Siento una colisión que reinicia mi cerebro cuando nuestros labios chocan entre sí. Me acerco más hacia él, dejo que mis brazos descansen en su pecho mientras que mi lengua roza tímidamente la suya. No podía negar que los besos de Alex eran en este momento una buena cura. Solo tenía que cerrar mis ojos y dejar que sus manos hicieran todo por mí. Y lo hace. El me carga en sus fuertes brazos y yo aferro mis piernas a sus anchas caderas mientras dejo que sus besos frenéticos sigan devorándome.
Miedo, dudas, deseo. Muchas cosas estaban pasando por mi cabeza en este instante. Sé que debía parar estos besos, pero cuando toca mi cuello con su lengua y me acorrala contra la pared siento que estoy perdida.
Cierro mis ojos y gimo sobre su boca, muerdo sus labios con urgencia. La piel de mi estómago recuerda el camino de sus dulces manos cuando aprieta mi pequeña cintura.
-creo que deberíamos parar un momento-me advierte separando sus labios de los míos. El me incorpora suavemente en el suelo y solo se aleja.
- ¿Qué haces? -digo furiosa con él y conmigo mismo por dejar que todo esto pasara.
-Detengo esto antes de que sea peor.
¿Qué podría ser peor que esto? Alex me hacía enojar y a la vez estaba completamente derretida por él. Estaba a su merced y lo sabía.
- ¿Qué sería lo peor, Alex? -lo confronto. Sus ojos tienen de nuevo esa mirada llena de culpa. La odiaba-Ya hemos hecho lo peor. Solo no puedes venir aquí, besarme y detenerme.
-Has sido tú la que me has besado-suelta relajado.
-Tú me orillaste a eso, imbécil-golpeo se pecho-Deja de jugar así conmigo. Si no vas a besarme entonces vete de una vez.
¿Por qué no era sencillo? Parecía que con cualquier otra chica era mucho más fácil que conmigo ¿Soy yo la que estaba mal?
- ¿No te gusto? -llego a preguntar mientras que mi voz se volvía fina y a punto de quebrarse.
Alex de nuevo me acorrala contra la pared. Me gustaba como se acercaba a mi rostro. Siempre hacia que mi piel ardiera. Amo cuando besa mi cuello como lo estaba haciendo en este momento. Cierro mis ojos y dejo que sus dedos acaricien mi pecho mientras de nuevo nos fundimos en un gran y sonoro beso. Alex estira mis brazos y me desliza mi suéter. Sus manos me tocan cuidadosamente. Algunas heridas pican, pero no se comparaba con el calor que crecía en mi entrepierna. Podía jurar que estaba lo suficientemente húmeda para él. Mi corazón golpea mi pecho violentamente mientras que entre besos y tropezones llegamos a mi habitación. No espero alguna señal o respuesta de su parte y me termino de despojar de cualquier tipo de tela. Por segunda vez quedo desnuda frente a él. Sus ojos escaneando mi cuerpo hacen que mis mejillas se enrojezcan. Era un poco incómodo, pero desaparece cuando él se retira su camisa y se acerca para besarme.
Me encantaba como se sentía su piel y la mía tocándose. Abro mis piernas para él, cierro mis ojos. No tenía mucho que pensar, solo me dejo llevar por aquel cosquilleo que brotaba por todo mi cuerpo. Siento como están vivas áreas que jamás sabía que tenía. Su lengua saborea mis pechos y lentamente desciende hacia mi interior para besarme. Sus manos sujetan mis piernas y las abre un poco más para él y se asegura de besar y lamer lo más profundo que puede.
Jadeo un poco. Intento contenerme, pero cada vez que lo hacia él se ensañaba más sobre mí.
Quizás debería detenerlo, pero justo ahora no me importa porque le estaba dando esa necesidad de él a mi cuerpo.
Alex abandona mi entrepierna y luego toma mi boca mientras que sus manos acarician mis caderas. Mis labios arden a cada beso, a cada mordida. Siento como surge una necesidad de tenerlo dentro de mí por primera y vez y el parece entenderlo. Ambos nos detenemos un momento. Siento como nuestros corazones están sincronizados al igual que nuestras mentes.
-Leah, me gusta lo que siento cuando estoy contigo-confiesa-Por eso quiero saber si me den tengo o quieras que sigas.
Trago saliva. Sabía que no habría vuelta atrás una vez que lo dejara continuar. Como puedo me siento sobre la cama. Alex parece sorprendida y frio a la vez. Puedo sentir que está herido por mi silencio, pero luego su expresión se vuelve confusa cuando suelto el botón de su pantalón y deslizo la bragueta. Los pantalones caen fácilmente y con mis ojos brotados veo que no había ropa interior. Solo estaba su m*****o desnudo y erguido para mí.
- ¿Qué haces? -pregunta nervioso mientras mis manos se amoldan a su forma. Suavemente deslizo su piel de abajo hacia arriba. Él suelta un gruñido quizás lleno de dolor y retrocedo.
-¿Qué pasa?-pregunta.
-Te lastime-intento apartarme pero su mano me guía a su m*****o.
-Solo hazlo mas suave-dice guiándo mis movimientos. Intento no apretar fuerte y disfruto como cierra sus ojos mientras le doy placer. Era la primera vez que lo hacia. Nunca habia visto realmente un chico desnudo y mucho menos habia tocado su cuerpo como lo estaba haciendo justo ahora.
-Espera-me detiene.
-¿Lo hice mal?-digo horrorizada.
-Para nada, me encanta como lo haces, pero me temo que si continuas entonces yo…
Asiento mientras siento comos mis nervios se vuelven molestas mariposas dentro de mi estomago. Alex toma del bolsillo de su pantalón un condón y suavemente lo abre para cubrir su enorme pene.
-Lo preguntare una vez más-se inclina hacia mí y apoya su frente contra la mía- ¿segura de esto?
-Si-carraspeo muerta del miedo y la ansiedad. Cierro mis ojos y asiento. Estaba segura, deseaba a Alex. Quería estar con él, tenerlo dentro de mí era una nueva sensación que había surgido.
Alex gentilmente separa mis piernas y con mucha suavidad se desliza en mi interior. Muerdo mi labio por aquella ligera presión dentro de mí. Instintivamente me aferro a sus hombros y respiro profundamente mientras siento como se introduce completamente y me llena.
- ¿estás bien? -pregunta y cuando afirmo con mi cabeza me llena de dulces besos.
Me estremezco al tenerlo dentro. Cierro mis ojos y dejo que mueve sus caderas lentamente hasta que el dolor mengua. Alex en ningún momento deja de besar mis mejillas, mi cuello, mi nariz de forma tierna a pesar de que le clavo mis uñas en su espalda. Abro un poco más mis piernas y sin darme cuenta agito mis caderas un poco hasta que siento un cosquilleo nacer en medio del dolor.
-Me encantas, Leah. Me fascina verte así.
Abro mis ojos y lo miro fijamente, Alex me regala una tierna sonrisa y se sacude lentamente dentro de mí. Su mano atrapa la mía mientras y el miedo y la duda se desaparece. Justo ahora no sabía que pensar de Alex, salvo que deseaba que siguiera frotándose como lo estaba haciendo.
-Con cuidado, Leah-me advierte y me vuelve a besar.
Sé que tenía que estar con cuidado. Aun me dolía, sentir su m*****o duro era extraño y diferente a cuando me hacia tocado, pero se seguía sintiendo bien. El músculo de su espalda se tensa y entonces lo entiendo, estés es el momento, el intenta alargarlo, pero cuando me mueve más rápido siento como se corre dentro de mí y segundos después yo tengo un orgasmo.
Alex cae en mi cama. Su cuerpo parece rígido por un segundo y cuando se controla su respiración se gira hacia mí y me besa nuevamente, pero despacio. Me gustaba cuando lo hacía, me fascinaba como su lengua danza contra la mía en esos besos lentos y eternos.
-No puedes imaginarte lo mucho que me gustas-y me regala una sonrisa.
-Tú también me gustas-respondo y luego de que mi cuerpo soltara toda esa tensión ahora siento un ligero dolor en mis piernas.
- ¿Estas bien? -acaricia mi mejilla.
-Sí, solo siento una extraña presión. Pero creo que sobreviviré.
Alex sacude mi cabello en un gesto tierno y aun desnudo se retira el condón y sale de la habitación. Mientras yo caigo sobre mi almohada y me cubro con la colcha de peluche.
Esto no es un sueño. El dolor en mi entrepierna y la ropa de Alex al pie de mi cama era la prueba. Sentía una inmensa alegra desbordándose en mi pecho. Intento no reírme por miedo de que Alex piense que soy rara, pero no puedo evitarlo.
- ¿En qué piensas? -pregunta regresando a la cama.
-En que tengo hambre-confieso. No había cenado y Alex había interrumpido aquel momento.
- ¿Quieres ir por algo de comer?
-Está bien-asiento mientras que mi estómago grita por comer algo.