Pisar la jefatura fue incómodo, pero también rápido. Como es de suponer, Jackson se tuvo que bajar con una buena pasta para poder hacer el arreglo de apellidos. Creí que quizá las cosas se complicarían y aunque suene egoísta admito que estuve ligando con los dedos cruzado que no se diera el cambio. Pero finalmente nos hicieron pasar con un abogado y Jackson reconoció a John como su hijo. Johnatan Isaac Walker Colleman. Ahora vamos de regreso a casa, con el tráfico más desastroso de lo normal. Johnatan con su indiscreción invitó a comer a Jackson a casa. Y pues, como el castaño no es un imbécil -nótese el sarcasmo- aceptó. Y yo he tenido que hacer de todo mi autocontrol para no explotar como una bomba atómica, de coraje. Después de todo Johnatan no sabe nada de lo que pasó entre su papá

