Capitulo 27. Lo miro en silencio y tomo su mano retirándola de mi mejilla. — Creo que la fiebre lo está afectando demasiado, llamaré Ahmed para que vaya por unos té y medicinas. — No es necesario, creo que ya la he molestado demasiado, debo irme…— Intenta levantarse y tambalea, camino hacia él y lo sostengo entre mis brazos quedando tan cerca de sus labios que me paraliza. Mi cuerpo emite una fuerte sensación se me lleva apretar su abdomen, mi respiración se agita al sentir sus labios rozar ligeramente con los míos, no puedo evitar bajarle la mirada ante la suya que es tan intensa que me doblega, sintiendo una extraña sensación que recorre la palma de mi mano. — Hace mucho frío afuera, vuelva al sofá, buscaré algo con que ayudarlo a bajar la fiebre, está muy débil, debería llama

