capitulo 21

1948 Palabras
Juro por Dios que si alguien vuelve a nombrar algo más sobre esa fiesta voy a gritar. Todos estaban entusiasmados, inclusos los que no habían conseguido invitación. Al parecer, el muelle era como un evento que definía tu escala social en la universidad. ¿En qué parte estaba yo? Siempre había sido una perdedora y ahora, por todo lo que se decía de mí, mi yo invisible se convirtió en una fluorescente luz para que todos me notasen. -La robas novios-era una de las más comunes. «Muéranse todos». Día tras día nacían nuevos rumores sobre mi beso con Silver. Sé que tenía que ser fuerte, pero todos los malditos días tenía que lidiar con un imbécil gracioso que deseaba divertirse acosta de mis tragedias. . -Hola, Leah ¿Cuánto por una mamada? -dice este chico de cabello largo. Jamás lo había visto en mi vida. - ¿Disculpa? - ¿estoy confundida o me acaba de pedir una felación? -Dicen que las das gratis-alzo su horrenda ceja. -Vete a la mierda, nariz de Tucán-Sana salió en mi defensa. Su mano bajo hacia sus testículos y los retorció con tal fuerza que hizo que aquella valentía se esfumara-Ahora discúlpate con mi amiga o divulgaré que lo tienes pequeño. -Lo…siento…Leah. Creo que había lágrimas en sus ojos. Su voz se volvió aguda e indefensa ante ese ataque inesperado de Sana. Ella sí que sabía patear las bolas, bueno en este caso creo que sería pellizcarlas. - ¿Lo tiene pequeño? -pregunto confundida y ella me sonríe. -Se llama Lamark. Va en mi clase y creyó que sería sexy enviarme una foto de su pack-sonrió- ¿quieres ver? Lo tiene del tamaño de mi índice. Niego con la cabeza-mucha información-rio divertida mientras nos acercábamos a su auto. En la puerta estaba Katty con aquella sonrisa rozagante. Su reciente algarabía se debía porque hoy ere ese inesperado Día. Si, el día de la mugrosa fiesta. Todavía pensaba que enfermedad podía pensar. Aún estaba a tiempo de decir que me habían caído mal la comida del comedor o algo peor. Katty coloca para el camino algo de Billie Elish mientras llegamos a su departamento. Nunca paró de decir lo lindo que sería su conjunto. Ella creyó que sería divertido ir con alguna especie de temática a la fiesta. Varias chicas estaban dispuestas a vestirse de sexys conejitas o perversas diablesas con trajes de cueros. Incluso Sana, quien era como la conciencia del grupo estaba animada. Ella me llevo a su habitación y me enseño el traje de ángel n***o con antifaz que apenas cubría sus muslos y pecho. - ¿Son es mucho cuero? -pregunte mientras veía lo mucho que iba a enseñar la piel de su estómago. -Es una orgia, Leah-señala la cinta atada a su muñeca-se supone que aquí puedes cumplir cualquier fantasía ¿Acaso no tienes una? -Si-aseguro-Solo no creo que sea buena idea ir. - ¿Hablas por Alex? -se acerca hacia mí-A ese cerdo no le importas. Puedo asegurar que de tener esa invitación en sus manos iría para cogerse a cualquier zorra. Simplemente no podía con tal lógica ¿Qué haría yo si fuese un chico acostumbrado a tener sexo todos los días con chicas diferente? Y ahí estaba mi respuesta. Él no se contendría y tampoco pensaría en mí en ningún momento mientras que yo estoy aquí soñando todas las noches aquel momento en que pasamos. -Voy a ir-me intento dar un poco más de confianza. -Es que no tienes más opción-dice despiadada. El enorme armario de las gemelas estaba hecho un desastre. Y es que no importa que tan grande era ese lugar. Para tres chicas significaba algo diminuto. Muchas lencerías volaron y los vestidos caían uno sobre el otro al suelo. No sabía si ellas mismas limpiaban su departamento o le pagaban a alguien más, pero el desastre que dejamos era verdaderamente grande. Decidí irme por un vestido rojo cereza que hacia juego con una peluca corta que rozaba mis mejillas. A pesar de que usaría antifaz tuve que dejar que Katty hiciera una técnica de ahumado en mis parpados que resaltaba mucho mis ojos. Casi parecían un tono muy opaco de verde. -Eres mi mejor creación-sonríe la chica hada con peluca rubia de rapuncel. Katty había tenido cuidado en colocarse unas largas extensiones que llegaban a sus pantorrillas y por casi una hora me obligo a llenarla de pequeñas horquillas con mariposas plateadas. Al terminar la vi completamente hermosa, era una especie de liga entre princesa y prostituta con su varita mágica en forma de pene. Al terminar las tres tomamos un taxi hacia aquella dirección que decía nuestro teléfono. Las coordenadas por su puesto nos llevaron a los muelles. El chofer sin preguntar nada nos dejó en medio del vacío. Todo estaba en silencio y me hizo preguntar si esto sería una especie de broma. El frio congelaba mis piernas y me hizo pensar que todo sería una mala idea. -Genial, ahora van a violarnos-Katty suelta decepcionada. -Hey, ustedes ¿Qué hacen aquí? -pregunto un hombre corpulento mientras nos apuntaban con su linterna. -Disculpe señor, estamos perdidas-Sana sin temor alguno se acercó hasta él y le enseñó su brazalete. Luego intercambiaron un par de palabras y ella nos hizo una seña para seguirlas. -Cierren la boca y no saquen las manos-él ordena mientras nos sentábamos en un bote. El agua salada picaba mi nariz. Katty recuesta su cabeza en mi hombro mientras intento no sentirme mareada por los movimientos del agua. Cruzar la bahía en la noche sin ningún tipo de luces me hizo recordar muchas historias de terror. Me sentí estúpida por caer en esta trampa. Podía ser que era un juego macabro de alguien que quería burlarse de mí. -Miren-Sana señala las luces parpadeantes en lo que parecía ser una isla privada. Mientras más nos acercábamos podía ver grandes contenedores apilados en formas de torres con grafitis que brillaban en la oscuridad en forma de sensuales chicas desnudas. La música sonaba a la orilla del mar. -Disfruten la experiencia-nos dijo él hombre demasiado serio y nos abandonó. -Es genial-Katty da vueltas como si no creyera de que estuviésemos en esa fiesta. Al pasar la arena nos adentramos a una especie de larga calle pavimentada donde había múltiples sitios con zonas de bares improvisadas en medio de una mezcla se músicas que apenas me hacía escuchar mis propios pensamientos. Observe a hombres con máscaras y torsos desnudos. También había chicas mostrando sus senos al aire sin ningún pudor. Todo aquello parecía haber salido de una película porno. -Quiero algo de eso-Sana apunta a las bebidas en vasos con forma de pene. Detrás de ella como un perro asustadizo intento no perderme. Elegimos un bar pequeño echo al aire libre. Había una larga mesa lisa y un chico de sonrisa preciosa nos saluda. -Quiero tres de esos-señala la gemela a los curiosos vasos. -Enseguida, señorita. El hombre enseguida puso sus ojos en Sana y al parecer ella también había hecho lo mismo pues no dejo de detallar sus musculosos y perfectos brazos. -Gracias-ella le sonríe y ya siento la química entre esos dos-ahora si, a beber-nos ordena. Tomo el recipiente en forma de falo y observo el contenido. El líquido era algo azul, pero olía bien. Contengo mi respiración y en un solo movimiento lo trago. Sabía bien, era una mezcla de moras, tequila y algo de vodka. Mis labios se fruncieron un poco, pero empecé a sentir su efecto demasiado rápido. -Esto es genial-Katty da un brinco y toma de mi mano-Vamos a bailar, Leah. Esta noche tenemos que divertirnos. -Espera-me acerco de nuevo al chico-Me das otro de eso-señalo mi vaso vacío. -Por supuesto-dice de forma amable. - ¿Otro? -Sana parece sorprendida, pero me copia-Entonces que sean dos. Quizás podamos emborracharnos esta noche para que alguien lindo abuse de nosotras. Oh, por dios. Su comentario me llena de vergüenza. El muchacho vuelve a sonreírle. Podía conocer aquella expresión en mi amiga. Sabía que él sería su nueva víctima y él estaba feliz de aceptarlo. Nos fuimos a una zona donde la música era una fusión entre electrónica con instrumentos musicales. Katty empieza agitar su cuerpo de forma sensual y no dudo en seguirla. El calor de aquella bebida ha provocado que mis movimientos no fueran cohibidos. Afuera la vergüenza. Agito mis caderas y cierro mis ojos, alzo mis brazos mientras dejo que la música guía mis pasos. Mis problemas se van a la mierda, alguien que Tessa Williams, Silver y Alex. Unas manos toman de mis caderas y me mueven ágilmente. Debería asustarme, pero esto me gusta. Se siente bien. Me giro de forma sensual y me encuentro con un chico vestido del fantasma de la ópera. Tiene hoyuelos súper lindos en las mejillas que me recuerdan un poco Alex, pero sus ojos verdes intenso me dicen que no es él. Ambos bailamos un par de canciones más. Su cuerpo se sentía caliente contra el mío. Él se acerca cada vez más, pero no me besa. El no avanza, solo sigue bailando y dejando que su pecho se frote contra el mío de forma deliciosa hasta que agotados y sin alientos me invita por una bebida. Dudo un momento. No sabía nada de ese chico, sexy y musculoso. Me volteo en busca de mis amigas, pero Sana seguía coqueteando con el mesero y Katty ya estaba ocupada poniendo sus labios contra la boca de un chico. - ¿Vienes? -pregunta un tanto nervioso. -Está bien-muevo mis hombros. Él toma mi mano y me guía hacia otro de esos pequeños bares. Este tiene mesas diminutas en forma de corazones y las camareras visten bikinis negros. Una de ellas se acerca hacia nosotros y nos toma la orden. Rápidamente nos sirve dos tragos. El mío lo tomo en seco y a él parece divertirle. -No tienes que estar nerviosa-su mano roza la mía dejando que una corriente eléctrica traspase mi piel-No te haré nada-y me mira fijamente-al menos que tú quieras. - ¿Qué? -abro mis ojos. -Eras la chica más sexy de la pista. Bailabas endemoniadamente bien. -Soy Leah-no sé si sea un error, pero ahí va mi verdadero nombre. -Me gusta, es misterioso y sexy, como tú-su cuerpo se mueve un poco más hacia mí-Por cierto, Soy Del-me dice y besa ligeramente mi mentón. No puedo evitar mover mis piernas en una especie de impulso. Su acercamiento me ha excitado tanto que ya sentía la humedad crecer entre mis bragas. -Ahí estas, cariño-una voz femenina me saca del trance. Su dueña era una especie de diosa griega cubierta con una pequeña capa de tela blanca. La decepción me sumerge de nuevo. Casi puedo imaginar los puños de esta chica por coquetear con su novio. - ¿Quién es tu amiga? -ella se sienta entre sus piernas sin dejar de mirarme con curiosidad. -Es Leah-el sonríe y la besa, pero sin dejar de tocar mi mano. Raro ¿No? -Es sexy-dice ella cuando ambos se despegan-Mi nombre es Jules y me encanta como se te ve ese vestido. Puedo imaginarte sin él. ¿Cómo así? Mis labios se entreabren ligeramente por la sorpresa. ¿Ella estaba coqueteando conmigo? En definitiva, no me gustaban las mujeres, pero cuando la mano de ella se colocó sobra las nuestras sentí como me llenaba una oleada de aire caliente por mi cuerpo. - ¿Te gustaría divertirte con nosotros? -ella se inclinó hacia mí, lo suficiente como para que nuestros labios estuvieran en la misma altura. Una especie de alarma se dispara en mi cabeza. Tenía esa sensación de correr o quedarme a ver qué pasaba. -Leah-alguien grita mi nombre y doy un salto.
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