Alex, la estrechó contra su cuerpo ,acariciando la sensación de paz obtenida. —¿Estás bien?—le preguntó con ternura, Gianna elevó su rostro hacia él, sus azules ojos brillaron al observarlo. —Estoy muy bien— le respondió con una enorme sonrisa en sus labios, Alex se inclinó y la besó, Gianna respondió feliz, lo abrazó. Tiempo después, Alex estaba listo para volver a fundir sus cuerpos, a pesar de lo muy agotado que estaba, quería seguir disfrutando de su esposa. —Gia...— pero ella no respondió, la tomó del mentón y la escuchó suspirar, se inclinó para observar que ella se había quedado dormida... no la culpaba, había sido un día bastante duro, incluyendo la larga cabalgata, el paseo en bote, la cena, la charla con su madre, el encuentro del que habían disfrutado... él también estaba

