1- Una boda para Peter
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Rebeca le anudó el moño y lo acomodó moviéndolo de un lado al otro.
— Estás perfecto y hasta hueles bien — susurro Rebeca al oído de Peter que esbozo una sonrisa ladina con picardía.
Ambos se miraron en complicidad, esa que tienes con un amigo o… con un amigo, eso suena bien. Dejémoslo así.
— Que lastima no eres tú la que se casa conmigo — agrego Peter sin borrar de sus labios esa sonrisa pícara.
Rebeca se carcajeó porque aquello le resultaba en extremo gracioso.
— Oh Pet, ya quisieras tener la dicha de llevarme al altar — Ella lo escaneó.
Peter se veía impecable, nada podía fallar, esa boda sería perfecta, Rebeca era muy consciente de eso y se sentía orgullosa porque así resultara.
— Sería muy fácil llevarte al altar Beca, por eso no eres tú la que veré entrar por la iglesia — comento él con suficiencia.
— Eso me parte el corazón — Con una mano en su pecho, ella fingió estar devastada para luego secar unas lágrimas falsas de la comisura de sus ojos. — Creo que no superaré eso y tendré que llorar durante toda la boda. — ambos rieron ante ese comentario.
Eso podría verse como una tragedia, pero en realidad era algo que ambos deseaban, que la boda siguiera su curso con éxito.
—Ya vete antes que llegue mi suegra o alguien y vean a una sexy mujer hablando conmigo — Rebeca rodó los ojos ante el comentario de Peter.
— Te falto deslumbrante — reclamó, a lo que Peter comenzó a reír con ganas.
— También eso ¡Ya, vete! Nos vemos en la iglesia Beca, deséame suerte ¡Voy a casarme! — agito las manos con emoción mientras decía todo eso.
Una boda algo para recordar, Peter estaba a punto de hacerlo, se uniría en matrimonio con Lindsay Douglas.
Este sería el mejor día de su vida, según dicta la tradición las bodas son algo para recordar y que brindan emoción
.....
Rebeca eligió un asiento central para vigilar la ceremonia, le pareció lo más conveniente, ya que uno delante la haría tener demasiado protagonismo y uno al final no le permitiría ver a los novios.
Ella solo era una simple observadora, veía a los invitados entrar y cotillear, familia, amigos de la novia, también del novio. La ironía de la situación la hizo sonreír, todo eso era tan.. No valía la pena siquiera mencionarlo, pero a ella le causaba demasiada gracia todo lo que allí sucedía, como si de una obra de teatro se tratara.
《Solo espero no arruines nada querido Pet》
Solo pensaba en lo perfecto que todo salía y eso siempre le generaba inseguridad, cada que algo marchaba demasiado bien, Rebeca tenía la costumbre de empezar a buscar fallos, ser tan perfeccionista tiene sus contras y este era uno de ellos.
Tocó su oído como si acomodara algo y al instante comenzó a escuchar una conversación.
— Te ves bien Peter, mi hija se volverá loca cuando te vea — la voz de la señora Douglas casi deja sorda a Rebeca de lo chillona que era.
— Gracias, señora, aunque tengo miedo, Lindsay estuvo extraña estos días… no lo sé, ¿Si ella me planta? No nos olvidemos que yo solo soy el hombre que su padre eligió para ella y…
— Tranquilo Peter, ella está loca por ti — Rebeca sonrío al escuchar la conversación.
Todo era perfecto, eso le daba tranquilidad y no necesito escuchar más, volvió a tocar el dispositivo en su oreja para apagarlo y seguir observando la ceremonia.
Miro su reloj de muñeca como si contara los minutos, ¿Emoción por qué comience la ceremonia? Quizás.
Se concentró en el frente, miro el altar y pudo ver como hacía su aparición Peter junto a la señora Douglas.
Volvió a mirar su reloj, luego miro a su lado y pudo ver a un hombre rubio de ojos azules sentarse a su lado. A sus ojos un hombre común, pero al de muchas otras un hombre encantador y perfecto.
Ella sonrío al verlo sentarse a su lado, sabía que así sucedería, ella también era una mujer hermosa, sola en una boda, era lógico que alguien se sentaría a su lado.
Rebeca con sus ojos cafés, su pelo castaño y tez media era cautivante a los ojos de cualquier hombre.
— Hola, soy Becky — dijo sonriendo.
¿Quién se resistiría a su saludo? Nadie y Spencer no fue la excepción.
— Spencer, ¿Vienes por el novio? — El hombre se presentó sin miedo.
Su pregunta albergaba más que solo curiosidad o sacar un tema de conversación, su pregunta trataba de descubrir si Rebeca al igual que él estaba en la parte del novio cuando venía de parte de la novia.
— Emm... creo que sí, me senté aquí porque estaba más vacío — dijo ella con una sonrisa avergonzada pero divertida.
— Al menos no soy el único que no sabía donde sentarse — contesto Spencer frotando su nuca algo apenado.
Pero Rebeca ya sabía que eso contestaría, sabía con exactitud que Spencer no se sentaría en el lado de la novia aunque por ella era que venía.
— Hermosa la decoración, ¿Verdad? — lo miro mientras hacía dicha pregunta.
— Sí... soñado diría yo, todo se ve hermoso — podía notarse en la mirada de Spencer algo de.. ¿Pesar? ¿Anhelo? Era difícil saber con exactitud.
— Es una lástima la pareja — comento Rebeca muy tranquila.
— ¿Por qué lo dices? — la mirada de Spencer se volvió curiosa al instante.
Rebeca se encogió de hombros despreocupada.
— Escuche algunos rumores, pero no viene al caso mencionarlos, creo — fijo su vista al frente sabiendo que Spencer no se quedaría tranquilo ante su comentario.
— ¿Algo de los novios? — pregunto dudoso.
Ella movió la cabeza a los lados, como dudando de lo que diría.
— Más bien de la novia — susurro cerca de Spencer. — Ya me parecía que no se veían bien juntos, así que cuando me enteré no me sorprendí demasiado — Spencer la miraba esperando más.
— Pero... ¿Qué fue lo que se enteró? — Rebeca se acercó más a él para que nadie escuchara.
— Dicen que ella tiene un amante ¿Puedes creerlo? Se casará y el tipo será el amante, terrible — Spencer abrió sus ojos como plato ante las palabras de Rebecca.
— Pobre de él, ¿No? Osea, ella estará con otro, eso habla mal de su esposo — Spencer dijo esas palabras muy seguro.
— No, al contrario, que mal por el amante, solo existen pocas razones por las que ella lo tiene de amante — Spencer frunció el ceño expectante — Él es impresentable, ella no lo ama lo suficiente o... es un cobarde — el rostro de Spencer cambio, aunque trataba de disimular su molestia ante esas palabras no pudo.
— Una mujer como Lindsay no creo este con un hombre que no sea digno de su belleza —Rebeca se encogió de hombros ante lo que Spencer dijo.
— Entonces ¿No lo amará? — miró a Spencer curiosa como si no supiera la respuesta.
— No lo sé, no lo tendría en su vida ni como amante si así fuera —Rebecaa sabía que Spencer intentaría justificar a toda costa el hecho de que el supuesto amante si valía la pena.
¿Razones? Personales quizás.
— Entonces es cobarde y la dejará casarse con otro, no quiero pensar cuantos matrimonios surgen así. El amante no se anima a formalizar, ella se casa, termina viviendo con su esposo y decide dejar al amante porque prefiere la formalidad, triste en verdad por esos amantes cobardes que prefieren perder a quien aman antes que tener valor...
— Nos ponemos de pie para recibir a la novia — Las palabras del sacerdote hizo que Rebeca guardara silencio.
Pero podía notar a Spencer con un semblante perturbado.
Lindsay hizo su entrada, todos los ojos estaban sobre ella, hermosa y encantadora.
Peter la esperaba en el altar con una sonrisa llena de felicidad, digna de alguien que se casará.
La ceremonia tuvo lugar, el sacerdote comenzó a hablar siguiendo el protocolo, llego la parte de dar el sí y todo fue perfecto, primero Peter y luego llego el momento de Lindsay.
A todo momento, Rebeca observó llena de emoción el evento, mientras que Spencer no dejaba de retorcer sus manos.
— Señorita Lindsay Douglas, aceptas como esposo a Peter....
— ¡No lo hagas Lin! — Spencer se paró de su asiento y aparto a todos, incluyendo a Rebeca para pasar al pasillo de la iglesia. — No puedes casarte, yo te amo y tú a mí, no pienso estar más oculto — todo el lugar se llenó de susurros y cuchicheos.
— ¿Qué es esto Lindsay? — Peter la miró lleno de sorpresa y angustia en su mirada.
— Spencer... — Lindsay estaba totalmente sorprendida.
No esperaba que Spencer hiciera algo así, llevaba tanto tiempo saliendo con él a escondidas que incluso cuando le dijo que su padre le exigía casarse tampoco quiso formalizar, algo así como terror al compromiso.
— Sé que debí pensarlo antes, pero no puedo dejar que te cases con él, no puedo, no lo hagas.
— Lindsay ¿Quién es él? — Peter seguía exigiendo respuestas pero Lindsay no sabía qué decir, en estos momentos solo quería correr con Spencer fuera del lugar.
Sabía que eso la llevaría a tener que casarse con él, porque su padre no permitiría simplemente que huyera. Spencer también sabía eso, pero era más lo que deseaba no perderla que seguir encerrándose en su miedo a casarse.
— Yo... Peter...
— Lin, ven conmigo — Spencer le ofreció la mano a Lindsay y ella no lo dudo.
— Lo lamento Peter — eso fue lo que dijo para luego correr junto a su amante.
El sonido de asombro se hizo presente en la iglesia, otros espantados, pero muchos sabían que eso podía pasar.
Rebeca solo salió del sitio muy tranquila, su tiempo allí había terminado, no quedaba nada que hacer.
Por otro lado, Peter miro devastado a todo el mundo, en especial a los padres de Lindsay que estaban llenos de asombro.
— Oh querido, lo siento tanto.... esto es.. — la señora Douglas quiso consolarlo, pero él negó con su mirada decaída.
— Lo siento, no puedo seguir aquí — salió devastado de la iglesia.
Camino a la parte trasera, lleno de pesar, lo habían plantado en el altar, algo terrible.
Salió del lugar y suspiró, pero sorpresivamente su semblante cambió a uno más relajado y se diría que hasta más animado.
Paso por un cesto de basura y estirando de su chaqueta, el traje que llevaba puerto se despegó de su cuerpo con mucha facilidad revelando por debajo, una camiseta blanca y unos pantalones de mezclilla ajustados. Peter tiró en el cesto de basura su ropa y un auto n***o se frenó frente a él en la acera.
— Lo lamento tanto Peter — Rebeca lo esperaba al volante sonriendo.
Le lanzó una chaqueta de cuero que Peter se puso mientras abría la puerta del copiloto para subirse.
— La angustia me posee — dijo para luego lanzar una carcajada.
— Si claro, haz el reporte y quema la evidencia — dijo Rebeca muy sería y relajada.
— A veces siento que solo soy un simple objeto para ti — ella lo miro sonriendo divertida — Pero luego recuerdo que tú también lo eres para mí y se me pasa — Ambos comenzaron a reír.
Peter tomó en sus manos un papel de su bolsillo.
Caso: Spencer Hook no quiere una boda.
Cliente: Hook padre
Objetivo: Espabilar a Spencer.
Resultado: Exitoso
Miró a Rebeca mientras tomaba un encendedor e incineraba el papel en sus manos, solo quedo en cenizas volando por la ventana mientras ellos se alejaban.
— Un trabajo impecable, Beca — una sonrisa se dibujó en sus labios.
— Como siempre Pet, ¿Qué sigue? — la pregunta de Beca hizo que tomara un pequeño cuaderno que había en la guantera.
— Supongo que debemos seguir con... el caso Me tatué el nombre de mi ex — Beca comenzó a reírse.
— De acuerdo sigamos con ese.