Capítulo 8.

3319 Palabras

Lo primero que pudo notar Jaen al abrir los ojos, era que, en el lugar en el que estaba, no era su casa, porque quizás por las veces que había estado ahí lo reconocía, no como un recuerdo familiar, sino como un sentimiento, de que ese era su lugar seguro. Sus ojos recorrieron lentamente el interior de la cueva pero no llegó a sentirse asustado por no saber de que durmió afuera de su aldea, quedando vulnerable a cualquier peligro que pudiera estar cerca, que sabía que podían ser muchos, pero en ese día era como si hubiera encontrado un segundo lugar seguro. Lo siguiente que pudo notar fue que, no estaba solo en la cueva, sino que había un bazo sobre su cintura y una cola envuelta suavemente alrededor de la suya, como si temiera que desapareciera, pero sin llegar a hacerlo sentir como un p

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