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1430 Palabras
Nova despierta, su cuerpo se siente diferente, pero no le toma importancia, se concentra en la habitación en la que está. Esa no es su habitación. Es la de… ¿cómo terminó ella ahí? Se levanta antes de pensar sus opciones, tal vez Kristhian la llevo ahí o… no importa, no tiene nada que hacer en ese dormitorio. Camina a la puerta para salir de ahí, ella no tiene que estar en esa habitación, abre la puerta y sale sin hacer ruido, no se ha dado cuenta de que va en una simple bata para dormir. La bata no tiene nada de malo, lo que es malo es que no lleva ropa interior y el material de la bata es translucido. Recorre despacio los pasillos hasta que llega a las escaleras, es la única forma de bajar cercana que se le ocurre, comienza a bajarlas deprisa, sus piernas descienden lo más rápido le permiten. Un lector de mentes la hace ir a la sala del trono, ella camina despacio, cierra la puerta creyendo que no hay nadie, al darse la vuelta ve que no está sola. Kristhian, camina a ella para en el camino desabotonarse el saco y dárselo a ella. —¿Por qué me pones tu saco?—le pregunta ella de manera curiosa. —Porque no te fijaste lo que llevas puesto—se extraña y él le apunta con la vista la bata que todavía no termina de ocultar. Una bata translucida que cubre bien su silueta pero que deja ver la ropa interior de Nova. La mirada del príncipe se pierde un momento en los pechos de Nova y ella le levanta la cabeza con una sonrisa en los labios. —Sé que tengo lindos atributos pero prefiero que me mires a los ojos—lo dijo en voz alta y no le dio importancia a sí Cassian está en la sala o no. —Perdón. Si quieres termina de abotonarte… —Tal vez quieras hacerlo tú—las manos de Kristhian se quedan quietas y Nova niega son esa sonrisa en su rostro, así que mejor termina de hacerlo ella. Kristhian se aleja de ella para darle espacio a los presentes para que vean a la chica que destruyó a los seres de piedra. Cassian está de pie al final de las escaleras que conducen al trono, no son muchas, sí acaso tres escalones, no más. Pero el lugar es hermoso en toda la extensión de la palabra, cuatro tronos están en lo alto resaltando del lugar, dos tronos imponentes son donde los reyes se sientan para recibir a sus visitas o para este tipo de circunstancias. Ambos tronos son de oro sólido, con los respaldos y asientos de algodón con terciopelo rojo cubriéndolo. Donde se sientan Harry y Kristhian son dos tronos de menor tamaño que no son similares a los de sus padres, pero el de Kristhian es diferente por ser el heredero al trono, en esa silla su madre se sentó durante varios años. El trono tiene tres picos en el centro y un color n***o en lo que debería ser rojo como en el de sus padres. La reina viste de n***o al igual que cada m*****o en la sala, están de luto al igual que algunas personas del pueblo que perdieron a sus hijos, hermanos, padres, primos, esposos, gente que era amada y querida por alguien más. —Nadie había visto un poder así en muchos años—dice la reina consciente de las miradas que se le tienen a la chica—, el último Electron registrado murió hace más de veinte años, junto a su esposa. —Aunque nunca encontraron a su pequeña hija—complementa el rey observando a la chica, que viéndola bien, ya con el cabello blanco y los ojos grises, sí se parece a Aurel—, la pequeña Nova Straigth. —Leonard—irrumpe la voz de la reina—. Por favor… El señor de la casa de la mente empieza a hurgar en la cabeza de la chica, tanto él como ella se sorprende de la imagen del joven Aurel, con ese cabello corto en tono blanco con ojos grises parecidos a los que tiene ella actualmente. La sonrisa de amor que tiene al verla es algo que hasta el señor de la mente hace derramar una lágrima. —Mi linda niña—le dice su padre tomándola de la cintura con cariño—, ¿tan temprano y ya de curiosa?—la niña ríe en los brazos de su padre. Aurel la acomoda en sus brazos antes de acomodarla para que la pequeña recargue su cabeza en el pecho del Electron. —Ño—le dice la dulce pequeña. Aurel se para frente a un espejo y el reflejo es lo que ve Nova, el color castaño y los ojos verdes se notan en el espejo, también el poco parecido que tiene con Aurel sin esos rasgos parecidos a los de ahora. —Papi, ¿por qué no tengo tu poder?—Aurel le sonríe al espejo antes de sentarse en la silla que hay en un balcón de la habitación. —Algún día lo tendrás, mi ángel. La niña ladea los labios antes de que la puerta se escuche a su espalda, Nova ríe despacio al saber que la descubrieron. —¿Con que aquí estas?—la niña niega en las piernas de su papá—. Hora del baño, Nova. —¡Ño! Una serie de recuerdos buenos salta en la cabeza de Nova hasta el día que asesinan a sus padres, y lo qué más le duele es revivir esa escena que traumo sus primeros tres años de vida. Pero deja de buscar cuando Nova lo saca de su mente con energía pura. —Es la hija de Aurel y Sarem—dice Leonard en voz alta. —Una Electron—dice la reina—, pero me gustaría ver el nivel de poder que alcanza. Nova y su cuerpo empiezan a vibrar de energía, pero no lo demuestra, sólo que la electricidad circula y viaja por su cuerpo. La energía empieza a desbordar a Nova como la vez pasada, Kristhian sonríe. Se levanta de su asiento y se pone en medio de la sala, donde el poder de Nova no podrá dañar a nadie. Nova sabe lo que Kristhian pretende, le sonríe y expulsa la energía de su cuerpo. La energía protege a Kristhian de cualquier cosa, nada podrá entrar en esa bola de electricidad, nada la atravesará. —Más de nueve mil volteos, majestad—dice el guardia que mide la energía—, sólo la que cubre al príncipe, ella mide más. —Impresionante. Vaya que lo es. En la sala muchos recuerdan a Aurel y a Sarem, ambos eran el uno para el otro, la personalidad de Aurel era única, un hijo de puta risueño con la meta de poner al Páramo en primer lugar y después a su familia. Dependiendo de la situación. —Nova, ya puedes quitar la energía—le dice Kristhian. Ella baja el poder que lo protege. —Madre, pido tu permiso para entrenar a lady Straigth. —Por supuesto—dice su madre—, y Lady Straigth, yo me encargaré de enseñarle los modales que debe de tener. Kristhian se acerca a ella y le sonríe. —Creo que ya puedes usar ese lindo vestido que te regale—la sonrisa que le da la llena de seguridad. —Lo guardare para una ocasión especial. —¿Qué tan especial? —Lo más especial que te imagines.   La reina, le dio a Nova varios doblones de la cuenta de sus padres, le dijo que era para comprar ropa que no fuera de la que usaba siempre. La ciudad tardo seis días en ser reparada, varios de los guardias ayudaron con sus poderes a acomodar la ciudad, incluyendo miembros de los territorios ayudaron a crear todo. Nova se siente extraña con el cabello blanco, pero es parte de su poder, intento pintárselo y eso no le duro ya que en la mañana lo tenía blanco y las sábanas de su cama estaban quemadas. Camina por la ciudad con Ardêr a su lado, ella elige los vestidos que más le gustan, pero se fija en el precio antes de comprar uno, es consciente de que aún sigue siendo esa Nova que fue criada en una granja con su madre adoptiva, la misma que la amo y cuido con todo el amor de una madre real.  
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