CAPITULO 12

1252 Palabras
Zafiro. Escuché que me llamó una voz a lo lejos. Zafiro. volvió a llamar esa voz molesta ¿Dónde estoy? ¡Zafiro! Volvió llamar esta vez más cerca ¿Quién anda molestando tan temprano? Abrí mis ojos con lentitud cerrándolos de inmediato cuando la luz golpeó directamente en mi rostro. - ¡Zafiro! - Gill me abrazó aliviado. Fruncí mi ceño confundida mirando todo a mi alrededor, esto definitivamente no es Topaz. - ¿Dónde estamos? - mi voz estaba ronca porque acaba de despertar. Gill tenía el cabello mojado, unas cuantas gotas cayeron en mi rostro despertándome un poco más. Sus mejillas estaban sonrojadas por el frio... Nunca había notado lo guapo que es Gill de cerca ¿por qué mi corazón se está acelerando y mis mejillas se sientes calientes? - y estamos en este lugar - terminó de contar. Lo miré confundida sin saber que era lo que había dicho. - ¿disculpa? no te escuché - Gill bufó. - te digo que estamos en el mundo exterior. Me levanté del suelo de rapidez sintiendo como un mareo atacaba mi cabeza. Estamos en una especie de cueva mal cuidada, la única luz que hay es la de la laguna y la que supongo que es la salida. - tranquila - me agarró por la cintura para que no cayera de cara en el suelo. - ¿el mundo exterior? - miré a mi alrededor con desconfianza - ¿Dónde están los demás? - ¡Zafiro! - Gael apareció a mi lado y comenzó a revisar mi cuerpo en busca de alguna herida - estás bien - suspiró aliviado. - ¿ya despertó? - Indis aparece por la entrada de la cueva, su cabello también está mojado al igual que su ropa. - siento que mi estomago está al revés - me quejo - ayúdenme a salir de aquí, este lugar es muy deprimente. Gael se inclina un poco para que pase una mano por su hombro. - la princesa tiene un estomago delicado - se burla Indis y le muestro de forma amistosa mi dedo del medio - eso no es digno de una princesa. Ignoro su existencia y dejo que Gill y Gael me lleven afuera de la cueva, el viento fresco golpea mi rostro y cierro los ojos complacida. El collar en mi cuello brilla, Draca quiere salir a volar, pero no es seguro todavía. Miro a mi alrededor y me sorprendo de lo bonito que es este mundo, Topaz es más bonito, pero este no tiene nada que envidiarle. Los arboles son grandes y bonitos, no tanto como en nuestro mundo, pero si son muy grandes, hay muchos ¿animales? ¿aquí también se le llaman así? - majestad - Sama'el se acerca preocupado - ¿está bien? - siento como si hubieran drenado la mitad de mi magia, fuera de eso estoy bien - digo mientras me separo del agarre de Gael y Gill. - ¿hacia donde vamos ahora? - pregunta Indis mirando en todas las direcciones. - no lo sé - todos volteamos a ver al conde esperando que estuviera bromeando. - vinimos a este mundo, peligroso sin saber a donde vamos - Indis rió en voz alta. - estás loca - digo con las manos en mi cintura. - él nos trajo a este mundo sin saber a donde vamos - señaló a Sama'el. Gael se metió la mano en el saco y fue detenido de inmediato por el conde. - bueno creo que... - sentí cuando un gran poder invadió mi interior hasta levantarme del suelo y mi cuerpo destelló en un color rojo. - ¡zafiro! - Gill intentó tocarme, pero fue detenido por Sama'el. - la gema se está comunicando con ella. Una voz que nunca había escuchado antes se apoderó de mis sentidos, era la voz de una mujer. Mi cuerpo de elevó y sentí que algo me jaló en dirección a aquella voz. Abrí mi boca asombrada al ver la magia de este lugar, en Topaz no tenemos nada parecido. La gema me siguió guiando hasta que llegue a un castillo pequeño de color blanco y muchas ventanas, dos hombres estaban en el jardín hablando ¿no me pueden ver? Miré hacia el frente y abrí los ojos asustada cuando vi que mi cuerpo iba directo a estrellarse contra la ventana del castillo. - no, no, no, no - tapé mi rostro asustada esperando el golpe que nunca llegó. Abrí mis ojos confundida - oh, ya estoy dentro del castillo. Miré a mi alrededor con curiosidad. Esto definitivamente es muy diferente a mi habitación en la academia que limpio y ordenado está todo, también hay artefactos que nunca había visto en mi vida, los hechiceros de aquí deben de ser más inteligentes que los hechiceros de Topaz. - ¿Quién eres? - preguntó la voz de una chica a mis espaldas. voltee a ver a la chica que me habló con indiferencia. Era una chica de cabello largo y blanco, sus ojos eran azules y su piel blanca como la nieve, una chica muy bonita y su aura mágica se puede comparar con la de un prodigio. Ella me miró expectante a lo que haría, me pregunto si ella es Vanessa. ¡Vanessa! miré hacia su cuello y ahí estaba el rubí de la destrucción. - tienes algo que es mío, vendré por el - el collar en su cuello brilló reconociéndome como su dueña - nos vemos, Vanessa. - ¿Vanessa? Y antes de poder decir otra cosa el collar me jaló de regreso a mi cuerpo. Salí del castillo afuera estaban todavía esos dos hombres hablando, mi mirada se cruzó con la del hombre de cabello n***o y ojos miel, él abrió sus ojos sorprendido, algo tiró con fuerza y me dejé llevar hacia mi cuerpo, al llegar al lugar donde estaban Gill y los demás suspiré, y entré de nuevo a mi cuerpo de nuevo. La luz roja comenzó a desaparecer hasta que se fue por completo. Sentí mi cuerpo débil de nuevo y Gill me agarró de la cintura antes de que cayera al piso. - ¿viste algo en tu viaje astral? - levanté mi mirada cansada y miré fijamente de Indis con fastidio. - sí... - tomé una larga respiración - encontré a Vanessa. - les dije que llegaríamos, los dioses siempre dan respuestas. - los dioses deberían de sentir el cansancio que siento ahora - dije con sarcasmo. - creo que deberíamos de descansar por hoy, mañana seguimos - dijo Gill con preocupación - ¿Cuánto crees que nos tome para llegar donde Vanessa? - un día, horas si usamos a Draca y a Gela. - denegado - dijo el conde de inmediato - causaríamos terror innecesario. Vinimos en son de paz, si nos ven montados sobre unos dragones nos atacarán. - me duele decir esto, pero el conde Drácula tiene razón. - me llamo Sama'el Nightfull, el conde Drácula es mi primo tercero. - me estás jodiendo ¿verdad? - cuida bien tus palabras delante de mi amo - Gael intentó meter la mano en su saco, pero fue detenido por el conde... de nuevo. - ok, ok - Indis alzó sus manos en señal de paz. - descansa - susurró Gill en mi oído - tenemos un día largo por delante. - está bien - susurré cansada - muy... bien. Lo ultimo que vi fue la sonrisa de Gill antes que cayera en el mundo de los sueños...
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