LIAM
Tuve tiempo para pensar en la información que había recibido esta mañana a medida que avanzaba el día y no sabía que hacer al respecto. Normalmente, si descubriera que uno de mis empleados mintió sobre su título, lo despediría inmediatamente. ¿Qué haré con la pequeña señora Katherine? Me seguía preguntando que debería hacer cuando ella apareció con un vestido diseñado para matar incluso al hombre más célibe.
Yo no estaba ni siquiera ligeramente inclinado al celibato y casi no tenía defensa contra el vestido o la mirada sensual en sus ojos. Se supone que esta cena sería una forma de demostrarle que yo no era un completo imbécil y que podía ser amable con ella, pero ese vestido. Maldita sea ¿Por qué tiene que ser tan jodidamente hermosa? Estoy en problemas y lo sé.
—¿Otra copa de vin
