Demian
Preferí ignorar a la chica de Dean, de todos modos ¿Qué le estaba mirando?
El gran cuerpo que te dieron ganas de tener, replicó mi subconsciente. Lo hice callar inmediatamente y luego reí por lo debajo.
— ¿De qué te ríes, eh?— Preguntó Ryan al escuchar la risa que había provocado mi estúpido pensamiento.
—De la chica de Dean. ¿Cuál es su problema? Parece una verdadera fierecilla. No le gusta ni que la miren— Le comente a Ryan quien también acompaño mi risa.
—Me sorprende verla aquí. A ella no le gustan las carreras, no suele venir mucho— Él dice y lo miro extrañado ¿De dónde carajos la conoce?
— ¿Por qué la conoces?— Decido preguntarle directamente.
—He escuchado cosas de ella. Rumores. —dice—Dicen que trabaja para un cartel de droga, que es una agente secreta del gobierno, que su padre solía ser uno de los más grandes apostadores de todo San Francisco...hasta que perdió una apuesta muy grande. —me comenta, y aquello me intriga demasiado. —No es una chica fácil. Demasiado problemática, si me preguntas. —El moreno rio —Pero está bien buena la muy maldita— comenta y ambos reímos.
Claro que esta buena. Me voltee para volver a mirarla y ella discutía algo con Dean. Me quede fijamente mirándola para ver si volvíamos a juntar las miradas y ver como reaccionada. Y así fue.
Volvimos a mirarnos y ella hizo a Dean a un lado y empezó a caminar en mi dirección.
Vaya que era divertido ver las reacciones de esta chica.
— ¿Por qué me miras tanto? ¿Te debo algo o qué?— Ella escupió. Dean estaba detrás de ella y la tomo por el brazo pero ella se zafo de su agarre —Vamos. Responde.
—Mira Dean, será mejor que controles a tu perra rabiosa si sabe lo que le conviene—le aconseje a Dean, mientras la miraba a ella fijamente.
— ¿Qué me dijiste pedazo de mier...?— Dean puso la palma de su mano en la boca de la chica, callándola.
—Debby, ¿Qué hablamos acerca de tu comportamiento? Solo cálmate— le advirtió. La chica, Debby, me causaba demasiada gracia. Era una gatita con garras de tigre. Una verdadera chica busca problemas.
Me gusta.
La morena le lanzo una mirada asesina a Dean, quien saco su mano de la boca de ella. Ella se giró para volver al lugar en donde inicialmente se encontraban.
—No pensé que te gustaran las pequeñas rebeldes—Le comente. — ¿Cómo haces para controlar a tu pequeña fierecilla? ¿Debe ser igual de rebelde en la cama, no?— me burle de él y Ryan rio a mi lado.
—Eres un...—Ella masculló por lo debajo, antes de que Dean sólo diera la vuelta para volver con su novia.
Una chica rubia de esbelta figura se puso en medio de la pista clandestina y dijo; —Los competidores, prepárense para la carrera.
Varios chicos con sus motos -incluyéndome- se pusieron en sus posiciones. Yo con mi tesoro y Dean con su juguete nuevo. Todos ahí sabían que la atracción principal ahí éramos Dean y yo. Los demás competidores solo eran un relleno para el verdadero show.
La chica se acercó a Dean y le susurro algo y este le guiño el ojo. Y yo solo los seguía mirando, no tenía idea de porqué. Esa chica tenía algo que me atraía, a pesar de su actitud rebelde y de niña mala. Tal vez hasta eso podría ser lo que hacía que llamara mi atención. Era diferente.
Debby se separó de Dean para dejarlo competir y luego cruzamos miradas. Le guiñe el ojo para molestarla y ella alzo las cejas en señal de desaprobación y luego puso una cara de disgusto y miro hacia otro lado. Me reí. Era tan divertida.
Me subí arriba de mi moto negra y todos encendimos motores. La chica rubia empezó a girar la bandera en señal de que todos los competidores se pusieran en la línea y que los mirones se quedaran, bueno, mirando y no estorbando.
Cuando todos los corredores estaban listos, encendimos nuestros motores provocando que el aire se llenara de ese olor a gasolina. El ambiente se llenó de adrenalina que también llego hasta todo mi sistema, corría por mis venas.
Mire de reojo a Dean quien me estaba mirando. Hizo rugir su motor y luego me lanzo una mirada burlona. Sonreí y volví a fijar mi vista en la pista. La chica rubia alzo un paño rojo: —Enciendan sus motores, prepárense y.... ¡Corran!— bajo la pañoleta y esa era la señal.
Hice que mi moto rugiera y esta se puso a andar a toda velocidad. Dejaba a los corredores atrás y tenía mi vista fija adelante. El error de muchos corredores novatos es mirar atrás o hacia el lado para ver en qué posición se encuentra su contrincante, y no se fijan en los obstáculos que pone el camino, se estrellan y adiós moto, adiós carreras y adiós vida.
Sabía que había dejado varios chicos atrás y podía escuchar como algunos habían estrellado. Sentí un motor al lado mío. Mire de reojo y era Dean. Estaba alcanzándome. Aceleré lo más que pude y logre adelantarme, pero él hizo lo mismo quedando en el mismo nivel que yo.
Estábamos cerca de llegar a la meta de la primera vuelta y solo quedábamos cinco corredores. Dean y yo al frente. Seguimos con la segunda vuelta y Dean empezó a acercarse a mí con la intención de que chocáramos las motos. Maldito tramposo.
Acelere otra vez logrando escapar de la trampa de Dean. Escuche una maldición proveniente de él y reí. Tercera vuelta y solo quedábamos los dos. Era la última y podíamos sentir todos los gritos. Estábamos llegando a la meta cuando vi que Dean se me adelanto.
Mierda, ¡Estaba ganándome!
—Vamos bebé, yo confió en ti— susurré para mi moto, y aceleré lo más que pude. Estábamos a solo metros de la meta y Dean delante de mí. Todos empezaron a gritar que Dean ya había ganado cuando algo paso.
La moto de Dean hizo un rugido extraño que hizo que él se desequilibrara y cayera. No tuve tiempo de reaccionar cuando ya había llegado a la meta. Me baje rápidamente de la moto ignorando los cumplidos y gritos detrás de mí ante mi victoria. Me acerque rápidamente en dirección hacia Dean. Su caída había sido peligrosa, y vale, me podía caer mal, pero era de todo menos un hijo de puta que no se preocupara de ese tipo de accidentes. Antes podría hacerlo, pero no, no después de lo que paso.
Me acerque hacia donde estaba Dean. Él estaba tirado y tenía en su rostro una mueca de dolor — ¿Estas bien?— Pregunté. Él me miro con furia.
— ¿Qué mierda haces aquí Saint? ¿Vienes a burlarte de mí? ¡Bien! ¡Ganaste!— Él exclamo. Trató de ponerse de pie pero se tambaleó. Traté de ayudarlo pero él me empujó — ¡Vamos! ¡Búrlate de mí Saint! ¡No te he ganado! ¿Eso es lo que quieres hacer, no? ¡Adelante, solo hazlo!— Gritó.
—Dean, cálmate— Le dije, pero él estaba muy alterado. Miré por encima de su hombro y vi como Debby venía para socorrerlo.
—Dean, ya, detente— Ella trató de tranquilizarle. Puso una mano en su hombro, pero en el momento en que su mano hizo el contacto, Dean la empujó haciendo que Debby cayera al piso.
— ¡Déjenme en paz, todos!— Dean gritó. Pateo su ya destrozada moto y se retiró cojeando de ahí. Estaba totalmente avergonzado. De los 3 años que lleva retándome, nunca ha podido ganarme. Miré a Debby quien aún se encontraba en el suelo y le tendí mi mano.
Ella alzo la vista y miro mi mano y luego dijo; —Ni te atrevas a tocarme— se levantó por su cuenta y se alejó de mí. Ryan llego a mi lado.
—Bien hecho viejo, le ganaste a ese idiota, ¿Viste cómo se puso? Parecía que su cabeza iba a explotar— Él se burló pero apenas pude escucharlo — ¿Qué tanto miras, Demian?
—El idiota empujó a Debby, y ella se acaba de ir— Le conté y él me golpeó levemente la espalda.
— ¿Y a quién le importa de todos modos? Vamos amigo, vamos a celebrarlo—Me dice. La gente alrededor empieza a gritar y todos nos siguen a mí y a Ryan a un bar cercano al que siempre vamos a celebrar.
Él tiene razón ¿Por qué debería de preocuparte por ella? Aunque ella esta tan jodidamente buena y rebelde que llama mi atención. Es la primera chica que me ha tratado como la mierda. La primera chica que se molesta por que la miro, cuando muchas chicas matarían porque les diera algo de atención.
Llegamos al bar que está lleno de gente, como es de suponerse. La mayoría son observadores de la carrera que me felicitan por ganar y corean mi nombre. Aduladores.
No le tomo mucha atención a eso realmente. El objetivo de correr para mí no es ganar. Es solo hacerlo, es sentir la adrenalina corriendo por mis venas.
Me volteo para mirar a mí alrededor, y en la barra del cantinero veo a una chica. Sí, es Debby. Dejo a los demás chicos y abro paso para caminar hacia a ella.
—Hey, ¿A dónde vas?— me pregunta mi amigo. Se pone a mirar hacia la misma dirección y exclama —Yo no iría hacia donde ella si fuera tú, Demian. Ella es demasiado problemática.
Ignore su comentario y seguí caminado. Me puse a unos cuantos pasos cerca de la barra en donde ella se encontraba y le pedí al barman una botella de cerveza. Me sorprendí al ver que ella también tenía una.
—Hey— trate de llamar su atención. Ella se volteó para verme, hizo un gesto y siguió mirando hacia el frente. Ignorándome — ¿Qué te pasa cariño? ¿No eres tan ruda sin tu novio a tu lado?
—Él no es mi novio, y no me vuelvas a hablar en tu vida—dijo cortante y seca — ¿entiendes?—alzó las cejas, molesta con mi presencia.
—Vamos, linda. Si te portaras bien conmigo, podría invitarte algo— le di mi mejor sonrisa y oí como ella rio. Se dio la vuelta.
—A ver, que parte de 'No vuelvas a hablarme en tu vida' ¿no entiendes?— Ella sonrió burlona y luego tomo un sorbo de su cerveza.
—Vamos, Debby— acaricie su nombre con mi lengua — ¿Acaso ya te has acostado con él? Se mete con todo el mundo. A que mañana apareces con herpes— me burlé y ella soltó una carcajada.
—Mi vida s****l no debería importante— atacó.
—Solo te estoy aconsejando.
—No necesito que me digas que hacer, ¿entiendes?— me dijo con esa hermosa sonrisa sarcástica en su rostro.
—Te lo digo porque pareces una buena chica, no quiero que vayas por malos caminos— Debby lanzó una gran carcajada. Sabía que de buena, ella no tenía ni un pelo.
Tomo un poco de su cerveza y dijo: —No soy buena chica—sonríe. —Mira... eres guapo, pero presumido, arrogante y me caes terrible. No creas que olvido que me llamaste perra rabiosa. Además de todas estas insinuaciones sexuales ridículas. ¿Es así como ligas con todas las mujeres?
Me reí. Esta chica en verdad tenia las palabras para atacar en la boca — ¿Acaso el buen chico de tu novio te puso en contra de mí?— pregunté. Era más que obvio que Dean le había dicho algunas cosas acerca de mí.
—No fue necesario. —respondió. —Con sólo verte puedo decir el tipo de persona que eres. —Ella suspiro tratando de parecer cansada, siguió a decir: —Ahora, si me disculpas, ya tengo que irme— dejó su botella de cerveza ahí y se dio la vuelta para irse. Alcancé a reaccionar y tome su brazo. Ella miro mi mano en él y luego me miro a mi como queriendo decir no-me-toques-imbécil.
—Si no estás saliendo con Dean, tu y yo, podríamos salir— sugerí con mi mejor sonrisa, la que siempre funcionada para convencer, pero en ella parecía no tener efecto alguno.
—No, gracias— ella quito su brazo —Búscate a otra, seguro eres bueno en eso— se dio la vuelta y se fue. Así. Dejándome solo y totalmente fascinado.
No pude evitar reírme solo, en realidad no era un tipo del cual se reía por cualquier cosa, pero esto salía de mi alcance. Nunca nadie, ninguna chica me había rechazado ni tratado de esa forma, y en cierta forma, la manera en la que ella lo hacía, me tenía fascinado, en verdad lo hacía.
Sentí como una mano toco mi hombro. Me di la vuelta y era mi amigo Kent —Hola Demian, hace tiempo que no nos vemos— saludo y yo sonreí.
—Kent, necesito pedirte un favor— dije mientras miraba a Debby salir del bar. Él asintió — ¿Ves a esa chica?— apunte hacia donde estaba ella. Estaba saliendo del bar.
— ¿La chica de pelo castaño que acaba de salir?— pregunto y asentí.
—Ella. Quiero que investigues todo acerca de ella. Todo— le dije y él me miro sorprendido. Kent era un hacker excelente, y algo así como mi investigador personal en ciertos casos. Él podía investigar toda la vida de una persona en unos cuantos minutos.
—Wow amigo ¿todo? Esta vez te pego fuerte, ¿eh?— me molestó.
— ¿Lo harás?— pregunté.
—Sabes que si— él respondió. Yo no tenía nada claro con respecto a esta chica. Nada, al parecer sus reacciones me parecían impredecibles y era obvio que su rebeldía era incorregible —Creo... que me parece familiar. Su nombre es Debby ¿no?— preguntó y asentí
¿Por qué todo el mundo la conoce menos yo?
—Vaya tipo de chicas en las que te gusta fijarte. No sabía que las problemáticas ahora eran lo tuyo.
—Solo investiga y calla— lo rete. Él me dio unas palmadas en la espalda y nos dirigimos hacia donde se encontraban los demás.
Sólo tengo una cosa clara. La deseo, sí, la quiero y sólo para probar que nadie puede resistirse a mí. Te has metido en una Zona Peligrosa Debby.