El accidente
Era una noche animada en la discoteca. Los amigos Bryan y Logan estaban sentados en el bar conversando animadamente, cuando Bryan sacó el tema de su boda, que estaba programada para el próximo mes.
Logan se emocionó y preguntó cómo iban los preparativos, pero notó que Bryan parecía un poco abatido. Le preguntó si todo estaba bien, y Bryan lo miró preocupado.
— No sé, Logan, estoy empezando a pensar que el padre de mi novia está tratando de engañarme — dijo Bryan.
Logan se sorprendió y le preguntó qué quería decir con eso. Bryan le contó que estaba presentando algo malo, que confiaba en sus instintos. Bryan no confiaba en el padre de su novia, a pesar de que el matrimonio era por contrato, lo cual generaría beneficios para ambos. Sabía que debía estar alerta, no podía confiar en nadie, necesitaba mantener su guardia alta.
— El padre de mi novia no es confiable. Ya fue acusado de intentar engañar a algunas empresas hace algunos años. Claro que fue absuelto, pero eso es suficiente para no confiar completamente en él. Además, está empezando a actuar de manera extraña. Anton, el padre de Emma, mi novia, me comentó sobre adelantar la fecha de la boda. Incluso sugirió que nos casáramos en dos semanas, y cuando le dije que no haría eso, se mostró irritado y luego se fue sin decir nada. Necesito tener cuidado con ese hombre.
Logan frunció el ceño mientras escuchaba la historia. Intentó arrojar algo de luz sobre el asunto y preguntó si había alguna posibilidad de que solo fuera un malentendido. Aun así, le dijo a su amigo que no bajara la guardia.
— Claro, los malentendidos pueden ocurrir. Tal vez está teniendo algunos problemas personales — dijo Bryan. — Pero creo que es más que eso. Ha sido evasivo cuando le pregunto por qué quiere adelantar la boda. Siempre tiene alguna excusa o dice que solo quiere ver a su hija casada. No me parece el tipo de padre que quiera que su hija se case a menos que él gane algo con eso. Es avaricioso, solo piensa en sí mismo.
Logan estuvo de acuerdo en que eso parecía sospechoso, pero argumentó que tal vez Bryan solo estaba sufriendo de ansiedad pre—matrimonial.
— Tal vez estás buscando problemas donde no los hay — dijo. — Puede ser difícil confiar en los demás cuando eres responsable de una gran suma de dinero, pero quizás sea mejor intentar dejar de lado esa desconfianza.
Bryan parecía aliviado al hablar de sus miedos con Logan. Agradeció a su amigo y decidió seguir su consejo e intentar no preocuparse tanto.
— Tienes razón, tal vez estoy siendo paranoico — dijo. — Intentaré no preocuparme tanto, y si algo está mal, lo descubriré a tiempo.
Logan sonrió y levantó su bebida.
— Eso es, amigo. Brindemos por el éxito de tu matrimonio, y por los beneficios que vendrán con él, y que todo ocurra según lo planeado — dijo.
Los dos amigos brindaron y se divirtieron el resto de la noche en la discoteca, dejando de lado las preocupaciones y disfrutando de la compañía mutua.
. . .
Era madrugada cuando Bryan conducía su coche por la carretera desierta, volviendo a casa después de salir de la discoteca donde estaba con su amigo Logan, donde habían bebido demasiado. Estaba tan ebrio que apenas podía mantener los ojos abiertos. Tropezaba con las palabras cuando intentaba cantar una canción en la radio, sin darse cuenta de que la carretera comenzaba a ser sinuosa.
De repente, el coche de Bryan invadió el carril contrario y chocó violentamente con otro vehículo que venía en dirección opuesta. El impacto fue tan fuerte que los neumáticos del coche de Bryan salieron volando y el vehículo empezó a dar vueltas hasta que finalmente se detuvo boca abajo en el arcén de la carretera.
El sonido de la colisión resonó en los alrededores y el conductor del otro coche salió del vehículo, todavía aturdido por el accidente. Se acercó al coche de Bryan, completamente destrozado, y se dio cuenta de que el conductor estaba inconsciente. Sus ojos estaban cerrados y su cuerpo estaba atrapado por el cinturón de seguridad.
El conductor del otro coche llamó inmediatamente al servicio de emergencia y, en pocos minutos, un equipo de paramédicos llegó al lugar. Lograron sacar a Bryan del coche, llevándolo inmediatamente al hospital más cercano.
Afortunadamente, Bryan sobrevivió al accidente, pero quedó gravemente herido y necesitó someterse a varias cirugías. Su situación era complicada: tuvo que ser operado de la columna, lo cual podría tener consecuencias, y tal vez quedaría parapléjico. Además, quedó en coma; había golpeado su cabeza y tuvo que someterse a varias radiografías para ver si esos golpes no habían causado ningún problema. Afortunadamente, no hubo complicaciones, pero esto lo dejó en coma.
La familia de Bryan supo del incidente y fue al hospital. La noticia del accidente se difundió por toda la ciudad, todos los canales de noticias y sitios web hablaban del accidente. Recibía muchas críticas por conducir ebrio y poner en peligro la vida de otras personas. Eso podría ser el fin de su reputación de buen chico y hasta de su carrera como empresario. La familia de Bryan lo sabía, así que su madre tuvo la idea de casarlo lo antes posible. Tal vez la noticia del matrimonio y la fusión de las empresas Martínez y Miller sería suficiente para encubrir, o al menos desviar, la atención de la noticia del accidente.
Sin embargo, los planes de Rebekah, la madre de Bryan, se desmoronaron cuando Emma, la novia de Bryan, dijo que no se casaría. Ella se enteró de que su novio podría quedar parapléjico y, según ella, no quería estar con un hombre inválido. No quería pasar toda su vida empujando una silla de ruedas o aparecer ante las cámaras y en fiestas elegantes con un hombre que no pudiera caminar.
Rebekah se enfureció. El padre de Emma, al saber lo que su hija había hecho, se disculpó y dijo que Bryan podría casarse con su hija menor, Petra. También dijo que ella era una chica bien educada y que sería una esposa obediente. Rebekah, aunque enojada por las palabras de Emma, aceptó el acuerdo, pero dijo que Petra tendría que casarse lo antes posible, incluso con Bryan aún en coma.