Acónito

3688 Palabras
≻────────────────────── ⋆ ⋆ ──────────────────────≺ Un poco menos de un año ha pasado desde que Jayden conoció a Kailer. Las cosas entre ellos han ido fluyendo, y su relación se basa en pequeños pasos que son significativos para ambos. Poco a poco, Kailer se ha ido ganando la confianza de Jayden, demostrándole su amor y su cuidado incondicional. Siempre se muestra paciente, comprensivo y dispuesto a explicar algo si Jayden no está seguro. Por su parte, Jayden ha estado aprendiendo a reconocerse a sí mismo, a reconocer el amor que le ofrece su compañero y a comprender que su destino no debe ser dictaminado por los sucesos y las decisiones de su pasado. Ha aprendido mucho sobre los de su especie y, gradualmente, ha comenzado a ver el mundo desde otra perspectiva menos cruel. Se ha acoplado perfectamente a la manada e incluso se ha hecho un poco cercano a algunos de sus integrantes. O bueno, desde el día en que descubrieron que fue él quien les dio comida, lo saludan con amabilidad y le piden consejos culinarios. Sin embargo, esto no es así con todos los integrantes de la manada; las personas más allegadas a Kailer lo odian, y él puede entenderlos perfectamente. Se enteró por casualidad de la pelea que tuvo Kailer con Minsaik y odió ser el causante de esta. Siempre ha querido tener una oportunidad de hablar con Minsaik, pero desde ese día el alfa no ha vuelto a la manada. Por otro lado, están Chad y Sehan, los dos hombres; cada vez que lo ven, lo saludan con respeto, pero no hay más interacción. Jayden sabe que solo lo tratan con respeto porque saben que es el compañero de su líder, pero puede sentir la hostilidad en cada saludo. No le molesta; él mismo es un fiel creyente del hecho de que la confianza, el cariño, el respeto y la lealtad deben ser ganados. No obstante, no tiene idea de cómo acercarse a los hombres, así que simplemente acepta su hostilidad. Pero no es algo que desee dejar así, dado que sabe que esas tres personas son las más importantes para Kailer y el hombre le ha dado demasiado como para que, al menos, no ponga un poco de esfuerzo en solucionar las cosas con sus amigos y su hermano, para hacerlo sentir bien. Jayden exhaló profundamente mientras su mirada se perdía entre las estrellas. Kailer no había vuelto a casa en todo el día, y Jayden se sentía abrumado por el aburrimiento; ni siquiera había recibido un mensaje de él. Desde que su relación avanzó, Kailer solía enviar mensajes o llamar cuando estaban separados. Jayden se había acostumbrado a esas pequeñas demostraciones de afecto, y no tenerlas lo dejó con un extraño vacío en el corazón. Al verificar su celular y comprobar que no estaba dañado, una punzada de tristeza lo atravesó al ver el nombre "Capitán" brillando en la pantalla. Las letras que formaban esa palabra eran demasiado atrayentes ante sus ojos. —¿Y si lo llamo? —murmuró. “¿Por qué lo intentas? Claramente, se aburrió de ti.” Una voz molesta y aterradora resonó en su cabeza, pero las palabras dulces de Kailer lograron apagarla gradualmente. No solo con hechos, sino también con cada palabra cariñosa, Kailer había demostrado lo significativo que era para él, siempre fue comprensivo y lo llenó de ternura. Jayden sabía que esas palabras resonarían más fuerte que cualquier pensamiento negativo que pudiera surgir. —¿Jayden? —el chico se sobresaltó al escuchar su nombre, pero se tranquilizó un poco al ver de quien se trataba. —¿Qué pasa? —¿Qué haces aquí? —Jayden se asustó y trató de explicarse rápidamente. —Yo… no quería merodear por allí; simplemente me gusta ver las estrellas. —Comprendo, pero deberías tener cuidado, no es seguro andar solo por aquí. Eres consciente del ataque de Kailer y, aunque ahora hay mucha más seguridad, es importante tener cuidado. —Solo quería tener un poco de aire fresco. Para Jayden, es insoportable estar encerrado tanto tiempo. Cuando vivía en la clínica, podía salir a correr siempre que lo necesitaba. Sin embargo, ha pasado mucho tiempo desde la última vez que lo hizo, y simplemente quería calmar un poco a su lobo. No pensó que eso le traería problemas. —Nuestro deber es cuidar de ti. No nos lo hagas tan difícil. Un poco molesto con la situación, se puso en pie y, después de pedir disculpas, caminó hacia la casa, pero se detuvo para mirar al hombre. —Sé que no me quieren aquí, pero es mejor que comiencen a acostumbrarse a mi presencia, porque no pienso alejarme de Kailer—. No sabe de dónde salió esa determinación, pero estaba realmente molesto con todo lo que está ocurriendo. —Cuando las cosas con Calen se arreglen, no tendrás que preocuparte por nada y podrás irte. No necesitas pensar tanto en ello. —¿En verdad creen que estoy aquí por lo que sucedió en la clínica? —No es que lo creamos; estamos seguros de ello. Tú lo dejaste claro desde el primer día. La manada y Kailer no significan nada para ti. Si no te has ido es porque temes que los problemas entre Kailer y Calen te dañen. Ahora Jayden puede entender un poco las cosas. No es que para ellos Jayden sea indiferente; es simplemente que ellos creen que para Jayden ellos y Kailer lo son. Ha sido totalmente su culpa porque no ha hecho más que alejarse desde el primer día y es natural que tenga ese sentimiento de desagrado hacia él. Se rió un poco. Ustedes no tienen idea de lo que he pasado, pero te aseguro que puedo cuidar de mí mismo. Lo he hecho durante muchos años y puedo seguir haciéndolo. Si estoy aquí, a pesar de todo, es por Kailer y porque creo en él. No necesitas ser tan confiado al respecto —Jayden exhaló un poco, calmándose al instante—. Sehan, ¿Kailer no les dijo nada sobre mí? —¿Sobre ser compañeros? —No—Kailer le confirmó hace mucho que sus dos amigos y su hermano sabían que eran compañeros—. Hablo sobre mi pasado. —No, pero sabes que lo estás utilizando para encontrar a alguien—fue un poco déspota. No puedo negar que estás utilizando a Kailer, pero no es todo como ellos lo piensan. —Sehan, no es todo como ustedes lo piensan —aclaró—. Kailer es importante para mí y sé que al principio puede demostrar lo contrario, pero ahora es totalmente diferente. Él es mi compañero, y ustedes son parte de él. Nunca quise hacerlos sentir de esa forma. Lo lamento. El chico pareció ablandarse un poco después de escucharlo. —Escucha, Jayden, sea como sea, eres el compañero de Kailer. Si lo que dices es cierto, tendrás un amigo en mí. Sin embargo, no permitiré que lo lastimes—lo observó un momento—. Si no estás dispuesto a quedarte con él, simplemente déjalo ya. —No me iré a ninguna parte —fue firme en sus palabras—. Él es mi compañero, me quedaré a su lado hasta que él lo decida. Hace mucho, Jayden había aceptado sus propios sentimientos hacia Kailer, y desde ese momento, decidió hacer todo lo posible por estar con y para el hombre. Algunas cosas aún le cuestan y no las entiende, pero eso no significa que sus sentimientos sean un misterio o que desee esconderlos. Kailer siempre ha demostrado su amor por él, y Jayden desea hacer lo mismo. Es un poco vergonzoso decir esas palabras en voz alta, pero no se arrepiente. —Eso es bueno. —Su actitud cambió totalmente, sorprendiendo a Jayden—. Era todo lo que deseaba escuchar de ti. Desde que conoció por primera vez la identidad de Jayden, Sehan lo estudió constantemente, observando al hombre, y pudo notar que posee un alma pura. Sin embargo, sus actitudes siempre los confundieron. Por eso es que decidió observarlo en silencio, descubriendo muchas cosas. Sabe que el pasado de Jayden es oscuro y dedujo que por ello el hombre era tan cerrado, pero deseaba escucharlo de sus propias palabras y, al verlo solo, tomó la oportunidad. —¿Qué…? —¿Te doy un consejo? —dijo sin dejarlo terminar—. Eres el compañero de Kailer; tarde o temprano, las personas se enterarán. Será mejor que comiences a vincularte con ellas porque, de cualquier manera, esta también será tu manada en el momento en que eso ocurra. Y si no puedes hacer -que las personas confíen en ti, el más perjudicado será Kailer. Jayden se congeló en ese momento y comenzó a sudar frío. ¿Qué sucederá si las demás personas se enteran de que es el compañero de Kailer? ¿Cómo reaccionaría el hombre? ¿Estará de acuerdo con que alguien como él sea reconocido como la luna de la manada? Apretó sus manos en puños, casi causándose daño. Alguien como él nuca lo reconocería. La voces en su cabezas hicieron ecos atormentándolo y trayendo a relucir su pasado. —Eso no puede suceder —murmuró. —En algún momento sucederá, y si no lo hace, Kailer querrá revelarlo. —La mirada de Jayden, que estaba un poco perdida debido al miedo, se posó rápidamente sobre Sehan en busca de esperanza. —¿Lo hará? —¿En verdad no lo sabes? —negó—. Eso es lo que más desea Kailer: anunciar ante todos que tú eres su Luna. Tras la conversación con Sehan, Jayden regresó a la casa sumido en sus pensamientos. Las palabras del beta persistía en su mente como un eco resonante, ocupando cada rincón su cabeza. ¿Realmente Kailer busca proclamarse como su pareja? ¿Es esto tan impórtate para él? Jayden ha aceptado el amor de Kailer, pero dar el paso de ser presentado formalmente como su compañero de vida es un gran salto. Jayden se ve a sí mismo como alguien insignificante, lleno de imperfecciones y con un pasado lamentable. Esto le hace pensar en el cómo reaccionarán de los demás al enterarse de que el líder desea tener como compañero a alguien como él. Buscando relajarse, Jayden tomó una ducha. Con demasiadas cosas en su mente. Ha reconocido tanto el amor de Kailer como el suyo propio. En los últimos meses, ha procurado acercarse al hombre y confiar en él. Ya no evita el contacto de Kailer ni teme por sus reacciones algo exageradas o cuando lo siente molesto. Se siente completamente cómodo, y no puede negar que anhela ser reconocido públicamente por él. Sin embargo, solo pensar en ello le causa conflicto. Recuerda al Jayden de hace años, al inocente enamorado que fue destrozado por aquel que creyó su compañero. Imagina su deseo de ser presentado como la Luna de la manada y revive el maltrato físico y emocional que sufrió por desear algo natural. Aunque sabe que Kailer no es como aquel hombre, su corazón no puede evitar que su subconsciente reviva esos dolorosos recuerdos. Salió de la ducha, vestido solo con una simple toalla, y al salir del cuarto de baño, quedó totalmente sorprendido de ver al dueño de sus pensamientos esperando por él, sentado en el sillón. —¿Qué estás haciendo aquí? —tartamudeó un poco por la sorpresa. —Vine a verte. —El hombre estaba totalmente recostado en el sillón con las piernas algo abiertas. Una de sus manos descansaba en el respaldar del sillón, mientras la otra se asentaba en una de sus piernas—. Una buena vista, a decir verdad —sus ojos destellaron una luz algo pícara al pronunciar esas palabras—. Ven. Fue algo extraño, pero Jayden obedeció. Caminó hacia él, quedando justo al frente de Kailer. Olvidó por minutos que solo estaba envuelto en una pequeña toalla, pero la mirada penetrante del hombre se lo recordó. No es que le diera vergüenza estar delante del hombre; su incomodidad se debía a las marcas que adornaban su cuerpo, no eran demasiadas, pero sí lo suficiente para hacerle odiar que Kailer lo viese semi desnudo. El hombre se puso en pie quedando a pocos centímetros. Kailer levantó con cuidado su mano y con delicadeza la posó en el rostro de Jayden. —Kailer…—susurró tentativo. —Shhh, está bien —con sumo cuidado comenzó a recorrer el dorso de Jayden con su mano sin apartar la mirada de los ojos del chico. Jayden tembló al sentir los dedos de Kailer recorrer su piel, trazando placer con cada cicatriz que encontraba en su camino hasta llegar a su cuello—. ¿Me extrañaste? —¿Mmm? —Jayden abrió los ojos un poco extasiado. Quería que el hombre continuara tocándolo, y eso fue un descubrimiento aterrador. No porque fuera algo anormal, sino porque aún no creía que estuviera mentalmente preparado para ello; sin embargo, su cuerpo deseaba al hombre y mentiría al decir que él no lo hacía. Jayden anhelaba sentir las manos del hombre recorriendo su cuerpo, ser besado apasionadamente por él e incluso deseaba ser tomado por él. Sin embargo, temía las consecuencias que esto pudiera traer y, más aún, temía lo que su mente pudiera hacer de él. —Yo sí lo hice. —Lo vi —se concentró en decir, sin dejar de pensar en las manos del hombre tocando su cuerpo—, no llamaste. —Quería que tú lo hicieras—confesó. Él se había acostumbrado a buscar insistentemente a Jayden porque sentía que los minutos alejado de su compañero eran insoportables. Necesitaba saber si estaba bien, si no había desaparecido. Y quería confirmar si Jayden sentía lo mismo por él. Pero en el momento en que no recibió señales de su compañero, vino directo a su habitación. Nunca pensó que sería recibido con una vista tan maravillosa y tentadora. —Sí te esperé—se avergonzó un poco al decirlo—, solo no llamé porque no quería molestarte. El corazón de Kailer se sintió reconfortado y sonrió. Estaban tan cerca uno del otro; su respiración chocaba una con la otra. Solo debían acercarse un poco más para que sus labios se unieran, pero ninguno tomó la iniciativa de moverse; simplemente se quedaron allí, extasiados por la cercanía del otro. —Cariño, si en algún momento me extrañas, solo llámame. No importa dónde esté o con quién esté, ni siquiera importa qué tan ocupado esté para los demás; para ti siempre estaré disponible —trazó los labios de Jayden con su pulgar—. ¿Puedo? Jayden no se movió; simplemente se quedó quieto, mirando al hombre a los ojos, los cuales reflejaban una mezcla de afecto y complicidad. Kailer tomó sus accionar como respuesta e inclinó su cabeza lentamente hacia adelante, acercándose más a los labios de Jayden. Fue un beso profundo; ambos lo estaban deseando, así que se sumieron en él. A medida que el beso se intensificaba, un sentimiento de calidez y seguridad los invadió. Aunque habían tenido muchos besos antes, ninguno era como este, y ambos eran conscientes de ello. Las manos de Kailer se aferraron fuertemente a la nuca de Jayden, atrayéndolo más hacia sí, mientras que las de Jayden buscaban sostenerse de la chaqueta de Kailer. El beso aumentó cada vez más hasta que ambos se dejaron llevar. Estaban tan extasiados que no se dieron cuenta de cuándo las cosas escalaron a ese nivel. Kailer estaba sentado en el sillón, y Jayden se había acuclillado en las piernas del hombre. Tanto la chaqueta como la camisa de Kailer habían desaparecido, y la toalla de Jayden estaba a medio poner. Eran un desastre en ese momento, pero ninguno deseaba detenerse; ambos sabían lo mal que podía terminar, pero eso era lo que menos les interesaba. Sus cuerpos probaron el deseo y no querían soltarlo. Sin embargo, en el momento en que las manos de Kailer tomaron camino hasta los muslos de Jayden, el chico despertó y detuvo todo movimiento. La respiración de ambos era agitada, y sus cuerpos temblaban presos del deseo. Kailer sostenía con fuerzas los muslos de Jayden mientras este sostenía sus manos evitando que el hombre avanzara más allá. —No estoy listo —murmuró, colocando su frente junto a la de Kailer—. Te deseo, pero no estoy listo para eso. Kailer abrazó a Jayden y se tomó su tiempo para calmarse. —Lo entiendo; no pasa nada —Kailer intentó quitarlo de encima, pero Jayden se negó. —Puedo ayudarte. —No es necesario —se negó para luego besar sus labios e intentar quitarlo, pero Jayden no se lo permitió. —Puedo hacerlo; quiero hacerlo. Los ojos de Kailer eran intensos, reflejaban completamente a su lobo; el deseo que sentía era evidente, y aunque Jayden no estaba preparado para ser tomado, eso no quiere decir que no podían hacer otras cosas. —¿Estás seguro? —Sí. Kailer apartó sus manos y continuó besando a su pareja, mientras Jayden se ocupaba, a tientas, de desabrocharle los pantalones. El alfa comprendía perfectamente a su compañero y estaba dispuesto a esperar todo el tiempo que fuera necesario. Para él, estos momentos de intimidad con Jayden eran más que suficientes. ≻────────────────────── ⋆ ⋆ ──────────────────────≺ Jayden suspiró mientras terminaba de arreglar todo en la clínica. Las cosas habían estado un poco enredadas para él. Theo se enfermó, así que pidió licencia. Izan tuvo que retirarse temprano de la clínica, y el turno de Rune terminó antes, dejándolo solo con Avel. Aunque este último finalizó antes que él así que Jayden simplemente lo dejó ir, sabiendo que Kailer no tardaría en pasar por él. Se sonrojó en pensar en lo que había sucedido con el hombre la noche anterior. Esta mañana esperaron juntos en la misma cama; las cosas se sintieron algo extrañas, pero Kailer hizo todo lo posible por levantarle el ánimo. Le preparó el desayuno y lo llenó de amor. Jayden debía admitir que cada día se estaba enamorando más de Kailer, y no podía esperar el día en que los dos pudieran estar juntos sin ninguna limitación. Por eso, está trabajando fuertemente en sí mismo y en su estabilidad emocional. Kailer no lo sabe, pero desde hace unas pocas semanas ha comenzado a tomar terapia por sugerencia de Theo. Todo ha sido en la clínica de la Manada. Le pidió a su psicólogo que mantuviera en secreto de Kailer, y así lo ha hecho. Al inicio, las cosas no marcharon bien, pero Jayden ha ido soltando poco a poco sus miedos. Terminó todos los pendientes que tenía, levantó el teléfono y leyó el mensaje de Kailer, quien le anunciaba que ya estaba en camino por él. Así que sonrió y tomó todas sus cosas antes de salir de la clínica. Sin embargo, en el momento en que abrió la puerta, todo lo que llevaba en la mano cayó al suelo, su cuerpo empezó a temblar y los vellos de su piel se erizaron al sentirse observado. El pitido en sus oídos lo ensordeció, su vista se nubló completamente y cada fibra de su ser se sintió asqueada. Ese olor, ese hedor nauseabundo que lo hacía querer vomitar, aquel olor que tanto odiaba y le causaba miedo. Acónito, el veneno del diablo... La perdición del lobo. Todo el lugar apestaba a Ezra, dejándole claro que el hombre por fin lo había encontrado. Su libertad y felicidad terminarían en ese momento; ya no podría huir más, había llegado su final. Jayden cayó de rodillas al suelo y llevó sus manos a sus oídos intentando sofocar los gritos, burlas e insultos, pero fue inútil, quería dejar de sentir ese olor, pero el hedor se hizo más intenso hasta el punto de no dejarlo respirar. ¿Por qué ahora? ¿Por qué no podía dejarlo en paz? ¿Por qué tenía que seguir atormentándolo? ¿Por qué, justo cuando empezaba a sentir un poco de felicidad en mi vida? Rogó, rogó por ser salvado, pero una vez más nadie vino en su ayuda. Las lágrimas llenaron sus ojos, le costaba respirar y terminó vomitando todo lo que había comido. Sabía que lo estaba mirando, podía sentirlo, pero no podía alejarse de él; su cuerpo no le respondía. Apretó sus uñas contra la piel de sus piernas intentando provocar alguna reacción, pero por más que sangró, no logró nada. Estaba a punto de desmayarse, el aire escaseaba en sus pulmones y su vista se tornaba borrosa. En medio de todo el caos, lo único que alcanzó a decir fue el nombre de su compañero: Kailer. Sabía que el hombre no podía escucharlo, pero era en el único en que podía pensar. Jayden escuchó unos pasos acercándose a él y se encogió en su lugar; justo cuando sintió los brazos de la persona rodeándolo, su corazón se detuvo por unos instantes, perdiendo la noción de las cosas. Fue como un enorme apagón en todo su sistema y, cuando volvió a recobrar la conciencia, vio el rostro de Kailer frente a él. —Jay, cariño, aquí estoy. —Kailer —susurró y se dejó ir enterrando su rostro en el pecho del hombre, intentando llenarse de su aroma. —Tranquilo, cariño, aquí estoy —lo consoló—. Perdón por llegar tarde. —Kailer —repitió una y otra vez ese nombre como si intentara comprobar que realmente estaba allí y no era su imaginación. —Siénteme, cariño, soy yo; aquí estoy junto a ti y no me iré. —Él está aquí, Kailer, lo sé, pude sentirlo. El alfa podía sentir el miedo de su compañero; Jayden estaba aterrorizado y hecho un desastre. Podía saber perfectamente lo que estaba sucediendo, pero necesitaba que el chico se lo confirmara. Intentó alejar a Jayden de su pecho, queriendo que el chico lo mirara a los ojos, pero este chilló y se aferró aún más a él. —¿Quién? —preguntó, permitiéndole quedarse entre sus brazos. —Él, Kailer, Ezra. ≻────────────────────── ⋆ ⋆ ──────────────────────≺
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