Salgo de la camioneta como una niña, que quiere abrir sus regalos de navidad. Al entrar a la casa, puedo darme cuenta que todos los calentadores y chimeneas del lugar están prendidas, lo que quiere decir que este Sebastián está en casa, ya que únicamente se prendían las chimeneas cuando el amo de la casa estaba. Camine lentamente por el lugar, hasta llegar a la sala, mientras veo a una persona realmente elegante mirando un reloj grande y viejo que Sebastián tenía como decoración. Era alto y delgado, con una espalda algo ancha, mientras usaba un traje n***o muy bien planchado, mientras el olor de su perfume y gel llegan a mis fosas nasales como un festín. Lentamente esa persona misteriosa se da la vuelta, dejándome ver a mi gran y hermoso esposo, luciendo tan guapo con su cabellera peinad

