15. VOID.

963 Palabras
15. VOID Byron se niega a salir del dormitorio al que le han asignado. —¡Exijo la presencia de Dean Knight, mi padre! El tutor mentis, que es un anciano trata de calmarle. —No puede venir por ahora. Debe quedarse quieto, joven Byron. El excelentísimo quiere verlo ahora. —Que se quede con las ganas. Yo de aquí no me moveré hasta ver a mi padre. Esto es un secuestro y les haré pagar caro. Byron hace un escándalo de tal magnitud que todos llegan a escuchar sus gritos. Sus tutores, todos hombres de edad no consiguen hacerle entrar en razón. Hasta que uno usa un flashing y lo somete. Solo de esa forma es que ahora, se encuentra delante de Teorens. —Me han comentado que estuviste causando problemas. —Quiero hablar con mi padre. Sé que son amigos de toda la vida. Teorens come lentamente el bistec mientras Byron no alza una sola vez el cubierto. —Se considera un acto de mala educación no probar alimento cuando se comparte la mesa con el excelentísimo, que en este caso vengo a ser yo. Byron no tiene ganas ni la intención de escucharle. Teorens deja con moderación los cubiertos a un costado y cruza los dedos frente a la cara. —Prueba el bistec, lo hicieron para darte la bienvenida —le ordena con una voz suave que no puede considerarse una orden. Byron no lo hace, y se queda mirando a todos lados menos a él. —Dije que lo comas. Byron siente que su cuerpo comienza a ser controlado por Teorens, sus manos toman los cubiertos y cortan la carne. El tono en su voz le advierte que, si no abre la boca y mastica, algo malo va a sucederle. Byron come sin muchas ganas. La comida le sabe a nada. Es como comer aire porque su mente está a kilómetros de ahí, está en Mistral con su amigo Stand. —Eres demasiado joven para entenderlo, pero es por eso que debes confiar plenamente en mí. Dean y Jansel están en una misión diplomática demasiado compleja, no regresarán hasta que sea completada. Byron se siente humillado. —Necesito hablar con uno de los dos. Aun así, Byron insiste, va a seguir haciéndolo hasta que lo consiga. —Qué tal si hablas conmigo. —Yo no quiero estar un minuto más aquí. Quiero volver a Mistral. —Eso no es posible, querido Byron, aún con mis influencias. El factum mentis ha despertado en ti, y eso es inevitable, a menos que lo que busques es volver a Mistral para causar estragos y por lo que sé, allá tienes amigos. “Amigo” quiere corregirle Byron, “tengo un amigo y ese es Stand de Lind. El mejor estratega que hay” Pero se queda con la boca cerrada y Teorens puede que le haya leído la mente. —El caso es que quiero hacer un trato contigo. Byron se ve más curioso que interesado. —Te propongo que le des una oportunidad a Void en el tiempo en que tarden Dean y Jansel en volver. Cuando estén de regreso podrás decidir tu futuro. Piénsalo. Byron acepta. Claro que sí, pero lo que no sabe es que Teorens tiene un as bajo la manga y que Byron no saldrá de Void. Teorens sonríe. —En estos días familiarízate con todos. Daré la orden para que tus horarios sean reducidos para que veas que acá no es una cárcel como en Mistral. Puede que llegue a gustarte si le das la oportunidad. Byron ya no hace escándalos, pero detesta cada centímetro de Void. Sus nuevos compañeros de dormitorio son amables con él. —¿Quieres que te demos un tour? —Está bien. Byron mucho más resignado, acepta. Cascio y Mandel, le enseñan cada centímetro de Void. Byron descubre que al menos ahí puede andar por donde se le plazca, y no hay regentes en cada esquina esperando para castigarle. —Así que este es el favor de Toerens —se dice al ver que incluso le saludan al pasar. No le desagrada la idea, sin embargo, a la semana comienzan los problemas. —Así que eres el muñeco favorito del excelentísimo… —Hey, tú… ¿por qué no le chillas un poco al excelentísimo para que esta semana tengamos todos un poco más de postre? No seas egoísta. —¡Que yo no soy ningún consentido de nadie! Y Byron golpea a cada uno que ha soltado esa clase de comentarios. —¡Mira nada más… usar los puños contra un mentis… eso es caer bajo! –comenta alguien por detrás. —Sigue hablando y te tocará un par de estas —Byron le enseña los puños, pero el chico que ha dicho eso es uno de último grado, y ni corto ni perezoso se le acerca, no usa puños como Byron sino sometimiento. Byron es elevado y lanzado a la pared. Enseguida vienen los regentes y llevan detenido al chico más grande, cuando ven que está herido el favorito del excelentísimo lo llevan inmediatamente al médico. A Byron le dan una semana de reposo y al otro chico lo envían al cuarto rojo. De ahí en adelante nadie se anima a molestar a Byron, al menos no hablan libremente y a sus anchas cuando está cerca. Teorens sabe todo lo que ocurre dentro de Void. —Ese pupilo tuyo que proteges está desestabilizando el orden… El Vice rector que es muy amigo suyo tiene la confianza para señalarle los problemas que no quiere ver. —Es solo hasta que se resigne. Pero Teorens no es tan blando con Byron como todos creen. Cuando está a solas con él, comienza a socavar en su mente.
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