CAPÍTULO 2: ATRACCIÓN INSTANTANEA

1234 Palabras
No sé cómo, pero mis tíos lograron el permiso de mi padre para enviarme al mismo colegio privado al cual iba a ir mi prima Serena, teníamos la misma edad y hasta el momento habíamos cursado siempre juntas. Resulta que mis padres a pesar de ser mis tutores legales por el simple hecho de ser mis padres, tenían en su poder un documento que me declaraba insana debido a una serie de eventos sucedidos después de la muerte de mi hermano, me habían internado en una clínica por los raros comportamientos que comencé a tener, lo que también les vino como anillo al dedo porque yo era la única beneficiaria del seguro de vida del que mi hermano gozaba porque hacía más de un año había conseguido trabajo para ayudar con los gastos de la casa, él así lo había dispuesto sin saber que con eso en vez de tirarme un salvavidas me estaba hundiendo más en el fondo de un océano de desdichas. Este era el motivo por el cual no dejaban que me fuera, mientras fuera menor recibirían cualquier dinero que fuera destinado a mí. Se bebían y apostaban el dinero que el seguro pagaba mensualmente. Y después estaba Justin, él fue mi primer amigo, mi vecino, mi primer y único novio hasta el momento, mi primero beso, mi primer todo y teníamos planes de toda una vida juntos, era otro refugio para mí dentro del infierno que vivía en mi casa. Habíamos planificado irnos juntos luego de terminar nuestros estudios, queríamos armar nuestra propia familia, pero justamente fue él quien marco mi destino y no de la manera en la que yo creía. Tenía 16 años cuando me cambie de escuela junto con Serena, fue bastante complicado adaptarme, ya que era un mundo completamente diferente, tuve que acostumbrarme a los uniformes, a las etiquetas, a moverme en un sector social al que no pertenecía, pero debía pretender que sí lo era para no volverme el blanco de la burla de muchos, en ese lugar se movían personas con mucho dinero, hijos de familias muy poderosas, en cambio, para mi prima todo fue más fácil por su personalidad extrovertida, siempre de buen humor y sonriente, fue gracias a ella que lo conocí a él, Liam Hastings. Al segundo día en nuestra nueva escuela luego de terminada la última clase antes de almuerzo íbamos por uno de los pasillos con Serena. —Jenn en la cafetería nos vamos a encontrar con uno de los hijos del socio de mi padre y sus amigos si no te molesta — me dice Serena. —Por mí no hay problema, nos va a venir bien hacernos de algunos conocidos — comento. —Te van a caer super bien, son muy divertidos y simpáticos — comienza a dar saltitos de alegría. —Escucha, te veo en la cafetería necesito pasar por el baño antes — le digo antes de dejarla sola. Salgo disparada al baño, mientras iba rezando mentalmente porque realmente esos chicos fueran como ella los describía y no como la mayoría de los niños ricos que ya me había topado en lo que iba de mi corta estadía en este instituto. Como era todo nuevo y los pasillos estaban llenos, chocaba contra los estudiantes que salían de los salones, tarde en encontrar el baño, así que me demore más de la cuenta, cuando llego a la cafetería veo a mi prima hablando y riendo con un grupo de chicos, algunos los reconocía de nuestras clases, pero había uno en particular que llamó mi atención, me generó una atracción instantánea. Era el chico más lindo que había visto en mi vida, alto como de un 1,85, cabello castaño tirando a claro casi rubio, ojos azules como el mar, una perfecta nariz a juego con sus perfectos labios finos, y su cuerpo completamente tonificado y trabajado, su espalda era ancha, podía ver en su camisa del uniforme como se marcaba todo su torso. Me quede a mitad de camino completamente obnubilada observándolo, a pesar de que tenía novio y estaba profundamente enamorada de él no podía dejar de mirar a ese chico que parecía haber salido de un catálogo de modelos, mi prima me vio parada como una tonta y me hizo seña para que me acercara, pero al no ver respuesta de mi parte vino hasta mí. —Jenn ¿te sientes bien? — pregunta con preocupación. —Ehhh sí, ¿Por qué lo preguntas? — me hago la desentendida. —No sé, venías hacia nosotros y de pronto te quedaste aquí como si algo no te dejara seguir caminando — ella no había notado mi interés en el chico con el cual ella hablaba. —No, es que de pronto me sentí con poco inhibida cuando vi cuántos eran — miento aunque, por un lado, era verdad. —No seas tonta, ya te dije que te van a gustar, vamos — hace una seña con la mano para que la siga. Como vio que no me movía de mi sitio se acercó a mí y tirando de mi brazo me llevo hacia el grupo. Al estar frente a ellos comenzó a presentármelos, eran ocho personas, dos chicas y seis chicos. —Muchachos ella es mi prima Jenn — me presentó Serena. —Hola Jenn — saludaron todos al mismo tiempo menos el chico que había llamado mi atención. —Hola — dije tímidamente. —Ellas son Leah y Casey — Serena se coloca atrás de ellas abrazándolas. —¿Qué te parece el instituto? — me pregunto Leah. —Bien, recién me costó encontrar el baño, pero creo que ya me iré acostumbrando — bromeo. —Por aquí tenemos a Leonard — mi prima señaló a un muchacho alto, delgado de tez morena y unos hermosos ojos negros — es hermano de Leah. —Un placer — dice educadamente. —Igualmente — respondo — ahora entiendo el parecido — digo y ambos sonríen. —Por acá tenemos a los gemelos Cody y Jason, por si no lo has notado — bromea Serena. —Si no se lo aclarabas no se iba a dar cuenta — bromea sarcásticamente uno de ellos, pero no sé cuál — bienvenida yo soy Cody. —Gracias — respondo — entonces tú debes ser Jason — me dirijo al otro gemelo. —Así es y para ahorrarte pasar vergüenza te voy a decir la manera de identificarnos — me dice Jason. —La verdad te lo agradecería mucho — bromeo ya que podía notar diferencias entre ambos, uno tenía piercing y el otro no. —Ven acércate porque es un secreto — hace seña para que vaya hacia él y lo hago — yo soy el más guapo — me dice como si fuera un secreto y todos ríen. —Lo voy a tener en cuenta — le digo mientras rió a carcajadas, realmente me caían bien estos chicos. —Yo soy Bill — se presenta el penúltimo de los chicos — y ya que estamos con el parentesco soy primo de Leah y Leonard, como ves somos un grupo muy de familia — dice alegremente. —Eso veo — digo sonriéndole. Todo iba a la perfección hasta que llegamos al último, él, quien me había robado el oxígeno minutos atrás, todo el embelesamiento que había sentido desapareció en el mismo instante en el que me encontré parada frente a él.
Lectura gratis para nuevos usuarios
Escanee para descargar la aplicación
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Autor
  • chap_listÍndice
  • likeAÑADIR