Mi primer día en el club

1563 Palabras
Nicole Martín Desde hace dos años esta es mi rutina diaria, visito a mi madre en el centro de reposo, desde que murió mi padre ella se desconectó de la realidad, en ocasiones no recuerda nada de lo que sucede el día anterior, tiene memoria de corto plazo, aunque recuerda muy bien a mi padre, en su mente él está vivo. Compró galletas y flores amarillas, las favoritas de mamá, me estaciono y bajo con los detalles, el portero me ve y sonríe, me acercó a él destapando mi caja, el olor de recién horneados sale. -Mi querida Niki buen día.- -Albertito hoy te ves más bello que nunca, come tu galleta, mañana te traeré tarta de manzana.- -Tu siempre me consientes, mi esposa dice que me vas a engordar.- -De amor, de mucho amor.- respondí besando su mejilla. Alberto ya es un hombre que pasa los 60 años, ha trabajado toda su vida aquí, conoció a su esposa, es enfermera y llevan 40 años juntos, los dos son una pareja hermosa que consienten a mi madre a diario. -¡Buen día!- mencionó ingresando, lo hablo fuerte para que todos me escuchen, sé que dejan de hacer sus labores y se acercan.- -¿Qué nos traes hoy?- mencionó Flor la recepcionista.- -Galletas con chispas de chocolate.- -Mujer nos volveremos diabéticos por tu culpa.- Uno a uno iba pasando y recibiendo la galleta, lo hacía a diario, ellos cuidaban muy bien de mi mamá, la protegían hasta del director, un amargado que veía a sus pacientes como signos pesos, en una ocasión me atrasé en el pago y él iba a lanzarla a la calle pero mis ángeles aparecieron, Entre todos los empleados recogieron dinero y me ayudaron a pagar la deuda, desde ese día yo les debo todo, me encargo de consentirlos y demostrarle lo especial que son. Llegue a la habitación de mi madre, como siempre estaba cerca a la ventana con su vista perdida, me acerqué y bese su cabeza, cambié las flores por las nuevas y me senté a su lado, siempre era el mismo patrón, mi cabeza sobre sus piernas, ella comenzaba acariciarme. A veces no hablaba, solo nos quedábamos así por horas, esperaba que ella me reconociera pero no lo hacía, solo decía mi niña, mi dulce y amada niña. Hoy no tenía afán en marcharme así que me quedé toda la mañana, vi que necesitaba un poco de ayuda en la cafetería así que me ofrecí, cuando vi que era hora del almuerzo me despedí de todos, iría a ver a Anthony. Llegue al restaurante, mi amigo ya estaba sentado, las mujeres en el lugar lo veían, él era un chico apuesto, eso no lo negaré. -Hola cariño.- mencioné llegando a la mesa.- -Princesa, ¿cómo está tu mamá?- -Igual que siempre, pero muy bien cuidada.- -Eso me alegra, vamos a pedir que muero de hambre.-mencionó entregándome la carta, revisamos muy bien, los tomaron la orden mientras que yo veía algunos anuncios de empleados en celular.- -Sabes que hoy me encontré con Maritza.- -Querrás decir Maritzorra.- resoplé -Se que la odias pero me contó que el club Faraón está buscando bailarines.- -¿Hablas enserio? Ese club es casi impenetrable, solo bailan allí los recomendados.- -Bueno hoy en la tarde recibirán bailarines, qué tal si vamos.- -¿Tú irás?-pregunte -Claro, sé que allá pagan casi cuatro veces lo que yo gano y sin acostarme con nadie.- Una vez terminamos de almorzar fuimos al departamento, recogimos nuestras maletas de ropa para la audición, me sentía nerviosa, no es que ya no lo hubiera hecho ya, es solo que ese club era muy famoso, solo la élite lo visitaba, si lo arruinaba acababa con mi carrera. Camino al club trataba de poner mi mente en blanco, Anthony conducía por que temía que yo chocara por los nervios. Llegamos al Club, siempre lo veía por fuera jamás ingresamos, era muy costosa la entrada, solo los amigos del dueño son los bienvenidos. -Niki debiste traer otra chaqueta, brillas más que el sol.- -Un sol de medio día, quema como el infierno.- mencioné en burla, no me había dado cuanta que todos nos observaban, que vergüenza.- Me presente ante el administrador del lugar, un señor que pasaba quizás de los 50, era conocido en el mundo del espectáculo, sabía que su coreógrafa era Olivia, la más costosa en cuanto a profesores de baile. Anthony y yo hicimos nuestra presentación, habíamos ensayado tanto estos pasos que fue como pan comido, al final el hombre nos contrató, iniciaríamos hoy mismo, tuve que llamar a Margara, que se encargue de mi clase de las 4, con Camila iría mañana en la mañana. Nos mostraron donde podíamos ubicar nuestras cosas, por un momento levanté mi vista, sentía que era observada desde lo alto, solo veía cristales muy grandes. -¿Listos?- mencionó Liam.- Me presenté con todos los chicos, las mujeres no me veían muy bien pero era normal, soy una extraña y vengo a mostrarles qué hacer esta noche. Comenzamos el ensayo por dos horas, todos aquí eran muy buenos, ahora entiendo por qué este club es famoso. Tomamos una ducha, al salir me entregaron el traje de la noche, trozos de telas para ser exacto, Liam me dijo que me pagarían por noche 350 dólares, al principio solo sería dos o máximo tres a la semana, algo que me parecía fenomenal, si pasaba directamente con el club me darían un sueldo mensual de 5 mil dólares, eso me aliviaría lo financiero. -Hola Nicole, no sabía que te gustaba bailar por dinero.- -Todos los bailes son por dinero Maritza, nadie vive de caridad.- respondí arreglando mi maquillaje.- -Chicas quiero que conozcan a Nicole, observen su cara de santurrona, finge ser tu amiga hasta que te roba el novio.- -Por favor Maritza no te robe nada, tú novio era tuyo y de 20 mujeres más, jamás me acosté con él.- -Eso dices, pero Juan me cortó por ti, dijo que andaban.- -Te mintió.- -No creas que vas a durar aquí.- -Eso lo decido yo.- -No querida, eso lo decido yo.- -¿Eres la dueña del lugar y no sabía?- mencioné dándome la vuelta para verla a la cara, aquí estaba la plástica Maritzorra creyéndose la abeja reina.- -Yo soy la preferida del jefe.- mencionó con orgullo.- -Cállate Maritza, solo por que te acostaste dos veces con el emperador te crees más.- Una mujer de tez morena ingresó, me dio la mano y yo la tomé.- -Me llamo Melinda, por favor no le hagas caso a Maritza y su grupo de idiotas.- mencionó sonriendo -Un placer Melinda.-mencioné -Melinda no te hagas tan amiga de Nicole, ella roba novios.- -Bueno no tengo novios, solo novias ¿también te gustan?- preguntó Melinda sonriendo.- -Solo hombres.- respondí -Entonces todo está arreglado.- La mujer me mostró cuál seria el maquillaje perfecto para esta noche, Maritza y sus amigas fueron a vestirse, yo solo suspiraba pensando que solo era el inicio. -No te preocupes por ellas, aquí cambian de bailarinas todo el tiempo, así que tampoco te hagas ilusiones.- -Gracias por lo de ahora.- -Tranquila chica, me encanta que llegue alguien que me ayude a hacerle la guerra a esa mujer.- -Me gustaría preguntarte por eso de que se acuestan con el jefe, ¿es así?- -Bueno no es tanto como acostarse, el emperador pide de vez en cuando una mujer, le ofrece una cantidad de dinero por sexo con el, básicamente él las toma y después les ordena que se marchen, dura quizás una hora y es todo.- -¿Abusa de ellas?- -No, le ofrece el dinero si ellas dicen que no, él las deja trabajar tranquilas pero si te soy honesta todas accedemos.- -¿Tú haz estado con el?- -Si, hace ya un tiempo que me llamo, me recostó en su sofá, ato mis manos y sin mirarme me embistió, estuvimos así un rato y después pidió que me marchara.- -¿Así no más?- El hombre vive frustrado por qué hace años que no tiene eyaculaciones, busca una mujer que lo haga correr pero no sucede, disfruta el sexo eso si no tengo dudas, adicional hace que tengas los orgasmos más maravillosos del mundo, es un buen amante pero nosotras no para el. -¿Por qué no puede eyacular?- -No lo sabemos bien, dicen que hace muchos años tenía una novia, se iban a casar pero ella lo engañó con su mejor amigo, el jefe los vio en plena faena, desde ese día no pudo volver a eyacular, algo mental supongo.- -No sabía que eso podía pasar.- -Yo creo que el necesita una nueva novia, una mujer que lo vuelva loco, ella logrará que olvide a su ex, el problema es que no la encuentra y menos si busca aquí.- Melinda me ayudó a vestir, las dos salimos al escenario, el lugar estaba a reventar, lo mejor era comenzar, para ser mi primera noche me fue bastante bien, Anthony y yo bailamos como si nadie nos viera, las luces eran tan altas que no podía ver al público, solo escuché cuando unos hombres gritaban que cuanto por un privado, supongo que les guste. Espero ser buena para que me contraten de tiempo completo, necesito ese dinero con urgencia, por otro lado sentí pena por el dueño, como una infidelidad causa tanto daño.
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