Parte 7

1760 Palabras
Escucho cada palabra con atención, mi jefe nos dice muchas observaciones y las tendré muy en cuenta, seré la mejor en este lugar. Christopher se pone de pie y sigue hablando, pero ¿por qué camina hacia mí? Por Dios, ¿por que caminas hacia acá? sólo date la vuelta y ve hacia otro lado, cada vez más veo como se acerca y en cuestión de segundos lleva su brazo hasta mi cabeza ¡Carajo! Intenta quitarme el gorro de lana que llevo pero mi cuerpo reacciona y en un reflejo sostengo su mano en el aire. Este parece sorprendido por mi acción y conecta sus ojos con los míos. - ¿Qué estás haciendo? – dice con un tono de voz autoritario. - ¿Qué? - ¿No piensas soltar mi mano? - parece molesto por cómo me habla. - ¡Oh! sí señor, lo siento - suelto su mano, que por cierto es tan cálida en comparación a la mía que es tan fría y pequeña. - Espero que el día de la inauguración no traigas eso contigo - Christopher vuelve a mirarme y esta vez señala lo que cubre mi cabello. - Como usted diga, señor. Por un instante pensé que sería descubierta, nunca había experimentado tantas emociones en tan pocos días, a este ritmo un infarto podría ser la causa de mi muerte. El resto del tiempo aquí, me la pasé evadiendo a mi jefe y a Sebastián, no quería ser descubierta, no llevo ni el primer día de trabajo y ya seré corrida. Algo tengo que hacer. En la tarde estoy en el pequeño apartamento con Carla tratando de encontrar una solución para mi cabello, no quiero cortarlo ¡me niego! - Vamos Nicolle, sabías que en algún momento tenías que hacerlo, no me digas que pensaste que podías usar ese gorro de lana por el resto de tus días. - Pues, la verdad en mi cabeza estaba considerando esa posibilidad. - ¿Cómo crees? Ese bonito uniforme no combina con ese gorro tan feo, pero ahora que lo pienso quizás esta sea una señal del cielo para que no continúes con esta estupidez, deja todo hasta aquí y mañana buscaremos otro empleo para ti. - Pero no quiero renunciar ahora, es el lugar perfecto para comenzar, conozco del tema, ya sé como funciona, puedo ganar buena propina y aprenderé mucho más – pauso mis palabras por unos segundos y con el dolor de mi alma lo digo - cortaré mi cabello. - ¿Estas segura de esto? – Carla me mira con preocupación. - Si, lo cortaré; no es tan grave, volverá a crecer – digo para auto consolarme. Media hora después estoy frente a un espejo, veo en el reflejo a mi amiga un poco nerviosa con unas tijeras en las manos. Le sonrío para que sepa que confío en ella. - ¿De verdad estas segura de lo que quieres hacer? - hazlo. Mi cabello ya es corto, me queda a la altura de los hombros, sólo lo cortaremos un poquito más, no creo que se note la diferencia. Cierro los ojos y en segundos siento los cabellos caer, inhalo y exhalo para tratar que el sonido de las tijeras cortando mi pelo no altere más mis nervios. Poco a poco escucho menos el roce de las tijeras, siento mi cabeza más fresca y liviana. - ¡Creo que quedó bien! – exclama Carla con algo de entusiasmo. Abro lentamente mis ojos y el impacto por lo que veo es más fuerte de lo que pensé. No tengo voz así que quedo muda por un tiempo. -  Vamos, di algo, no te quedes callada. - Parezco Daniel el travieso - Carla comienza a reír y yo hago lo mismo. - No te queda tan mal, sabes, mi abuela le decía a ese corte de cabello "El hongo" así que pareces un hongo – ella sigue riendo y la tensión va disminuyendo. - Deja de reírte Carla, no ayudas - paso mis manos por mi cabeza y la sensación de los cortos cabellos deslizándose entre mis dedos hacen que mi corazón se agite y no de felicidad. - No estés triste, en algún momento terminará todo y te crecerá nuevamente el cabello - lo dice agitando su mano por mi cabeza. Dos días después me encuentro en la habitación vendando mi pecho, hoy inicio mi trabajo en el club así que visto mi uniforme como un niño más; la elegante camisa negra de mangas largas, la corbata satinada negra y el pantalón de corte recto del mismo color dan un toque elegante a mi nuevo estilo, para terminar acomodo mi cabello con un peinador y doy un último vistazo, al salir de la habitación está mi amiga esperando para ver el resultado final. -  ¿Qué tal me veo?- Hago una pose de hombre fortachón y sonrío. - Te ves como Nicolás – Carla levanta su dedo pulgar en señal de aprobación y sonríe entusiasmada, pero por dentro sé que los nervios también se la están comiendo viva. Salgo del edificio y en cuestión de minutos veo llegar la vans con alguno de los muchachos, todos parecen ansiosos. Al llegar al club encontramos varias personas terminado los últimos detalles de las luces, decoración, sonido y demás cosas. A lo lejos veo a mi jefe dándole indicaciones a una mujer un poco más joven que él, esta sólo anota en una agenda todo lo que él dice y luego se va, desde su ubicación levanta su mano como forma de saludo y camina hasta nuestra dirección. - Buenas noches muchachos, que bien lucen todos con sus uniformes - este nos escanea uno a uno y supervisa que todos lleven el uniforme de forma debida, sus ojos verdes se detienen en mí, me brinda una sonrisa y con su mano derecha sacude un poco mi cabello. - Que bien te ves chico Me hace sentir como perro pero no importa, parece que esta de ánimos por como luce su expresión. - Señor, ya está todo listo, en diez minutos dejaremos entrar al personal – dice la persona encargada de la entrada del club. - Ya escucharon, en diez minutos comenzaremos la apertura, todos vayan a sus lugares y hagan su mejor trabajo. Todos van hasta sus respectivos sitios, mientras yo también hago lo mismo veo a mi jefe detener a mis compañeros Ricardo, Jhon, Mauricio y Ben. No estoy tan lejos como para escuchar que el menciona mi nombre o bueno, mi falso nombre ¿Hablan de mí? Trato de leer sus labios pero no logro entender, hago caso omiso y retomo mi camino. Cuando los clientes comienzan a entrar en su mayoría mujeres, todos nos preparamos y vamos a las mesas con nuestras sonrisas en su máximo esplendor. - Buenas noches, bienvenidas a Wine Club, soy Nicolás y hoy seré el encargado en atenderlas. - Muchas gracias, que lindo eres ¿Me dijo lindo? ¿Que se supone que debo responder a eso? - ¿Gracias? - Que modesto, de nada Nicolás, oye ¿podrías traernos vino tinto por favor? - Claro que sí ¿Tienen alguno de preferencia? - No, sorpréndenos La mujer me guiña un ojo y anoto en la agenda un vino Sangiovese, este tipo de vino es de cuerpo medio y con un rico sabor a frutos rojos. Paso la orden a la barra para que el encargado busque en la bodega el vino pedido, mientras tanto paso a otra mesa y en esta sólo están dos hombres, les hago la misma bienvenida y la respectiva presentación para luego pedir la orden. - Oye chico, ¿cuántos años tienes? - ¿Eh? Disculpe. - ¿Cuántos años tienes? te ves algo joven para trabajar en un club nocturno. - Tengo los suficientes, así que puede pedir su orden con tranquilidad - Les brindo una sonrisa y este hace su pedido. La noche transcurre y el cansancio se va apoderado de mi cuerpo, me tiemblan las mejillas por tanto sonreír, ya me siento la cara congelada. El lugar cada vez más se iba llenando y los espacios para descansar nunca los vi por ningún lado, hasta que la hora de cerrar llegó y despedimos a nuestros clientes con una última copa de vino Golden que era cortesía de la casa. La cara de todos era de felicidad porque sabíamos que nos fue mejor de lo esperado, aunque el cansancio también estaba pasando factura, fue una noche bastante dura. Nuestro jefe se quedó con nosotros durante todo el servicio, superviso nuestro trabajo durante la noche. - Buen trabajo chicos, buen trabajo. Vayan todos a casa y descansen se lo merecen, mañana nos volvemos a ver - El hombre afloja su corbata y en la salida lo espera una mujer, bastante bonita para decir verdad, llevaba un vestido ajustado de color rojo y su largo cabello rubio cubría parte de su espalda desnuda, es tan delicada y bonita. Paso mis manos por mi cabello y me conmueve un poco la idea de saber que para todos soy un hombre, agito mi cabeza para centrarme en mi realidad y disponerme para ir a casa. De camino a nuestros hogares me cambio de asiento para quedar junto a Mauricio, necesito saber que les dijo Christopher, me preocupa que sea algo malo ¿será que sospecha algo? - Nuestro primer día fue agotador ¿No crees? – le pregunto de forma cortés. - Mucho más de lo que pensé, siento tanto cansancio en mis pies que no sé si mañana pueda caminar- ambos reímos por su comentario tan exagerado. - Oye Mauricio, no sé si deba preguntar esto pero tengo que hacerlo, porque de los contrario no podré dormir en toda la noche pensando en sí mi jefe me quiera correr con sólo un día trabajado y realmente necesito este empleo. - ¿De qué hablas Nicolás? - Es que sin querer vi cuando el jefe sólo los llamó a ustedes y mencionó mi nombre, no fue intencional solo que estaba muy cerca y lo escuche decir Nicolás. - Ah, eso... no te preocupes sólo nos pidió que te ayudáramos porque bueno, eres el más joven y nos pidió que estuviéramos pendiente de ti. Algo en mi estómago hizo cosquillas ¿De verdad Christopher pidió eso? - Oh, con qué era eso, ya podré dormir más tranquilo. - ¿De verdad estabas angustiado por eso? - No te imaginas cuanto - Mauricio sonríe y sacude mi cabello con su mano ¿Por qué todos hacen eso?              
Lectura gratis para nuevos usuarios
Escanee para descargar la aplicación
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Autor
  • chap_listÍndice
  • likeAÑADIR