James hizo una pausa para mirar a su hijo, David, y descubrió que estaba sonriendo, asintiendo y disfrutando la historia.
David fue paciente y esperó a que el lanzamiento potente se acercara cada vez más. Cuando la pelota llegó al lugar perfecto, David hizo swing y la envió a la esquina del jardín derecho tan rápido que golpeó la pared antes de que el jardinero derecho pudiera mover los pies. Un corredor anotó. Otro corredor anotó antes de que el jardinero derecho llegara a la pelota. El marcador estaba empatado 6-6. Cuando el jardinero derecho recogió la pelota, ¡descubrió que la cubierta de la pelota estaba casi arrancada! ¡No podía creer lo que veía!
Hizo una pausa mientras todos sus nietecitos se quedaban boquiabiertos de sorpresa. Él rió entre dientes.
"¿Le habían arrancado la tapa
