Segunda Parte-10

2002 Palabras

La puerta de la casa de Fredo estaba solo aparentemente cerrada, ya que al empujarla se abrió sin ofrecer resistencia. Antes de empujar la puerta, habíamos hecho gala de nuestra educación y llamamos al timbre, pero nadie acudió a abrir la puerta. A mí el detalle no me gustó. Para un médico aficionado a las películas policíacas, una puerta abierta a aquellas horas de la noche era tan indicativo de problemas como un análisis de sangre con un marcador tumoral disparado. Aquello olía a segregaciones corporales estancadas en el suelo con tu enfermera de vacaciones. Se lo dije a Susana y me respondió que no me preocupase, que Fredo era un tipo muy despistado y que en aquel barrio lo único que tenía eran amigos, que hacía un montón de tiempo que vivía allí y todo el mundo lo conocía. Por cierto

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