Por un momento pensé que las dos mujeres iban a chocar los cinco mientras me sometían a golpes. La victoria en sus rostros era inconfundible.
Iba a los partidos de béisbol de Jack entre semana y a los de Babe Ruth de Matt el fin de semana. Matt había decidido no pasar la temporada en la banca del equipo de la preparatoria como suplente. Quería jugar y el béisbol de Babe Ruth le garantizaba que definitivamente jugaría como titular.
Matt obtuvo su licencia de conducir a finales de junio y estaba muy contento. Había reemplazado el Malibu destrozado por un Ford Focus que conseguí con un precio muy rebajado de Kim Bledsoe. Tenía solo dos años y era un coche usado con poco kilometraje y con mantenimiento en el concesionario. Estoy bastante contento con el coche, aunque Matt me pedía algo más d
