Amy sacó a Michael de la cama temprano este Día de Acción de Gracias.
Ella lo jaló hacia la ducha, lo bañó, tomó su navaja y le afeitó la cara... Disfrutando cada pasada de las hojas sobre su hermoso rostro... pasando un dedo detrás de cada pasada para asegurar un corte suave.
"Mmm", gimió con una sonrisa pícara. "Me encanta afeitarte la cara. De pequeña, papá me dejaba afeitarle la suya". Soltó una risita. "Sin cuchilla, claro". Rió, y Michael también. "Cuando crecí, me dejó afeitarlo". Unas pasadas después...
"Y me encanta ver cómo el agua cae en cascada de tu cuerpo ardiente", respondió él, acercándola a él y besándola. Su pene respondía al ver el agua caer de sus hermosos y firmes pechos mientras ella le afeitaba la cara. El agua caía en largos hilos de sus pezones erectos, desperta
