Kristhian lee el libro que su madre le compró sobre especies fuertes, como lo son dragones, lobos Albinos; una especie muy rara de lobo que habita en las altas montañas de Aporué, al sur del sexto reino. Entre otras especies que tiene el libro. Cassian entra en la habitación de su amigo, se aproxima a la cama del heredero antes de sentarse y esperar el momento para abrir la boca.
—Tu madre me mandó avisarte de una expedición que se hará para Tierras Medias—uno de los lugares favoritos de Kristhian—, por si quieres ir.
—Siempre quiero ir—ambos sonríen.
Kristhian se crio en el palacio, pero tras vivir dos años en Tierras Medias le pareció un lugar encantador para vivir y de no tener un reino que dirigir algún día, viviría ahí con su esposa e hijos, cuidando de cultivos y cuidando de un ganado. Un sueño loco para un joven príncipe.
—Iremos nueve guardias—le dice Cassian—, Ardêr se quedará aquí mientras vamos a la expedición…
—¿Nova irá?—Cassian resiste los celos que se empiezan a formar en él.
—No.
El suspiro de Kristhian significo más de lo que fue.
Elegir entre ir a su lugar favorito en la tierra o quedarse a resolver lo que le empieza a suceder con Nova.
—Iré, pero con la condición de que le des a Nova, el tiempo que duremos allá de vacaciones—Cassian asiente.
Prefiere eso a llevarla con su amigo.
La reina está en su estudio con varios documentos que la volverán loca un día, Nova está en su oficina por petición de ella. La joven lleva todo el día acomodando los viejos libros de la reina, de que como monarca debió de leer, Kristhian ya los leyó todos, y algunos más de combate, que la reina Margareth jamás leyó.
—Majestad—la llama un guardia.
—Dime, Arzriel—la reina conoce el nombre de cada uno de sus guardias, generales, capitanes y gobernadores.
Así como Kristhian y Harry.
—Aquí está el paquete que ordeno—sonríe y se levanta de su asiento.
Toma el paquete y pide que nadie la moleste.
Nova sigue acomodando los tomos, ella tiene que estar ahí acomodando los grandes tomos de fuego y dones que los reyes deben de conocer al pie de la letra, dice como vencer a los elementos que no son de fuego y esas cosas, se topa con uno de electron y eso es algo que le llama la atención pues tal vez le diga porque su poder es débil.
—Nova, ven por favor—parpadea antes de suspirar y levantarse, tal vez le pregunte a Kristhian si se lo presta.
—¿Sí, majestad?
—Quiero que te midas este vestido—le dice abriendo la caja que le dieron.
—Pero… ¿para qué? Alteza… yo no soy de clase alta y….
—Anda, Kristhian me comento que te había gustado en una de las idas con Arnold—ella traga.
—Gracias, pero…, nunca usaré un vestido así… soy de clase baja majestad y…
—Sólo medítelo—la chica asiente.
Salen de la oficina de la reina y van a su habitación, los pensamientos de Nova van a querer matar al joven príncipe por decirle a su madre de ese vestido tan hermoso que le encanto, y que vale más que el que Kristhian le regaló.
Ambas se internan en la habitación con dos chicas que le sirven a la reina, ellas saben quién es Nova, y tampoco entienden porque la reina mando pedir el vestido para Nova.
La ayudan a ponérselo, cuando terminan el vestido resalta en Nova. Los ojos de la reina se maravillan con el bello vestido y por la chica que lo porta.
—Te dije que se te vería fantástico.
—Gracias, pero… alteza, es mucho, y soy simplemente una centinela de la guardia.
—Nova, cuando subí al trono, tenía un amigo que era de una de las casas más pobres—la imagen de Aurel aparece en su cabeza, y sonríe ante su recuerdo—, él solía decir que no importa el valor de un regalo, ni tampoco la clase social de la persona a la que se da el regalo—la reina se sienta en su cama y recuerda cada conversación que tuvo con Aurel—, que lo que importa es el valor de la intención y los sentimientos positivos que la persona tenga al ver el regalo.
—Debió ser un filósofo—la sonrisa de Margareth se extiende.
—Era un bufón cuando quería—simplifica la reina, lo que le roba a Nova una sonrisa—, pero era un buen hombre—las mucamas de la reina salieron por órdenes de ella—. El mejor que pude tener como amigo—la reina hace una figura de fuego que queda idéntica a la forma de Aurel—, el día de su boda… nadie se podía creer que mi mejor amigo se casará con una Inmortal.
Nova se sorprende, nadie lo había hecho desde hace casi siete siglos.
—Los dos se amaban, y Sarem era una mujer que enamoraba con palabras y personalidad—Nova sonríe de manera sincera—, fue injusto que les quitaran la vida después de cinco años de feliz matrimonio—Margareth ya no oculta sus lágrimas, las deja salir libremente—, estaba en Tierras Medias, con mis hijos cuando me dijeron de sus muertes—omite un detalle importante—, no podía creerlo, ellos nunca fueron de meterse en problemas, eran gobernadores del Páramo, donde pocas criaturas mágicas son tratadas como igual entre los humanos, y entre personas de poder. Todos los querían, en mi corte no había persona que no los quisieran por más que Aurel les diera razones para que lo odiaran.
Nova se queda con la reina por lo que resta del día, y acepta el vestido que le dio, hará como Kristhian le dijo que hiciera con el suyo, guardarlo y tal vez lo venda para pagar una emergencia.
Las dos semanas que Kristhian pasó en Tierras Medias no le sirvieron para sacarse a Nova de la cabeza, entre más intentará olvidarla más se hundía en su mente y corazón, suspira, su caballo relincha mientras avanzan, en unos días será el desfile y muchas personas esperan ese enorme desfile, los niños porque verán Imperium, y los adultos para ver los carruajes que se armaron los gobernadores y los jóvenes para criticar a los jóvenes que serán sus gobernantes en un punto próximo. Cuando Kristhian porte la corona.
Mientras caminan por las calles empedradas de la ciudad van viendo los arreglos que se le hacen a las calles para que los carruajes pasen y no sucedan accidentes, Kristhian sonríe al ver a dos niños jugando en la calle, después ve la figura de una chica que se les une para jugar, detiene su caballo y se les queda viendo, la imagen de Nova se forma en su cabeza con dos pequeños de fuego.
Niega rápido, últimamente le da por imaginar con Nova en muchas formas, inclusive dormida a su lado y en otras de una forma en la que el capitán ya la conoce.
—¿Qué me estás haciendo?—susurra para nadie.
Tira de las riendas de su caballo y avanza por la calle principal.
Cuando llegan al palacio escuchan el relinchar de un caballo, pero es de desesperación, el animal no deja de relinchar en el establo, Kristhian y Cassian van a donde el animal relincha con fuerza. Pasan más allá de los jardines, el sonido del animal aumenta.
Cassian reconoce al animal que relincha con miedo y desesperación, la yegua de Nova.
Se baja de su caballo para intentar tranquilizarla. Pero el animal se jalonea.
—Quieta, Nube, ya tranquila—el animal se jalonea de nuevo, se levanta sobre sus patas traseras y relincha de nuevo.
—Espera… ¿De quién es el caballo?—pregunta Kristhian al ver que su amigo no puede tranquilizarla a pesar de que le habla por su nombre.
—Es de Nova, pero…
—Suéltala—Cassian se gira a Kristhian y por su gesto la suelta, la yegua se da la vuelta y corre entre las veredas del bosque.
Kristhian la sigue mientras Cassian le va gritando tontería y media, ambos llegan a un claro que los deja sin aire en sus pulmones, Nova está inconsciente en el suelo, Kristhian se baja rápido de su caballo y corre a ayudar a la chica que todavía respira.
Sube a Nova al caballo de Cassian para que él la sostenga, se regresa a donde está la yegua de Nova, la amarra a su caballo y se regresan al palacio. En el camino Cassian va viendo cada detalle de Nova, la piel blanca, el cabello castaño, la fina nariz, los labios no tan gruesos ni tan delgados que ella tiene.
Llegan al palacio y dos guardias ven el cuerpo de Nova, corren a atender a la chica, se la quitan al capitán y la llevan a enfermería, parece que no resistirá mucho tiempo, Kristhian no dice nada cuando Cassian menciona que también revisaran a Nube. A él le importa la chica.
—Estará bien—dice el médico con una sonrisa.
—¿Seguro?
El doctor asiente acomodando a Nova en la camilla.
—Sí, alteza—la reina suspira aliviada.
—Llegaron a tiempo—dice el médico—, de lo contrario hubiera muerto en unos minutos más.
Nova sufrió un atentado de parte de los rebeldes que se escondían en el palacio, pero eran humanos totalmente si hubieran sido seres mágicos nadie la hubiera salvado.
—Sera bueno que la dejemos descansar.
Todos asienten y salen de la enfermería de la guardia, algunos guardias se quedan de guardia por órdenes de Kristhian. La reina ve a su hijo mayor que es quien está más preocupado por la chica que por el desfile que es su mayor preocupación todos los años. La reina lo sigue hasta su habitación y se encierra con su hijo.
—¿Te gusta, Nova?—su hijo niega rápido—No le puedes mentir a tu madre.
—No es mentira.
—El amor siempre se nota—le dice ella y el joven se deja caer en su cama.
—No tiene poder… y…
—Yo no te críe así—le recuerda ella—. Cariño, el amor que generes…
—El poder es lo que…
—El poder es sólo magia que se puede quitar—el joven se calla e incorpora sobre sus codos—. El amor no. El amor es el arma más poderosa que se pueda tener, es la espada que sellará tu destino y debes ser valiente para enfrentar los peligros que se presenten al tratar de empuñarlo.
—Nova no me…
—¿Y así quieres ser rey de cambio?—eso nunca se lo dijo a ella—Hijo, empieza por los que te rodean, y después decide qué hacer con los otros.
La reina sale de la habitación de su hijo, dejando un silencio devastador y un príncipe confundido, uno que toda su vida pensó y se imaginó que se casaría con alguien con poder como él, pero Nova llegó a borrar todo eso y a ponerlo a dudar sobre su vida y decisiones, ahora ella aparece en cada decisión que él está por tomar o que piensa.
—Por el momento… todo sigue su curso.
Es una promesa.