CAPÍTULO 9

1811 Palabras

—¿La señorita Montesinos se fue con bien? —preguntó Rómulo y los labios de Caleb se curvaron cuando la recordó diciendo que ella no era señorita. —Sí, abuelo, ella se fue bien —respondió el joven tras garraspar para deshacerse de la amenaza de risa que le aquejaba, entonces tomó el asiento que su abuelo señalaba—. ¿Cómo te sientes? —Estoy bien —respondió el hombre, sonriendo apaciblemente—, mejor deja de ser grosero y saluda a la señorita. —Claro —dijo Caleb, sin poder dejar de pensar en su mejor amiga, por eso terminó con una expresión algo chistosa—, lamento mi grosería, me alegra verte mejor. Samantha asintió, casi sonriendo también por el rostro de ese chico. La última vez que había visto a ese joven había sido en la casa del señor Rómulo, y ella había estado llorando por una

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