Capitulo 3

1340 Palabras
Sobresaltado por la joven voz, Terry dejó de pensar en su esposa y se centró en la joven que estaba detrás de él. Su corazón dio un vuelco. ¡Dios mío!, pensó. —Gracias, Amy—, tragó saliva. —Eh, las chicas están en la piscina. Te dejé agua embotellada helada. Veo que tienes tus libros—. Sin poder apartar la mirada de los pechos de esta guapísima invitada. —Sí—, respondió Amy con una sonrisa pícara. —Exámenes finales la semana que viene—. Dicho esto, meneó su lindo trasero hacia la piscina. Amy llegó bien armada en el departamento de bikini. Verde neón, con tirantes estrechos en la espalda y el cuello. Su trasero era diminuto y atrevido. Mientras se alejaba, Terry recibió una mirada llena de nalgas, moviéndose con cada paso que daba. Caderas anchas... ligeramente más anchas que sus pequeños hombros... cintura estrecha, torso esbelto. Cinco pies y dos pulgadas. Tal vez 125 libras. Con curvas. Justo el tipo correcto de curvas. Cuando se giró para sentarse en una de las mesas del patio cerca de la piscina, la parte de arriba de su bikini expuso casi la mitad de su escote con un diseño de escote redondo. Tenía el cabello largo, casi n***o, recogido en un moño, para mostrar su sexy espalda y cuello. Y un bronceado oscuro intenso. Claramente había estado en un salón de bronceado o tumbada cerca de una piscina. El contraste entre el bikini verde neón y su piel bronceada era dramático y sexy. Las otras tres chicas también llevaban bikinis bonitos y sexys, pero ninguna estaba tan bien usado como el que llevaba Amy. Terry tragó saliva. Luego parpadeó. Luego se giró para entrar en la casa. Hizo una pausa. Tenía una erección medio rígida que le empujaba la cremallera. Tragó saliva otra vez... {]{]{]{]{]{]{]{]{]{]{] —Te lo juro, Amy. Si causas algún problema con mi tío, no volveré a hablarte. Amy acababa de sentarse a la mesa del patio y dejar sus libros. Entonces, al girarse, vio a Terry entrar en la casa. —Tranquila—, ofreció. —Si hay algún problema, tu tío lo causará—. Luego, soltó una risita pícara. —No podrás culparme por lo que... PUEDE... pasar. Amy se inclinó hacia Maggie y le susurró: —Planeo ser un ángel este fin de semana. —Tenías que usar ESE bikini, ¿verdad? ¡Acércarte a Terry como lo hiciste! ¡Ay, mierda!—, gimió Maggie, sacudiendo la cabeza y dejándose caer en la silla. —No sé por qué me quejo de tu bikini. Te ves guapísima con cualquier bikini. Ojalá pudiera usar los tuyos y verme guapísima. Pero no nos arruines el fin de semana a las demás, sobre todo a mí... ¿vale? Amy asintió con descaro mientras abría su libro y sus notas. {]{]{]{]{]{]{]{] Las chicas habían descansado 30 minutos en la piscina cuando empezó a hacer calor a última hora de la mañana. Después de comer, estaban estudiando en sus habitaciones porque hacía demasiado calor afuera. Cuando Maggie fue a la cocina a buscar algo para picar y beber, encontró a Amy en el pasillo, cerca de la cocina que daba a la habitación de Terry. Todavía llevaba puesto el bikini. —¿Qué...?— gimió suavemente, mientras se giraba rápidamente hacia Amy. —Shoosh —interrumpió Amy, poniendo un dedo sobre sus labios. Maggie se acercó a Amy y echó un vistazo al dormitorio de Terry. Estaba durmiendo la siesta en su cama, bajo una manta ligera. —¿Cuánto tiempo llevas aquí?— susurró con tono enojado. —Cinco minutos más o menos. Maggie encogió la cabeza y el cuello, tomó el pomo de la puerta y tiró de ella suavemente para cerrarla hasta que trabó. —Dijiste que no habría problemas —afirmó Maggie mientras se giraba hacia la cocina. —No hubo ningún problema—, respondió Amy, mientras seguía a su amiga. —Solo estaba admirando. Tienes que admitirlo, Maggie. Tu tío es guapísimo. Te apuesto diez dólares a que todas las mujeres de Brenham intentan llamar su atención cuando aparezca en el baile de esta noche. —Sí, pero te conozco. No te basta con que piense que está bueno. Tienes que probar la mercancía. No soportas no tocarla. Eso es lo que me da miedo... Insultarlo y que nunca te invite a volver. Su propia sobrina. —Te dije que no sería ninguna molestia—, suspiró Amy. —Si alguien te toca, será él. No yo. —Qué asco —respondió Maggie, con otra mueca de encogimiento—. Ojalá no estuviera aquí ahora mismo. —Me voy a mi habitación—, dijo Amy alegremente, mientras se dirigía a las escaleras. —A descansar un poco. Planeo bailar toda la noche. {]{]{]{]{]{]{] —Hay algunos hombres lindos aquí. Claire asintió ante el comentario de Emily mientras hacían fila para la barbacoa. —Veo a tu tío allá hablando con unos hombres—, comentó Amy. —Algunos parecen de nuestra edad. ¿Reconoces a alguno? —No... Probablemente trabajan para él. Por cómo están de pie y mirándolo, me parece que son empleados—. Maggie giró la cabeza para mirar de nuevo. —Uno de ellos es guapo. Las chicas no estaban preparadas para ir a un baile, así que todas llevaban sus mejores jeans y blusas. Todas llevaban el pelo recogido en coletas y zapatos de tacón bajo. Todas eran guapas y ya estaban recibiendo miradas de algunos de los hombres presentes. —Te lo dije, Maggie. Mira —informó Amy, asintiendo y señalando con el dedo a Terry. Maggie siguió la señal de Amy y encontró a su tío conversando con una guapa mujer morena. Estaba de pie cerca de él. Entonces, le tocó el brazo. Después, se colocó el pelo detrás de la oreja. —Rayos —susurró Maggie—. Va tras él. —Ustedes chicas no son de por aquí ¿verdad? El corazón de Maggie dio un vuelco ante la pregunta inesperada de una voz desconocida. Al unísono, las cuatro chicas se giraron y vieron a un joven y apuesto vaquero con una amplia sonrisa. Bien afeitado y bien peinado. Rubio. Ojos azules. Un sombrero vaquero de paja de ala ancha. Sin esperar respuesta, el vaquero dijo: —Me llamo Luke Wolters. Conozco a todo el mundo por aquí. Seguro que me acordaría de cuatro chicas guapas. ¿Y tú? ¿Cómo te llamas? Luke miró directamente a Maggie con sus felices ojos azules. —Eh, me llamo Maggie. Ellas son mis amigas, Amy, Claire y Emily. Estamos aquí visitando a mi tío. Somos de Dallas y tenemos exámenes finales la semana que viene. Vinimos a estudiar para los exámenes finales y a ver a mi tío. —Hola, chicas—, respondió Luke, saludándolas con la cabeza. —Mucho gusto. Oigan, ¿se quedan al baile? Algunos de mis amigos bailan muy bien. Ninguno es feo, lo prometo. Si se quedan, ¿podemos bailar el primer baile con ustedes cuatro? Amy le dio un codazo a Maggie para pasar y entró en el espacio personal de Luke. —¿Ninguno es feo? ¡Qué atrevida afirmación, Luke!—, gruñó Amy. —Yo decido quién es feo o no. Quiero conocerlos antes de soltarlos con mis amigos. ¿Dónde están?—. Dicho esto, se giró, les guiñó un ojo a sus amigos y tomó a Luke del brazo. "¡Vamos! —¡Dios mío! —gritó Claire al ver que Luke, sonriente, se llevaba a Amy—. ¡No me sorprende que Amy haya hecho eso! Momentos después, las niñas tenían platos llenos de barbacoa, frijoles, ensalada de papas, ensalada de col y té helado. Mientras comían, Terry se sentó con ellos. —¿Dónde está Amy? —Fue a buscarnos parejas de baile—, rió Emily. —Está allá asegurándose de que no sean feos. Terry y las chicas se rieron.
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