Llamarle la atención a todo el bus
Cail nos contó, soltando las palabras como si fueran a gastarse, que a los doce él había elegido Sombras; y en verdad irradiaba la energía de esa esencia, tenía un aura sombría que imponía fuerza y generaba alerta. Percy había elegido Fauna y su nariz me hacía acordar a un cerdo, así que casi me reí por la redundancia cuando dijo eso. Lia había seleccionado Aire, para mí le quedaba mejor Fuego, por su cabello que parecía estar en llamas de fuertes colores rojizos, pero no hice ningún comentario al respecto; tal vez rechazó el poder indicado por el destino y no siempre es bueno comentar sobre ese tema, mucho menos con desconocidos.
—Yo elegí Agua. —dijo Tyler al igual que como ellos habían hecho.
—¿Y tú que elegiste? —dijo Cail desviando la mirada hacia mi, estaba serio, y esperaba mi respuesta. De nuevo me produjo esa sensación de ser invadida y expuesta, como si intentara ver en las profundidades de mi mente. Quizás aún no sabía controlar sus poderes, pero su esencia definitivamente está activada, y sus instintos saben controlar al menos la parte inconsciente.
—A ella no le gusta hablar de eso. —dijo Tyler rápidamente, yo bajé la mirada; me avergonzaba no decirlo, pero no podía.
La pregunta me había puesto nerviosa por lo que rápidamente me levanté de la mesa y fui a buscar un vaso de agua para no tener que contestar. Demoré un rato en encontrar la máquina expendedora y esperar a que llegara mi turno. Al volver, Tyler estaba un poco enfadado, lo podía notar por la tensión que se veía en los músculos de su espalda. Hizo un movimiento sutil con su mano intentando expulsar las malas energías de su cuerpo, pero esa energía se exteriorizó a través de su poder. Hizo que el agua que había en el vaso que tenía en mi mano flotara sin que él se diera cuenta, dando forma a una bola móvil pero perfectamente esférica. Todos vieron esa gran burbuja de agua flotando, por lo que empezaron a acercarse.
—¿Cómo haces eso? —preguntó Lia completamente sorprendida, al igual que los demás— Todavía no nos enseñan a manejar nuestros poderes.
—Yo no estoy haciendo nada. —dijo él, en ese momento vio a todos los compañeros viendo hacia atrás. Al voltearse, notó la bola flotante. Él movió sus dedos y la pelota se acercó hacia él, se cubrió la cara con sus manos por el susto, y con ese movimiento la bola se congeló, cayó al suelo y con un fuerte ruido, se rompió en miles de pedacitos.
Al descubrirse la cara, vio cientos de ojos sorprendidos mirando hacia él. Yo estaba detrás suyo, lo agarré del brazo y le dije que se sentara... todos se fueron a sus lugares, pero mi amigo había dado una gran impresión. Se escuchaban susurros y murmuraciones desde distintas mesas que hablaban de él.
Percy, celoso de que otro fuera el centro de atención y no él, movió su mano en un gesto de pesar causado por la envidia. Se escuchó que algo chocaba con la ventana. Todos se callaron, cuando nos dimos vuelta había un sapo estrellado en la ventana, todos empezaron a reírse a carcajadas al ver al pobre animal. Al rato, éste saltó; al parecer Percy estaba tan furioso que hizo que el sapo viniera hacia él y después le dio tanta pena que lo dejó libre y vivo.
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Un gran edificio
Después del cansancio que traía de la noche anterior, dormí un rato largo a pesar del ruido y el movimiento. Nunca había viajado tan lejos de casa, estábamos a las afueras de la ciudad, yendo a la Primera Región. Yo era la única despierta aparte del chofer y una chica de ojos marrón amarillentos y un pelo dorado brillante con grandes bucles. Me acerqué a ella, que estaba tan aburrida como yo.
—Soy Ash, ¿Cómo te llamas? —Me presenté con un tono amistoso.
—Yo soy Catlyn, ¿Cuál es tu poder? —preguntó sin rodeos. Su pregunta me tomó desprevenida, por lo que me puse muy nerviosa.
—No me gusta hablar de eso. —dije bajando la mirada a donde se encontraban mis manos entrelazadas—¿Cuál es el tuyo?
—Yo te lo digo si tú me lo dices. —Me desafió.
—No puedo decirte. —contesté más a la defensiva.
—Está bien. —Se resignó, algo decepcionada por mi respuesta—. Yo elegí Luz cuando entré al cuarto oscuro. —El poder coincidía con la imagen que proyectaba, todo en ella irradiaba honestidad y luminosidad… pero hasta la luz más brillante proviene de la oscuridad más profunda.
—No le he dicho a nadie lo que sucedió cuando yo entré, ni siquiera mi mejor amigo. —Le conté.
—¿Y quién es tu amigo? —dijo Catlyn sin verdadera curiosidad.
—Su nombre es Tyler. —Lo señalé, me di vuelta y noté que él estaba despierto.
—Después podrías presentármelo. —dijo con más interés al ver de quién se trataba. Él había llamado la atención de muchas chicas al haber protagonizado esa escena el día anterior.
—Puede ser, pero en otro momento. —dije cuando me di cuenta de sus intenciones.
Le sonreí como despedida y rápidamente fui a mi lugar. El transporte se frenó.
—Hemos llegado al edificio de entrenamiento de la Primera Región. Ya pueden bajarse del bus. —Se escuchó que decía una voz grave por el micrófono.
Todos bajamos y entramos a un edificio blanco con 8 plantas superiores, un salón principal, que funcionaba como sector social, y una planta baja; por fuera era todo blanco con grandes vidrios transparentes. El edificio estaba rodeado con muchas defensas: la capa exterior era de una luz muy blanca, seguido de una de tierra, detrás de esa una de fuego, luego una de agua, después una de aire, seguido de una neblina que no te deja ver, detrás de esta una de plantas con pinches y por último perros guardianes; cada capa era de un elemento diferente. Para poder pasar, había unos guardias que debían desactivar la barrera correspondiente.
Al entrar nos encontramos con un señor alto, no muy flaco, calvo, con un elegante traje color beige. Se hallaba en un gran salón color crema, con un candelabro de cristales de colores que en el centro tenía una luz blanca; al prender la luz, se reflejan los colores y producen un efecto fantástico en el piso.
—Yo soy Clarton Maylan, organizador de "Los 8 elementos". Les doy una cordial bienvenida al edificio. Se encuentran aquí para poder aprender a controlar sus poderes y así poder vivir sin ningún problema o peligrosidad en sociedad. Hoy empezarán a utilizar sus poderes, pero primero se dividirán según su elemento: Aire irá al piso 1, Agua al 2, Tierra al 3, Fuego al 4, Flora al 5, Fauna al 6, Luz al 7 y Sombras al 8. El comedor se encuentra detrás de aquella puerta. Ya pueden retirarse, en la puerta de cada piso están los horarios de entrenamiento y el libro para anotarse a clases particulares, tendrán tres horas para acomodarse y después empezará su primera clase. —En ese momento nos separamos. Tyler se fue al piso 2 y yo al piso que me correspondía. Subí por las escaleras hasta el piso 2 y me uní al elevador en ese piso. Sentí pánico de que todos supieran cual era mi poder. Me invadió un fuerte mareo, las paredes del ascensor comenzaron a cerrarse sobre mí, y de repente todo se volvió n***o.
Abrí los ojos y me encontraba en un lugar de paredes blancas y un olor muy particular. La enfermería. Tyler estaba a mi lado.
—¿Hace cuanto tiempo estoy aquí?
—Hace 2 horas.
—¿Qué pasó?
—Te desmayaste. —explicó en tono nervioso.
—Ya estoy bien ¿podemos ir a nuestro piso?
—Despertaste, ya puedes irte pero tienes que tomar esta pastilla cuando desayunes. —indicó una enfermera que apareció desde detrás de una cortina con la medicina mencionada en una mano.
Salimos de la enfermería y él me agarró despacio del brazo.
—¿Cuál es tu poder? ¿Podrías decírmelo de una vez? —preguntó con el mismo tono que usaba cuando hacía algo malo y se sentía culpable. Entendía su curiosidad, desde hacía tres años esperaba pacientemente a que yo resolviera los problemas que no me permitían hablar de ello; era lógico que quisiera saberlo ahora que era necesario que lo dijera.
—Mipoderesflra. —balbuceé rápidamente, por lo que ni siquiera yo me entendí. Que lo comprendiera no significaba que me asustara menos.
—¿Qué? —insistió un poco más fuerte.
—Que mi poder es... —Inspiré profundamente intentando conseguir la fuerza necesaria para decirlo. —Flora.
—¿Y por qué no me dijiste nunca?
—No es asunto tuyo. —respondí con tono brusco, no era mi intención, pero era difícil. Él me miró ofendido. —Perdón, sabes que no me gusta hablar de eso. —murmuré entristecida.
—Esta bien. Tú me lo dirás cuando quieras, respeto tu decisión. —Aceptó con una sonrisa triste. Amaba eso de Tyler, él me respetaba y entendía que todo iba a su momento; que me quería a pesar de todos mis problemas, mis secretos y mi carácter; me ayudaba, apoyaba, y siempre estuvo para mi cuando lo necesité, al igual que yo estuve para él.
Subimos hasta el segundo piso y él se bajó; yo me fui al quinto rápidamente. Entré a mi cuarto y me encontré con dos chicas.
—Hola, yo soy Ash. —Saludé sonriendo.
—Yo soy Lila. —Siguió la de pelo n***o azabache y ojos azules.
—Yo soy Jazmín. —Acompañó la rubia platinada de ojos verdes
Nos estrechamos las manos y nos pusimos la ropa de nuestro elemento: eran una remera y una calza deportiva verde; así era como nos iban a reconocer a partir de ahora. Fuimos juntas a la primera clase en una sala en nuestro mismo piso; allí nos enseñarían a manejar las habilidades básicas de nuestro elemento. Entramos y estaban casi todos nuestros compañeros. Pasó un rato y entró un chico un par de años mayor.
—Yo soy Will, les enseñaré a controlar su poder. —dijo él —¿Alguno ya ha hecho algo relacionado con su poder, sin querer o practicando?
Todos se quedaron en silencio, expectantes a que alguien compartiera su experiencia.
—Yo…. —Me aclaré la garganta para darme un poco de valor y poder explicarme correctamente. —Estaba moviendo mis dedos arriba de una mesa y le salió una hoja. Pasó cuando tenía catorce años, yo no sabía de qué se trataba, hasta que me di cuenta de que mi esencia se estaba activando y mi poder estaba empezando a aparecer. —El entrenador asintió.
—Muchas gracias por compartirlo con nosotros. Los de los elementos Tierra y Agua nos han colaborado poniendo tierra mojada en el suelo. Comenzaremos intentando hacer crecer una planta. Más adelante lo podrán hacer sin ayuda de los otros elementos, pero ahora iremos de a poco. Tú, ¿cómo es tu nombre? —Me preguntó.
—Ash
—Bien, Ash, pasa al frente y haz lo que hiciste antes pero con tu mano en el aire. —Me adelanté y lo hice. No sucedió nada—. Concéntrate un poco más. —Le hice caso, pero no hubo ningún cambio.
>> Intentemos esto: cierra los ojos y siente la tierra húmeda bajo tus pies. Ahora concéntrate en tu pulso sanguíneo. —Hizo una pausa—. Una vez que lo tengas intenta seguir el recorrido de tu sangre a través de tu cuerpo, y visualiza la esencia color verde haciendo el mismo camino. —Fue muy claro para mí, una sensación cálida me recorrió y las ondas de color recorrían mis vasos sanguíneos—. Bien, así, puedo sentir tu energía. Imagina a tus dedos como un punto de intercambio, de transformación, de salida, en el que esa energía se canaliza por medio de tu habilidad hasta la tierra... deja que se exprese. Abre los ojos.
De la tierra salió una pequeña hoja, diminuta, del mismo tono verde que representó mi esencia en mi imaginación. Estaba sorprendida por lo que había logrado, era mínimo, pero era una muestra de un poco de control que había alcanzado; y ayudó a disipar un poco algunas de mis inseguridades e inquietudes que me rodeaban alrededor de mis poderes.
—Ahora traten de hacerlo ustedes. Si les cuesta, utilicen el método que acabo de explicar. Es posible que una vez activada su esencia, comiencen a tener más fuerza con mayor velocidad, por lo que deben estar muy enfocados en lo que desean hacer para no perder el control.
A algunos les salía, a otros no. Algunos estaban mucho tiempo intentándolo, y otros lo hacían a la primera. Yo continué practicando, cada vez más motivada por los pequeños avances.