El lunes muy temprano había quedado con Jack que llegaría una hora tarde al trabajo porque debía ir al médico, Laura se preocupó, pero ella la calmo diciéndole que iba a una entrevista de trabajo, su amiga cómplice le guiño el ojo y le deseo suerte… Fue la mejor excusa que pudo darle a su amiga, no quería preocuparla contándole que pretendía alquilar su vientre, obviamente le iba a decir que era completa locura lo haría, pero no era momento de escuchar nada de eso que la hiciera arrepentirse. Una vez en la clínica dio su nombre a la secretaria y está la miro con asombro, hizo una llamada y de pronto apareció un doctor de baja estatura, de pelo cano y con una radiante sonrisa. —¡Un placer conocerla, señorita Trevol! —el hombre le tiende la mano y esta se la recibe. —Hola mucho gusto, la

