Al regresar a su aldea, Lior esperó que, como el día anterior, Jaen sólo se sintiera conectado con el lugar y lo abandonara, pero no sucedió, aunque el alga que ataba sus muñecas ya no estaba.
Realmente no se quejaba de su día, porque fue mucho mejor de lo que pudo imaginar, ya que nadó todo el día junto al tritón rubio, a veces muchas veces por los mismos lugares, y también jugaron con los peces del arrecife, porque Jaen parecía amar hacer eso, cuando Lior no estaba acostumbrado, ya que él prefería nadar junto a los delfines, a veces compitiendo por quien era más rápido, u ocultando su cuerpo con los de ellos para saltar fuera del agua, pero en ese día le pareció divertido hacer lo mismo que el pequeño tritón rubio.
A pesar de que tuvo que presentarse a Jaen más de una vez en ese día, e
