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3175 Palabras
Sky ¿Qué le pasa a Henry? Enserio, no lo entiendo. De aquí a aquí está bien y luego se pone borde. Es un bipolar. Además, yo no estaba todos los días diciendo que "Ashton era guapísimo" ni nada por el estilo. Solo lo dije una vez y ya me lo echa en cara. Tampoco me podía creer que me hubiera llamado para pedirme si podía hacer el trabajo de tecnología conmigo. Quiero decir: hay muchas más chicas. ¿Por qué yo? Además, casi nunca hablábamos. Solo me decía buenos días y me pedía bolígrafos cuando no tenía. ¿Y si quiere ir conmigo solo porque sabe que me curro los trabajos y quiere que lo haga yo todo? ¿O tal vez porque conozco a Two Times? «No creo», pensé. — Sky — me llamó Nick pasándome la mano por la cara para que reaccionara — Caray, estabas perpleja mirando a la pared. — Perdona — me disculpé y se sentó en la butaca dispuesto a que lo peinara — ¿El pelo de siempre? — le cuestioné. — Sí, por favor — me sonrió a través del espejo y le regalé yo también una sonrisa falsa — Te veo sin ganas, apagada, ¿Qué te pasa? — Henry, eso pasa — le dije mientras lo rociaba con la laca y lo iba peinando. — ¿Qué ha hecho Henry ahora? — Que Ashton, un chico del colegio que está muy bueno, me ha llamado — empecé — Y cuando he colgado... Henry se ha puesto bastante seco conmigo y se ha ido de golpe — expliqué. Suspiré y miré a Nick preocupada. — No te preocupes, serán celos — dijo él como si nada. «¿Qué? ¿Celos?» reflexioné. ¿Y si realmente está celoso y por eso se comportaba así? Una chispa de esperanza me vino al cuerpo. — ¡Ha! Ojalá — dije después de tanto pensar. — ¿Ojalá? — cuestiono Nick mirándome directamente curioso desde el espejo, con una sonrisa de lado. «Mierda, muy bien, Sky. Ahora Nick sabrá que te gusta Henry » — Q-quiero decir... — formulé de nuevo nerviosa — Que n-no sé porque se puso así... — A ver, Sky — habló sincero — Es más que obvio que no le cae bien Ashton. — Puede ser, es un poco chulo — respondí y reímos. — Pues si es un chulo a mí tampoco me caería bien — dijo él y volví a reír. — A veces ni a mí me cae bien — añado. No nos parábamos de reír. — ¿Por qué tantas risas? — cuestionó Lewis viniendo dónde nosotros. — Nos estamos riendo de tí — le dice Nick como si nada. Lewis se extraña. — Iros a la mierda, los dos — berrea entre risas y se vuelve a ir. ••• Que día más agotador. No he parado de hacer cosas en todo el día. Acepté venir aquí ya que realmente me lo paso bien y es mucho mejor que estar en el instituto, sin duda, pero acabo reventada. Cuando finalmente los chicos terminaron de hacerse las fotos para el nuevo álbum, Paul nos trajo a todos a casa con furgoneta. Me sorprendí al saber la hora en la que volvíamos. Eran solo las séis menos cuarto de la tarde. Me esperaba llegar más tarde. De vuelta a casa y con la música a todo volumen, me llegó un mensaje de Stacy. "Nena, te traigo los libros de los deberes que hay, que han puesto un examen para pasado mañana de mates, quiero morirme" Sonreí al ver que se había acordado de mí y le respondí.  "Vale, estamos volviendo con el coche a punto de llegar. Cuando llegues si no estoy espérate fuera de mi casa" Me sabía mal decirle eso, pero no podía dejar entrar en casa a nadie, y menos a fans, y mi amiga era muy fan. Me daba bastante rabia, pero no podía hacer nada. El resto de trayecto que quedaba me dediqué a hablar con Zack, ya que Henry – que es el que estaba en mi otro lado – se había quedado dormido y además estaba enfadado. Yo también estaba cayendo en un sueño profundo cuando de repente me pareció ver algo colgando del techo de la furgoneta. «¿Qué cojones es eso?», pensé. Lo miré más de cerca. Mierda. — ¡Aaah, una araña! — exclamé cuando me percaté de que se trataba de una araña, y los chicos que estaban sentados delante mío se voltearon. — ¿Una araña? ¿Dónde? — formuló Nick nervioso mirando a todos lados. — ¡Aquí, delante mío! — chillé. Paul se estaba estresando. — ¿Queréis calmaros, chicos? No puedo conducir con tanto alboroto por una araña — informó Paul concentrado en la carretera. — ¡Zack, mátala! — le bramé a Zack ya que estaba a mi lado. La araña estaba muy cerca mía, demasiado. — ¡Sí, y una mierda! — exclamó él también apartándose. Todos les tenemos fobia a las arañas menos Landon. Me dan mucho pánico los bichos, y más las arañas. Debido a mis golpes y los gritos de todos, en especial los míos y los de Zack, Henry se despertó. Lo primero que hizo fue fruncir el ceño. — ¿Qué coño pasa...? — preguntó tallándose los ojos con su voz ronca — ¿Por qué tantos gritos? — preguntó y me miró a mí. «Que guapo es después de una siesta, joder» — ¡Hostia, pero si es enorme! — bramó Nick cuando la araña, colgando de su tela de araña, se empezó a balancear por causa se las curvas del coche. — ¿Una araña? — preguntó ahora asustado Henry — Paul, para la furgoneta, que me bajo — amenazó asustado. — Henry, no voy a parar la furgoneta — respondió Paul — Matarla y ya está. — ¡j***r, es muy grande! — dijo Zack abrazándose a mí. Estábamos Zack y yo apretados a un lado del coche. — ¿Quiere alguien coger un zapato o un trozo de papel y matarla? — cuestionó de lo más tranquilo Landon, pero como él estaba sentado delante en el asiento del copiloto, no podía matarla. — ¡Que está bajando! — indiqué chillando y me aparté, aplastando más a Zack. — Sky, bonita, que me estás estrujando — me dijo Zack, nervioso. Hice caso omiso de sus palabras. — ¡Me va a picar, me va a picar! — exclamó Henry y se vino a aplastarse con nosotros dos. — Chicos — empezó Lewis — Ya la mato yo, porque veo que sois unos cagados todos — Lewis cogió un trozo de papel, dispuesto a matar a la araña con eso — Mirad y aprended — expreso y a continuación se acercó a la araña, para después con el trozo de papel chafarla — Mierda... — susurró y se puso a mirar debajo de sus pies. — ¿Cómo que mierda? ¿Qué ha pasado, Lewis? — le pregunté muy nerviosa. Que mate ya a la dichosa araña. — No está en el papel, se debe haber caído antes de que la cogiera — anuncia. — ¿¡Qué?! — chillé esta vez. — Sky, no es por asustarte, pero tienes la araña en el hombro — habló como si nada Landon, señalando mi hombro. — ¿¡Qué?! — grité a todo pulmón. Empecé a moverme por todos los lados del coche, con la finalidad de que la estúpida araña se saliera de mi puñetero hombro — ¡LEWIS, IMBÉCIL! ¡¿PORQUÉ NO LA HAS MATADO?! ¡QUITÁRMELA, QUITÁRMELA! — grité como una loca ahora revolviendo mis cabellos y Henry y Zack se ayudaban mutuamente para quitármela del hombro. — ¡Ya está! ¡Ya está! — me avisó rápido Henry y lentamente volví a la normalidad — Ya se ha ido por la ventanilla, tranquila. Lo he visto. Suspiré y me senté bien. — Lewis, me las pagas — le avisé y lo fulminé con la mirada, aunque no me estuviera viendo. — Vaya espectáculo os habéis montado por una arañita, seguro que las fans pagarían por ver esto — habló Paul desde el volante riendo. — Chicos, hay una amiga mía esperándome en la entrada de casa — informé — Y es muy fan vuestra. Muchísimo. — Uy, pues entramos por detrás, ningún problema — habló Landon. Al fin llegamos a nuestra casa, y Paul la rodeó para poder dejarnos en la parte trasera. Una vez nos dejó, bajamos. — Ahora vengo — les informé y ellos entraron a casa. Volví a rodear nuestra casa, esta vez andando, hasta que divisé a mi amiga de pie esperándome. — ¡Stacy! — la llamé y volteó a verme. — ¡Sky! — respondió alegre — Me encanta tu casa, enserio. Qué pena que no pueda entrar — formuló. — Bueno, ni tú ni nadie, son normas — expliqué, aunque tampoco quería quedar mal con ella. — No sabes la suerte que tienes — anunció — ¿Y está Henry? «Pues claro que está, pero no te lo diré porque Henry es mío», pensé. — Uhm... — dudé un poco en si decírselo o no — Sí, claro que está. Están a dentro todos, pero han tenido un día larguísimo y están muy cansados. Miré a mi amiga, y está ahora tenía los ojos abiertos como platos. ¿Qué le pasa? Estaba mirando detrás de mí. ¿Qué hay detrás de mí? — Tía... — me susurró muy nerviosa y me empezó a dar toquecitos en el brazo. — ¿Qué pasa? — ahora miré en la misma dirección que ella. — E-es Henry... — avisó tartamudeando. Ah sí, ahí está — ¡Tía, que es Henry! — acaba de vocear. — Sí, ya lo sé Stacy. — la calmé riéndome — Aunque no tengo ni idea de qué está haciendo — hablé confusa. ¿Qué coño estaba haciendo? ¿Regar las plantas? Él estaba de espaldas así que ni se inmutó de que lo veíamos — ¿Te lo presento? — le pregunté. No me hacía mucha gracia presentárselo, ya que su favorito era Henry, y tenía un poco de miedo por lo que pudiera pasar, pero tampoco quería quedar mal. La que vivía con ellos era yo. — No — respondió rápida mi amiga — Bueno, sí — cambió de opinión — No, no, mejor no — estaba temblando. Se nota que es muy fan. — A ver, ¿Sí o no? Porque al final Henry se va a ir — finalicé graciosa y Stacy recapacitó un poco después de mis palabras. — Sí, pero estoy muy nerviosa — me dijo, cogiéndome del brazo — ¿Qué digo? — Sé tú misma, no tienes por qué estar nerviosa — la tranquilicé — Es un chico normal y corriente. — Pero tía, que es Henry Scott — explicó alucinada, mirándole aún. — Ya lo sé, ya — dije — ¡Henry, ven! — lo llamé y este se volteó. — ¿Qué quieres? — me chilló él de vuelta desde dónde estaba. — ¡Que vengas, j***r! — acabé finalmente y este se dirigió a nosotras. — Tía, tía, tía... el pulso. Tía, el pulso — balbuceaba nerviosa Stacy — Me va a dar algo, estoy viendo a Henry Scott venir hacia aquí. Reí ante la situación. Hasta que Henry no vino a dónde nosotras, no me di cuenta que llevaba una regadera en la mano. Sí que estaba regando las plantas. — Henry, esta es mi amiga Stacy — le hablé a Henry, y él la miró sonriéndole como hace siempre con los fans — Ella es una gran fan vuestra. — Ho-hola — le tartamudeó ella, flipando y mirándolo embobada. Henry se río. — Hola Stacy, ¿Qué tal? — expresó él — Te veo un poco nerviosa ¿puede ser? — Sí, estoy bastante nerviosa — respondió ella — ¿Te puedo abrazar? «Venga, qué directa la tía». — Sí, claro — respondió Henry y ella se le echó encima a abrazarlo. No me gustó ver esa escena, y menos con mi amiga, pero eso era lo que hacía siempre con más fans que lo paraban por la calle. Al cabo de unos segundos se separaron y todo volvió a ser normal. — ¿Estabas regando? — le pregunté yo ahora a Henry, para cambiar un poco el tema y hacer esto menos incómodo. — Sí, me he dado cuenta que tenemos los girasoles secos — explica Henry y hace una mueca. Stacy se ríe. — Yo también tengo girasoles en casa — añade Stacy. — ¿Vamos a estar hablando de girasoles? — me quejo ahora yo. — ¿Y cuál es tu canción favorita por el momento? — expresó Henry, curioso. — Pues no sé, supongo que Alive — responde roja cómo un tomáte. — Todo el mundo siempre dice la misma — formuló y nos reímos. — Es que es muy bonita — se defiende Henry — Bueno, yo me tengo que ir adentro ya — concluye Henry — Stacy, ha sido un placer. — Igualmente — le dice ella con una gran sonrisa — Nunca olvidaré este día. Henry sonríe finalmente para después darse la vuelta e irse. Lentamente vemos cómo se va alejando con la regadera en la mano. — ¿Ves cómo es un chico normal? — le hablé a mi amiga una vez que Henry se fue, para que viera que todos esos nervios que tenía eran una tontería. — Sí — solo pudo decir eso — Bueno Sky, muchas gracias ¡Enserio! ¡He conocido a Henry Scott! — exclama sin creérselo. — Ya puedes morirte en paz — añado y reímos. — Tengo que irme a casa, mi madre me estará esperando para cenar — avisa mi amiga — Nos vemos el lunes en el instituto ¿no? — Ahí nos vemos — hablo. Nos despedimos como se debe y después me vuelvo para casa. Cuando entro, todo está en calma. Extraño e inusual, pero no me desagrada. Que paz. — Sky — oigo detrás mío. Me giro para encontrarme con un Zack con el torso desnudo, mojado y goteando, y con el bañador — Estamos en la piscina — me avisa. — ¿Ahora os estáis bañando? — cuestiono sorprendida. — ¿Por qué no? — me dice y se vuelve para fuera con todos. Niego con la cabeza y me subo para mi cuarto con la intención de echarme una corta pero buena siesta. No me apetece para nada darme un baño con ellos. Me encierro y me descalzo. Me duelen hasta los pies. Ha sido un día agotador. Me viene a la cabeza el momento en que Ashton me llamó y Henry, sin motivo alguno, se enfadó y me habló mal. Que me hable mal cualquiera de los chicos me daba igual, pero Henry, no. Nunca en la vida me ha hablado mal. Quiero pensar que reaccionó así por celos, pero no canto victoria. Me dejo caer en la cama cuando llaman a la puerta. — ¿Sky? — es Nick. Entra sin que le diga nada. — Sí, pasa — bromeo y reímos. — Lo siento — se disculpa tiernamente — No creo que haga falta llamar en esta situación — añade. — ¿Qué pasa? — cuestiono. — Te he notado un poco apagada esta tarde — empieza hablando delicadamente — Os he visto discutir a Henry y a ti. Me muero de vergüenza al oír las palabras de Nick. No me gusta pelearme y menos con gente delante. Si ojalá se lo pudiera contar a alguien lo que me sucede realmente. Nadie sabe lo que es estar enamorada de una persona y no poder decírselo, y más viviendo con ella. Tener que estar aguantando sus bromas todo el día, tener que verle su cara a cualquier momento y dónde sea, y poder compartir con él miles de recuerdos. Todo eso es genial, pero también tiene sus contras. Al ser una celebridad todo es más complicado. No quiero quedar mal con Nick, lo quiero mucho, pero es que no puedo retenerlo más, tengo que decírselo o exploto, además, él lo sabe todo de mí. Henry y él son los dos con los que más me confieso. — Ya — empiezo. Me pongo triste al instante de recordarlo todo — Él nunca me habla mal ¿sabes? — cuento mirando hacia abajo. — Sí — responde y me mira concentrado. — Es que es muy complicado, Nick — me quejo y hago una mueca — Ojalá fuera más fácil. — ¿Más fácil? ¿El qué? ¿Decirme que estás enamorada de Henry? — pregunta sin cortarse, a pleno pulmón. — ¿Cómo? — salto anonadada. «A ver cómo coño lo sabe Nick ahora», pienso y maldigo. — N-no estoy enamorada de- — ¿De Henry? Sí, sí que lo estás — acaba la frase por mí. Después se ríe. — ¿Tanto se nota? — me rindo por fin y suelto todo el aire contenido por el agobio. — Pues sí, un poco — responde — También yo soy un experto en estas cosas, no me preguntes porqué. Reímos. — Así que te gusta Henry... — repite. — Quieres parar de repetirlo, creo que ya se han enterado todos — me quejo y me levanto a cerrar bien la puerta. — Que va, están en la piscina todos — cuenta — Entonces, sigue contando. Es verdad, me había quedado a medias. — Pues que... — me daba vergüenza decirlo y que Nick me oyera, pero qué más da, si él ya lo sabía — Que me gusta Henry, me encanta Henry. — Estás enamorada de Henry — añade Nick sonriendo. — Sí, estoy enamorada de Henry — hablo clara, aunque vergonzosa — Pero... me resulta muy difícil tener que verlo cada día sabiendo que nada pasará. — Eso tú no lo sabes — responde y me agarra la mano — Las cosas cambian, Sky. La vida da muchísimas vueltas. — Sí, lo sé — me pongo triste de nuevo y no puedo evitar soltar una lágrima en contra de mi voluntad. ¿Por qué me tendría que enamorar de un cantante tan famoso? Con la de chicos que hay. — Eh, eh, Sky, no llores... — me susurró Nick y me abrazó suavemente — Henry te quiere y lo sabes. — Sí, como amiga — repliqué aun sollozando — Y lo que me ha hecho hoy me ha molestado. — No malgastes tus lágrimas por eso. Ya verás como mañana todo habrá quedado en una simple tontería — responde y me sonríe, tranquilizándome. — Está bien, Nick — le sonrío de vuelta — Gracias. — De nada hermosa, me voy a bajo que tengo a Lewis cocinando y no quiero que queme la cocina — bromea y se va deprisa. Genial. 
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