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1729 Palabras
No la ve en el desayuno, ni tampoco en la comida, se le hace extraño, ella siempre va a su hora de la comida, jamás se pierde una comida. Le ha preguntado al personal por ella y no le saben dar una respuesta clara, le dicen que no ha pedido alimentos y que tampoco la han visto en la cocina. La busca en la biblioteca y no la ve, sale y va al gimnasio, tampoco está ahí, después de buscarla por casi todos sus lugares favoritos ve a Ardêr que habla con uno de los guardias, ambos hablan sobre los cambios que pidió Cassian en la guardia, unos que no había considerado antes. —Ardêr—lo llama Kristhian y el sub capitán camina en dirección al príncipe. —¿Sí, majestad? —¿Sabes dónde está Nova?—Ardêr se piensa en decirle o no—No la he visto en el día. Ardêr suspira y le dice al príncipe que está en su cuarto encerrada y que no quiere ver a nadie, además de que no ha comido y se reúsa a hacerlo. Kristhian le agradece la información. Baja a la cocina para tomar un poco de la comida y subir a la habitación de Nova, tal vez él tenga suerte y la haga comer, pero sabe que sí es tristeza lo que tiene le será difícil hacer que lo haga, suspira y toca la puerta. Nadie le responde, vuele a tocar. —No quiero ver a nadie—la voz le confirma lo que le mencionó Ardêr. El príncipe vuelve a tocar, no le dice que es él. Nova no abre en los primeros toques, pero se enfada de que no la escuchen así que se levanta y enciende su mano de energía para darle una descarga a quien la está molestando, cuando abre la puerta ve a Kristhian con un plato de comida en las manos. —Pedí que se me dejará tranquila—le dice ella calmada. —Lo sé… Pero no debes estar sola. Ella lo deja pasar con cierta resignación, pone energía en toda la puerta para que no los molesten. Ella sonríe al ver que la comida que él le llevo es caldo de res con verduras, se sienta en la silla que tiene en su habitación. Pone el plato en la mesita después de haberlo calentado con sus poderes. —Gracias…, pero no debiste hacerlo. —Mi chica favorita no bajo ni a comer ni a desayunar—le dice y ella se sonroja—, tenía que hacerlo. —No tengo hambre… gracias—él niega, ella se levanta de la silla y camina para irse a acostar. Pero esos no son los planes de Kristhian, la toma de la cintura y la jala con él de regreso a la silla, sólo que esta vez la sienta en sus piernas. —Alteza… —Quiero que comas y sí tenerte así es la forma para que comas lo haré. Toma una cucharada de comida y se la da a Nova en la boca como si fuera una niña pequeña que necesita de su papá para comer. Cucharada tras cucharada, es metida en la boca de Nova, por las insistencias del príncipe que parece tener cierta alegría por tener a Nova tan cerca de él y no en una cita con Patrick. Cuando termina su última cucharada de comida, le agradece a Kristhian que parece disfrutar del momento. —Gracias. —No me agradezcas—ella se gira y ambos hacen que la silla se caiga para atrás. Se quedan quietos por la posición en la que están y no por la caída. —Nova—ella eleva un poco la vista y los ojos del príncipe están fijos en los de ella. —Perdón… la silla debió… —No sabes las ganas que tengo de besarte—los labios de Nova se entre abren ligeramente. —Kristhian…—el joven se deja llevar por el momento y logra girarlos ahora la silla no le estorba. —Quiero… Nova, dime que puedo ganarme tu corazón—ella no sebe que responder—, dime que puedo convertirme en el culpable de tus sonrisas, la razón de un suspiro matutino, el hombre que sí tiene suerte duerma contigo y amanezca a tu lado. Está por responder cuando el grito de dolor suena del otro lado de la puerta. Se levantan y Nova detiene a Kristhian antes de que toque la puerta, retrae su energía y ven quién soltó el grito de dolor retorcerse en el suelo, pues la energía de la chica consiguió entrar en el cuerpo de Cassian. Ella mueve su mano y extrae la energía del cuerpo dl capitán. —Eso le pasa por chismoso—brama ella. Kristhian se pone a su lado y revisa las manos de Cassian, pero no fue ahí por donde entró la descarga eléctrica que recibió. Un guardia se acerca y pone las manos sobre el cuerpo de su capitán. Nova se encierra de nuevo en su habitación y está vez pone la energía suficiente para matar a quien intente abrir su puerta. Varios hombres se llevan a Cassian a la enfermería, Kristhian se piensa en seguirlos y termina haciéndolo, pero a la vez quiere la respuesta de Nova. Pero ese día no será.   Nova camina por los jardines del palacio con la compañía de nadie, sólo ella y sus miles de pensamientos, Cassian aparece en cada uno de ellos, pero no como ella quisiera, son pensamientos negativos y muchos de ellos no aprueban el perdonarlo y tratar de ser amigos como ella había pensado al inicio. —¿Puedo hablar contigo?—le dice la reina haciendo que Nova aterrice de sus pensamientos crueles. —Sí, majestad. Ambas caminan por la fina graba. Los arbustos que rodean los caminos son florales que en el día lucen hermosas, haciendo conjunto con el bello jardín de la reina. El preciosos jardín que cuenta con flores de todo tipo y color, a la reina le encantan sus arbustos coloridos en verde y colores vivos que tienen sus flores. Las dos van platicando de diversos temas, hasta que en ellos sale el tema de una boda para Kristhian, Nova no sonríe ante los comentarios que la reina hace alabando a muchas princesas o señoritas que podrían ser buena esposa para su hijo. —Pero te soy sincera, Nova—dice la reina agachándose a juntar una flor caída de un arbusto—. No quiero que Kris, se case por lo que yo me case—Nova gira la vista a la reina y ella le sonríe de manera dulce—, quiero que se case por lo que se casaron tus padres—la reina suelta el poder con el que fue criada—. Mis padres me casaron con Gadrihel, por poder. Gadrihel, usa el poder del aire y es un asesino silencioso, por eso me casaron con él. No quiero eso para Kris. —¿Se enamoró, majestad?—la reina sonríe débilmente. —Lo hice…, y le rompí el corazón. Ninguna dice nada. Sólo siguen caminando en tranquilidad, la reina oculta su poder y deja que todo se pase por su corazón roto, el hombre que alguna vez amó, ahora está casado y es padre del capitán de su guardia, pero eso nadie lo sabrá.   En la sala privada de la reina tanto Nova como ella estudian los parlamentos de vestimenta de una boda real, la chica se los sabe de memoria lo que hace sonreír a la reina, Margareth saca un paquete de un lugar de su sala, mientras Nova recita los posibles postres de una boda. —Muy bien—le celebra la reina—, ahora ven, que tengo algo que tu padre y madre te dejaron. La chica avanza a la reina y abre la caja. Los ojos de Nova se maravillan al ver la joyería de gemas de luz de luna que eran de Sarem. —Tu padre se las regaló a tu madre. —Son hermosas. Las joyas relucen cuando Nova levanta una para verla de cerca. Se lleva la caja de joyas a su cuarto y sonríe al ver que Kristhian le dejo un trozo de pastel de moras rojas. Tal vez los sentimientos de ella ya están naciendo y el joven sí tenga la oportunidad de ganarse su corazón.   —La hija de Aurel está con vida—dice después de un rato de silencio. —Imposible, yo mate a esa niña—gruñe levantándose de su asiento. —¡Cállate! Que siempre recurres a las mentiras para salvar tu maldito pellejo—el cuello de la mujer es partido a la mitad frente a todos los presentes de la Resistencia. —Podemos… —Ya es una adulta—les recuerda el líder—, ella tendrá más poder que él. —¿Nos deshacemos de ella? —No, no, sigamos con lo que tenemos planeado—todos asienten. Aurel y su esposa fueron asesinados para que no fueran un obstáculo en sus planes. —La niña, es… —No podemos dejar que sepa la verdad—se da la vuelta para ver a sus colegas—, sí la joven sabe que ella es la reina que marca la profecía… nos destruirá… —¿Qué no buscamos eso?—pregunta su hermana molesta—Buscamos que nuestras especies estén en armonía de nuevo. —Sacha… la reina se levantará con el rey… y no sabemos de él—mentira. Ella ya lo conoce, pero todavía no sucede nada entre ellos, pero están a nada de unirse más. —Recuerden que esto se hizo para que la reina y el rey regresen al mundo—dice una de las presentes segura—, el rey tiene algo planeado… iré a Imperio, veré a la reina de cerca… tal vez a estas alturas ya estén juntos. El señor se acerca a ella y le sonríe. —Ten cuidado… la reina no conoce la capacidad de su poder—la chica asiente—, y dudo mucho que confíe en ti… de verás ganarte su amistad, y de ahí… veremos que sucede. Asiente, todos los de la sala se marchan a sus hogares y a sus actividades, la reina subirá y los que no la sigan caerán.
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