Capítulo Uno: Último día de verano
Domingo por la noche
Perspectiva de Esmeralda:
Es el último día de verano y aquí estoy, ya temiendo volver a la escuela. La Academia Storm es una de las escuelas más prestigiosas en el multiverso de hombres lobo y siempre sentí que no encajaba allí. A pesar de producir guerreros implacables, líderes de manada y profesionales establecidos, tenía sus peculiaridades; con una jerarquía constante en curso, competencia entre los estudiantes, el drama entre las lobas y el amplio número de lobos machos libidinosos acechando. Mi nombre es Esmeralda Hutton. Cumpliré dieciocho años en dos semanas y soy una de las diez estudiantes becadas que asisten a la academia. Siempre me he preguntado por qué me molestaba en regresar a ese lugar cada año. Siempre fui ignorada y acosada por esos mocitos socialistas, que decían que era una vergüenza para la academia debido a mi situación financiera y mi apariencia, y que la academia no debería albergar casos de caridad.
Admito que no soy una talla cero, con esas marcas de alta gama sofisticadas y habilidades para maquillaje. Sin embargo, tengo una figura curvilínea en forma de reloj de arena, con pechos grandes, cabello plateado hasta el trasero y brillantes ojos azules. Mi mejor amiga, Hannah Thor, también es la única hija y la más joven del Alfa, siempre decía que envidiaba mi cuerpo y que debería lucirlo. Como cualquier otro estudiante en la Academia Storm, Hannah era increíblemente rica, pero no era como los demás estudiantes. Era dulce, cariñosa y humilde, una loba que siempre me defendía.
Recientemente había encontrado a su pareja, Luca Samuel, el futuro Beta de los futuros Cuatrillizos Alfas: Ezekiel, Azrael, Zaqeil y Samael Thor, quienes son los hermanos mayores de Hannah. Era como si la Diosa Luna los hubiera creado a mano, no se parecían a nada menos que a dioses griegos. Eran conocidos por su despiadada actuación en el campo de batalla y por su gran coqueteo fuera de él. Los cuatrillizos se habían graduado hace un par de años y aún no estaban emparejados a los veintidós años.
Mientras empaco mi última prenda de ropa para el año escolar, no puedo evitar preguntarme cómo será la vida una vez que alcance la mayoría de edad y pueda encontrar a mi pareja. A pesar de ser adoptada, mis padres adoptivos siempre me han brindado lo mejor de sus posibilidades. Sí, no éramos la familia más adinerada de la manada, pero nos teníamos el uno al otro. Siempre me he preguntado dónde estaba mi familia biológica. Nunca sabría si me amaban o siquiera pensaban en mí. Por mucho que deseara una pareja, estaba este miedo que persistía en mí de que mi pareja no me quisiera debido a mi situación económica o apariencia. Sinceramente, no tengo mucho que ofrecer aparte de mi tiempo y amor. Espero que la Diosa Luna encuentre a alguien lo suficientemente apasionado como para aceptarme tal como soy.
En el momento en que terminé de cerrar la maleta con cremallera, mi teléfono comenzó a vibrar. Sabiendo que era Hannah, ya que le asigné un tono de llamada específico para ella, me apresuré a contestar su llamada porque ella no dejaría de llamar hasta que lo hiciera.
—¡Hola, Em! ¿Lista para el último año mañana? —preguntó Hannah.
—No tienes idea —respondí, tratando de sacar todo el sarcasmo posible de mí. Ya estaba temiendo el mañana.
—No será tan malo, ¡confía en mí! Al menos compartiremos nuestro cuarto esta vez. Espera y verás, ¡será muy divertido! Este año también tenemos a Leah y Ela con nosotros. ¡Va a ser épico!
Leah y Ela, que era el apodo de Elanor, eran nuestras otras dos mejores amigas. Al igual que Hannah, eran ricas, pero muy amables. Sinceramente, todavía no entiendo cómo estas tres decidieron ser mis amigas. Junto con Ela y Leah, nuestro grupo de amigos incluía a nuestros tres payasos: Axel Smith, el hermano gemelo de Ela, Jeremiah Dun, a quien llamábamos Jer para abreviar, e Ian Holder. Él, al igual que yo, era un estudiante becado, pero más rico que yo en comparación. Una vez más, hasta el día de hoy, no entiendo cómo nos hicimos amigos, pero según el destino, aquí estamos, con cuatro años de amistad sólida.
—Vale, más de eso luego, cariño. Llamé para recordarte sobre la cena en mi casa pasado mañana. No aceptaré un no por respuesta, y prometiste dejarme vestirte —dijo Hannah.
El actual Alfa, Alexander, y la Luna, Crystal Thor, los padres de Hannah, organizarían una cena de celebración para los líderes de la manada, guerreros y amigos de Hannah por haber encontrado a su pareja, Luca. Así que como dictaba el destino, o debería decir que Hannah lo dictaba, no me permitiría ausentarme. Por lo general, evitaba ir a la casa de la manada al mínimo debido a las miradas extrañas y los susurros, pero supongo que iré esta vez.
—No te preocupes, Han. Recuerdo, aunque no me gusta mucho ir a la casa de la manada, quiero estar allí para mostrar mi apoyo y felicidad. Solo por favor, no exageres con el atuendo.
Lo que dije era verdad, realmente me alegraba por Hannah al encontrar a Luca. Siempre hablaba de lo mucho que adoraba al chico desde que eran cachorros.
—No te preocupes por eso, Em, ¡te tengo cubierta! En fin, tengo que irme. Nos vemos mañana.
Colgamos después de eso.
Estoy agradecida con la Diosa Luna por ayudarme a encontrar a Hannah, Ela, Leah y mis padres adoptivos. Estaría tan perdida sin ellos. A veces, pienso en dónde están mis padres biológicos y si saben que estoy viva o si alguna vez me quisieron en primer lugar.
Mis padres adoptivos siempre decían que fui bendecida por la Diosa misma y que mis ojos brillaban con amor y amabilidad, lo suficiente como para derretir los corazones más oscuros, pero sinceramente no lo creo así. Si fuera así, ¿por qué mi familia biológica no me quiso? No me quejo, pero siempre he querido saber por qué.
Bueno, así sea, supongo. Tengo mi sistema de apoyo aquí mismo en la Manada Tormenta Oscura. Puede ser limitado a mis padres adoptivos, mis seis mejores amigos y, por supuesto, Gabbana, mi gato mascota, a quien rescaté del bosque, pero fue suficiente para mí. Tal vez algún día mi pareja también pueda formar parte de ello.
