Ha pasado una semana, por fortuna todo ha marchado bien. Anoche Paúl llegó a casa por fin, después de tantos días, hubo problemas climáticos por lo que suspendieron los vuelos pero ya mi negrito está aquí conmigo.
Es domingo y Jackson se llevó a John a su casa desde el viernes que fue a buscarlo al colegio y después vino a recoger su ropa.
No me he sentido muy cómoda con la idea de tener a mi niño lejos de mí, nunca hemos estado separados tanto tiempo. Al menos no desde que lo acepté.
Me siento incompleta sin mi bebé.
Los brazos de mi prometido me rodean desde atrás.
—Estoy cocinando. —me río, sé cuales son sus intenciones, pues me llegó el período hace dos días y no hemos podido hacer nada.
—Si nos duchamos será menos incómodo.
—No, que asco. —vuelvo a reírme.
No tendremos sexo a
