ningún tipo de abrigo ni resguardo, llevaba puesto un vestido corto estaba toda embarrada de lodo no se le veía la cara, manos, pies, ni el cabello, no era más que una bola de barro la observé para ver si estaba viva, el color oscuro del barro que tenía cercas de las fosas nasales lo confirmaron, el lodo está húmedo y si está húmedo es porque ella aún respira, verdad, me comenté a mí mismo, su respiración era muy pausada, cuando la levante ella se quejó, su cuerpo estaba muy frió así que la acomode en mis brazos y la envolví con mi gabán dejando el orificio del cuello semi abierto para que pudiera respirar, empecé a caminar montaña abajo con ella en mis brazos dejando mi chiva atrás mientras le decía.
- Vas a estar bien mi niña hermosa, vas a estar bien, sabía que al llegar a casa con esta niña y sin el animal Mari Chuy iba a poner el grito en el cielo ya que los animales forman parte de nuestro sustento y los cuidamos como si fueran oro.
MARI CHUY
- Cómo es que usted se fue por una chiva y regresó con una muchachilla y moribunda por desgracia, espero que no sea suya.
- ¡Por Dios Marí Chuy no me conociste ayer! La encontré dormida en el monte, como verás no podía abandonarla se ve que está enferma.
- “Y usted tan bondadoso como siempre. ¿Qué les va a decir a las autoridades si se nos muere, acaso cree que le van a creer que se la encontró en esas condiciones en el monte? ¡Sabrá Dios que le habrá pasado a la muchachilla.!
- No seas tan pesimista chaparrita ya verás que con los cuidados adecuados la niña se recupera y en eso tú eres experta ¿Por qué mejor no le preparas una agüita de esas que tú sabes para que se alivie pronto para que nos diga que le pasó..
- Nada de curarla lo único que voy a hacer por ella es limpiarla y para ello necesito un testigo así que váyase por la maestra de la escuela. ¡Para ayer! Porque está niña si se ve muy mal.
- Marí Chuy, se la, ella me interrumpió.
- Aaa, pero todavía está aquí, vuélele que el tiempo es oro.
- Salí como alma que lleva el viento en el caballo a buscar a la maestra lamentablemente no había clases así que regresé solo, en cuanto entré a la casa me grito mi Marí Chuy.
- Tráigase una cubeta con agua fría esta niña ya está ardiendo en fiebre.
- Entre con el agua y me preguntó.
- ¿Y la maestra?
- No hay clases.
- Pues en el nombre sea de Dios, ojalá y no nos metamos en problemas, le va a tocar ayudarme a bañarla, esto va a tener que ser con mucho cuidado Porque no sabemos si tiene un hueso roto.
- Pero todavía tengo que ir por la chiva.
- Ya dela por perdida, a estas horas ya se la han de ver comido las coyotes, ojalá y la pérdida de ese animal sirva para salvar a esta niña.
- ¿Que crees que le haya pasado?
- Por los golpes seguramente rodó montaña abajo, lo que me preocupa es la fiebre, la herida que tiene cercas de la boca está roja e hinchada de seguro esta infectada en cuanto esté limpia se la lleva al hospital de la la ciudad.
- ¿Tienes algo para bajarle la fiebre?
- Agua del rió.
- ¡Me refería a pastillas!
- ¡En serio, Acaso alguna vez ha habido niños en esta casa! La próxima vez busque la guardia montada antes de levantar a alguien, comprenda que las autoridades no buscan quien lo hizo sino quien lo pague.