INTRODUCCIÓN
Vive alegre me recomiendan, sonríe ante la tempestad, busca la paz en la tormenta me aconsejaron, pero simplemente no puedo hallar paz o una sonrisa cuando recibí el peor de los castigos, aceptaría cualquier cosa menos lo que me depara.
Viví veinte años de mi vida alejada de mi familia, hablando por teléfono móvil con mi hermano mayor, teniendo visitas esporádicas de otro de mis hermanos, siendo ignorada por completo por la única hermana que tengo, crecí ignorando la existencia de mi padre, aquél que hizo que mi madre llore por diez años en la cocina a las tres de la madrugada, mientras yo vigilaba que no se hiciese daño. Díganme que esa vida no es demasiada cruel, pero ahora todo se complica más.
Mi nombre es Ana Sofía Márquez de la Cruz, si lo sé, un nombre bastante llamativo, tengo veinte años, estudié diseño en la Universidad más prestigiosa de Inglaterra por una "beca" que me otorgó el Rey, amaba esta Universidad hasta que alguien la arruinó para mi. Hace aproximadamente un año, el príncipe heredero rompió las reglas del Parlamento y comenzó a estudiar fuera del Palacio, pero eso no es todo, el estudio Diseño al igual que yo ¿Cómo un príncipe estudiado eso? No es como si algún día pudiese ejercer su carrera, talvez por ese motivo encuentra gracia haciéndome bromas pesadas y rándose de mis espaldas, si debe ser eso, pero eso no quita el hecho de que lo odie más que mi padre.
Maxhuel O'Connell Prime además de ser el príncipe heredero de la nación es mi más grande enemigo, por qué mi más grande es eliminar a la monarquía, sacar a los Reyes y príncipes, varones y tanta basura del poder que solo viven a cuesta del pueblo, mejor sería un Gobierno democrático elegido por el pueblo, aunque la mayoría de los habitantes de esta nación no piense igual que yo, hay un 2% que si me da la razón y ese porcentaje algún día crecerá y derrocare a la maldita monarquía.
Se preguntarán ¿Cómo inicias tu odio hacia tus Reyes? Bueno todo comenzó cuando leí un libro que me regalo mi madre a los últimos años, el libro era "Los hábitos reales" al principio me alegre pero después de ojear unas cuantas páginas me cuenta que no todo era color Rosa, la realeza no solo es cruel con el pueblo al explotarlo por sus gustos si no también ellos son crueles con ellos mismos, en la página cuatro se aclaran que ningún Rey podría tener más de un hijo, si se des obedecían alejarían al niño lo más posible de la familia real. Les cuento un poco más de la historia ...
Hace dieciocho años el ya fallecido rey de España Octavio Márquez hizo un pacto entre muchos países que tuvieron Reyes para que la descendencia de los Reyes sea única, sea que el rey solo tenga un hijo y si se excedía alejar a ese niño indefenso de su familia a la edad de dos años, si es muy cruel y estúpido, busque razones para alguien no tuviese corazón y cerebro al hacer que todo eso sea legal, entonces encontré que ese rey fue atacado por su hermano para lograr ser él el rey, eso me enfureció más, expandió su miedo a muchos Reyes que pagaron con creces el amarse, así llegamos a la conclusión de que la monarquía es un asco, todo son reglas, reglas aburridas, normas y más reglas.
Odio a la apestosa, estúpida monarquía ...
CAPÍTULO 1
ANA SOFÍA:
El sonido molestó de ese estúpido despertador hizo que brincara de la cama. ¡Santo cielo! Me había olvidado de que hoy había clases, por eso no estuve alerta de esa alarma, siempre suelo levantarme antes de que suene ese alarma, pero hoy no sucedió así.
—¡Ana hija levántate! —Gritó mi madre desde la planta baja de la casa.
Mi casa era de dos pisos, desde fuera pareciera que es fea, sucia y que esta por caerse pero no es así, por dentro todo es de última generación. Con un poco de pereza me levante de aquella cama; cómoda, suave, linda, espaciosa, que me llamaba a gritos "Ana ven, sigue durmiendo". Negué con la cabeza repetidas veces ¡creo que me estoy volviendo loca!
Me bañe lentamente ya que aun es temprano, me puse una blusa de tirantes violeta, un vaquero n***o, mis converses y una chompa igual violeta, un gorro sobre mi cabeza, para evitar enfermarme ya que esta haciendo frío. Baje de las gradas rápidamente.
—¿Cuántas veces te diré que no bajes así las gradas? —Reclamó mi madre un poco histérica, es muy normal que sea así.
—Lo siento Má, Buen día te amo - dije abrazándola por la espalda.
No se que haré contigo, jamás puedo enojarme - mi madre hizo un puchero tierno antes de mandarme a la mesa a desayunar. Ya en el comedor mi madre me advirtió que llegase temprano hoy.
-¿La Razón? —Pregunte, tenía una gran curiosidad, after of todo mi madre nunca me ha pedido hacer eso.
—Tenemos unas cuantas cositas que debo aclarar contigo - mencionó nerviosa - además habrá una que otra sorpresita…
—¡¿Qué sorpresa ?! - exclamo efusivamente.
—Si re digo, deja de ser sorpresa hija.
—Bien, intentaré llegar temprano, aunque con Connor, Mely y las gemelas, lo dudo…
Me levante de la mesa después de desayunar cereal con leche, lo típico de mamá es lo mejor que le sale, ella y yo somos iguales, la cocina no es lo nuestro, nunca lo será.
Corrí a la puerta ya que Mely me envió un mensaje "Ana, te espero en la plaza apúrate". Cogí mi mochila con prisa y salí por la puerta con mi móvil en mano, pero de inmediato choque contra algo suave y duro a la misma ves, levanté la mirada de mi móvil y entonces mi corazón se lleno de regocijo.
—¡Eduard! —Chille lanzándome a sus brazos, obligándolo a que me cargue.
Eduard Márquez, mi hermano mayor por cuatro años, él es el que me visita constantemente aunque sus visitas sean cortas aún así amo su compañía.
—¡Basta rata! Pesas un montón, bájate… —suplicó fingiendo que el aire le faltaba.
—¡¿Me estas diciendo gorda ?! - exclame furiosa, a lo que él negó rápidamente, pero eso no me impidió empezar a golpearlo por su ofensa.
—¡Suficiente Ana! Oferta entre risas - ¿Cómo me recibes así? ¿A mí, a tu hermano favorito, después de no haberlo visto por un año?
De inmediato paré de golpearlo, lo deje pasar a la casa, mi madre sonrió al verlo y de inmediato le dio un gran abrazo.
—¿No llegabas por la noche? —Pregunto mi madre a Eduard.
—Si, te dije eso solo a ti. En realidad estaba previsto llegar antes de que mi Ratita se valla a la U. - mencionó tomándome de los cachetes.
Ed siempre me dice Rata, Ratita, y una infinidad de apodos, parece que le encanta hacer que me enoje. ¿Por qué a todos el mundo le gusta hacerme enojar?
—Madre… ¿Él era mi sorpresa? —Pregunte mirando de reojo a mi hermano, mi madre no respondió solo sonrió. - ¡Que fastidio!
Hice una mueca al momento que mi madre me dio un leve golpe en la cabeza, mientras me sobaba mi cabeza mi celular vibró anunciando un mensaje, de inmediato levante mi móvil para leer el mensaje, era de Connor;
Hola Ana, ¿Cómo estas?
Súper, ultra feliz porque mi hermano acaba
De llegar ¿nos vemos en clases?
Lo dudó, me voy de viaje hoy.
Nos vemos en dos o tres días…
¿A dónde vas? Debe ser urgente, por que el
gran Connor jamás falta a clases por nada…
Termine de mandar el mensaje y guarde mi celular triste, no vería a mi mejor amigo dos o tres larguísimos días, ¡que estupidez…!
-¡Oye! Ratita ¿Qué pasa? —Pregunto Eduard viéndome minuciosamente.
—Nada que deba importarte… —respondí—, ya es tarde mejor me voy, nos vemos luego.
Salí de casa perezosamente, no quiero ir, pero si no voy mamá me querrá comer viva. Camine lentamente hacia la Universidad, iba arrastrando mi mochila por los suelos. Al llegar al casillero, lo abrí y rápidamente otro lo cerró fuertemente, por poco y me baja la mano.
—Wau la escoria esta triste - se burló aquella chica - ¡Miren todos! Anita la huerfanita esta triste…
Todos en aquel pasillo me miraron, ya estaba acostumbrada a esto, todos los días era igual, pero hoy no tenía los ánimos para soportarlo, Connor es el único que me logra sacar una sonrisa, además es el que me protege de estos tontos seguidores del príncipe, por que si, el príncipe los envió a molestarme.
—¿Dónde está tu guardaespaldas? —Me pregunto Graciela riéndose - a ya sé, de seguro ya se canso de cuidarte y te dejó… típico de los hombres que solo quieren una cosa de las mujeres, obviamente tu ya te entregas te a él.
—Te equívocas, yo no soy tú…
Un gran “Uh” se escuchó, todos se reían de Graciela, en cambio ella moría de furia su cara estaba roja porque no tenía como contraatacar, ya que su líder no estaba.
—Tienes suerte de que Alejandra haya ido de viaje con su novio, por que si no ahora estarías llorando en tú cueva - dicho eso se volteo rápidamente haciendo que su pelo me golpeara la cara.
Las lágrimas se escurrían de mis ojos, ya no soportó que me traten mal, solo por el estúpido del príncipe heredero, él debería pasarla mal no yo, unos minutos después me fui a lavar la cara y entre a clases tarde como siempre, el docente me miro enojado antes de hacer un gesto para que me vaya a sentar.
¡Dios, estas enojado conmigo! Exclame internamente. La única silla vacía era la que estaba de lado el príncipe, me bote en la silla frustrada él solo se reía de mi, seguramente ya le informaron que me puse a llorar en el pasillo. La clase paso sorprendentemente lenta, talvez porque me la pase rayando mi cuaderno en vez de atender, con mala gana nuevamente salí del salón.
—¡Ana Sofía! ¿Por qué me abandonaste en aquella plaza? —Reclamo Mely, mi mejor amiga, ella es una de ese dos por ciento que me entiende, y como yo soy una mala amiga me olvide de ella por completo hoy.
—Lo siento, lo siento… me olvide que debemos encontrarnos, es que mi hermano llegó me hizo enojar luego Connor que me dijo que se fue de viaje… —explique rápidamente.
—Espera… ¿Cómo que Connor se fue de viaje? ¿Justamente cuando íbamos a salir a hacer nuestras protestas?
—Supongo que era más importante ese viaje a ir a la marcha que organizamos. - intente defenderlo, porque Connor jamás nos dejaría así nomás no after de que planeamos mucho este empiezo de rebelión.
—Esperemos que sea eso, porque de lo contrario no volveré a hablar con él, he dicho… —concluyo Mely.
Después de hablar por unos minutos decidí irme a casa, no tenía ánimos de seguir aquí, aparte Eduard debe estar en casa esperando y no se cuando se volverá a ir, quizás hoy mismo o mañana, eso es algo que desconozco. Al llegar a casa entre directamente a subirme sobre él que estaba en el sofá durmiendo.
—Rata bájate… oferta sin aliento, eso solo causó que ría a grandes carcajadas.
—No eres tan liviana como antes Sofía, bájate y deja que respire - mencionó una voz familiar de mujer. Me di la vuelta para ver quien era, entonces me alegre aún más.
—¡Camila! —Exclame corriendo a abrazarla, hace tres años que no la veía, ni hablaba con ella.
—¡Sorpresa! —Abrió los brazos y me apartó de su lado, a veces sentí que le daba asco y que me odiaba por todo. Quise preguntarle el porque de su odio. Pero la puerta comenzó a sonar, fui a open, y encontré a un hombre parado, estaba vestido formal, tenía el pelo castaño ojos color miel, iguales a los míos.
—¿En que lo puedo ayudar? —Pregunte mirándolo, pero aparentemente él a mi no, su mirada estaba dentro de mi casa, exactamente en Eduard.
Eduard al verlo también puso una enorme sonrisa en su rostro y aquel individuo me empujó y corrió hacia mi hermano, le dio una abrazo fuerte a lo que Ed también respondió. ¿Quién es esa persona?