Henry
Odio que me diga ricitos o Harold, enserio, es frustrante, pero cuando se queda dormida encima mío, me puede demasiado. Enserio, me encanta.
En el coche, estuve todo el trayecto mirando por la ventana. Pasamos por delante de su instituto, y pude reconocer, si mal no vi, al chico que le gusta. Estaba corriendo porqué llegaba tarde.
«Vaya idiota», pensé.
Soy celoso, pero este chico no me preocupaba, para nada.
Estuvimos una media hora en el coche y a curva bache que hacíamos, la cabeza de Sky se le caía y tuve que ponérsela bien todo el tiempo.
— Henry, ¿Todo bien ahí detrás? — cuestionó Jeff mirando por el espejo retrovisor mientras conducía.
— Sí, bueno, Sky está dormida pero sí — dije mirándola embobado.
Solo Nick sabía que sentía algo por Sky. Pero nada de enamoramiento, solo atracción – pensaba él – pero yo estaba más que atraído por ella.
Me di cuenta que Sky llevaba los auriculares puestos, la música se oía un poco, así que como ya estaba dormida se los saqué lentamente y le paré la música.
— Oye Henry, ¿A que no sabes a quién me encontré ayer en el estudio? — me cuestionó Zack.
— A mi madre — bromeé.
— No, a Lucy— dijo esperando mi reacción e hice una mueca. Lucy era una ex mía de hacia bastante tiempo.
— Mmm, guay — respondo indiferente y me callo. No tenía nada más que decir.
— Iba con un vestido que se le veía todo — explicó como si nos interesara, al menos a mí no.
— Lucy es agua pasada, Zack — cuento indiferente. Realmente me da igual — Me da igual lo que haga con su vida — acabé gentilmente rezando porque Sky no estuviera escuchando esto, aunque ella estaba dormida, o eso creía.
No quería que me escuchara hablar de alguna ex mía, y sé que Kendall no le cae nada bien.
— Chicos, ya hemos llegado — nos avisó Mark. Porfin.
— Sky, despierta... — le susurré a Sky mientras le daba una suave caricia en el hombro.
— Déjame a mí — se interpuso Zack y se preparó para chillar.
— Como le chilles te juro que te comes una hostia de su parte, Zack, te va a matar — le avisé con humor. Tampoco quería que la despertara así de brusco.
Él solo rió.
— Vale, vale — se rindió Zack.
— Sky, despierta... — le volví a susurrar y esta vez sí que abrió los ojos.
— Estoy despierta, estoy despierta — balbuceo ella poniéndose firme de golpe. Qué susto.
— Vamos bella durmiente, hemos llegado — le informé y le sonreí.
Los demás ya habían bajado.
— Sí, sí, vamos — dijo y bajamos del coche.
Dentro del estudio, estaba la madre de Sky, Lou. Nos saludamos, aunque ya la vimos ayer.
Simon nos hizo sentarnos en un sofá mientras entraban por la puerta dos personas de unos veinti pico años. Un hombre y una mujer. El hombre lucía delgado, moreno y alto. Iba en traje y llevaba un maletín. Parecía mover dinero.
La mujer, tenía cuerpo de modelo, pelo liso rubio, escote, curvas perfectas, labios grandes y ojos verdes.
Era perfecta. Demasiado para mi gusto. Pero para mí solo existía una persona perfecta.
Sky entró en la sala y divisó a la mujer rubia tendida de pie, con una sonrisa, a lo que Sky puso cara de asco sin pensárselo. Me encantaban sus expresiones. Parecía una niña pequeña. No sabe disimular.
— Chicos, ellos son los productores del vídeo que haremos entre hoy y mañana para la canción de Best Song Ever ¿sí? — habló Simon — Ellos os dirán de que tratará el video, lo que tenéis que llevar, hacer.... ¿entendido? También habéis de aportar ideas.
— Sí — dijimos todos al unísono.
— Bien, ellos son Dan y Denise — los presentó — Os los dejo a vosotros, chicas vámonos — les dijo Simon a Lou y a Sky, ya que eran las dos únicas chicas viendo la escena.
Antes de irse, Sky me miró y yo la miré a ella y le sonreí.
La puerta se cerró, a saber dónde se iban, y nos quedamos con los dos productores. Nos empezaron a contar que para este video buscaban algo que hiciera "reír". Querían que nos disfrazáramos.
— Eso sí, alguien tendrá que hacer de mujer — dijo Dan.
— Henry — dijeron todos rápidos, especialmente Zack.
«Qué cabrones»
— Y una mierda, tu madre sí que se disfrazará de mujer — me quejé hacia Zack — Yo soy Marcel y no me lo cambiéis. Que lo sea Zack, que tiene cara de marica — dije en su contra.
— ¿Qué dices, c*****o? — dijo este cabreado y se levantó de su sitio.
— j***r Zack, que es broma, pero yo ya te digo que no — le expliqué.
— Bueno, da igual quién, pero alguien tiene que serlo.
Después de tanto hablar y discutir, nos pusimos de acuerdo, y como predije, a Zack le tocó hacer de mujer.
Los productores nos dieron el guion, ya que en este video querían que hubiera un poco de conversación al principio, así que nos lo pasaron por email y nos lo miramos. En cuanto me lo leí un poco por encima, parecía divertido.
— Ahora pasaremos a las fotos — anunció Dan, levantándose de su silla.
Hoy tocaba hacer fotos, así que cuando los productores se fueron, nos metimos en una habitación en la que Lou nos maquillara y Sky peinaría.
La habitación en la que me encontraba era realmente guay. Era muy grande y encima tenía bufete lleno de comida, televisión y sofás. j***r, esta habitación era vida.
Zack y Lewis encontraron un piano para niños y con la broma lo cogieron hasta que acabaron tocando como era de esperarse.
— Henry, te toca — me avisó Sky con su tierna voz cuando acabó de peinar a Landon.
«Aparta Landon, ahora me toca a mí», pensé.
Me senté en una silla de cuero delante de un espejo con luces y Sky me miró a través de él.
— Henry, a ver ¿Cómo quieres el pelo? — me preguntó tiernamente.
— Como siempre — respondí sonriéndole — Alborotado hacia arriba, y que no se me caiga, que resulta muy molesto.
Rió.
— Perfecto — cogió la laca de encima del tocador y me la empezó a echar por todo el pelo mientras que con otro cepillo me peinaba el pelo hacia arriba. Justo en ese momento, su móvil empezó a sonar.
Ella lo sacó de su bolsillo y miró la pantalla. Tenía una reacción de asombro. Abrió mucho los ojos y me miró a través del espejo, con cara confundida pero contenta a la vez.
— ¿Qué coño...? — susurró para ella misma volviendo a mirar la pantalla — ¡Es Ashton! — vociferó feliz.
¿Qué coño hace el tonto este llamándola? Ya sé que no soy celoso y este tío no me preocupa en lo más mínimo, pero me resulta molesto que le esté haciendo llamaditas.
— ¿Y quién es Ashton? — pregunto haciendo ver qué no sé quién es ese tío.
— Un tío que está muy bueno del instituto — explica hablando muy rápido.
«Se ven cada día en el instituto, seguro que hay química entre ellos», pienso sin quererlo.
— Madre mía...— susurró ella con su mano en la frente. Dejó el peine en el tocador, se estaba poniendo nerviosa — ¿Qué querrá? — cuestionó aún con su móvil sonando y me miró.
— ¿Me lo estás preguntando a mí? — respondí sin saber. Ella asintió — Pues supongo que querrá hablar contigo, no sé — es lo único que pude responder.
— Atención que descuelgo — me avisó ansiosa— ¿Sí? — pausa — Hola Ashton, que raro que me llames — pausa durante unos largos segundos y después me mira abriendo los ojos — Ah bueno, como quieras, a mí me da igual — hablaba Sky. Todo eso lo decía con una enorme sonrisa — Vale, adiós — colgó y sonriendo como una boba me miró.
— ¿Qué dice? — pregunté impaciente.
— Que raro — empieza Sky y me mira extrañada — Me ha pedido que haga el trabajo de tecnología con él — berreó — Estoy es muy fuerte.
— Sí, mucho, mira como tiemblo de lo fuerte que es — respondo con ironía y ella rueda lo ojos.
— Ay, Henry ¿Qué te pasa? — cuestiona.
— Nada, no me pasa nada — respondí cortante.
«Para no ser celoso, estás bastante molesto», piensa mi cabeza.
— Estoy un poco en shock ahora mismo — empieza a hablar Sky y vuelve a coger todos los utensilios que estaba usando para hacer mi pelo anteriormente. Por fin empieza — He hablado con él muy pocas veces, que raro que me haya llamado para esto.
— Sí, muy raro — solo digo eso y me callo. No quiero hablar más.
— Henry, ¿Pero ahora que te pasa? No hace ni dos minutos que estabas riendo y ahora mírate — se quejó poniendo las manos en sus preciosas caderas.
— Agh, Sky — resoplo y ruedo los ojos — No me pasa nada, pesada — declaré cansado — Y ahora acábame el pelo o lo hago yo mismo.
— Pues ya lo puedes hacer tú mismo, porque no te lo pienso hacer — bramó enfadada. Soltó bruscamente lo que tenía en sus manos y se dio la vuelta dispuesta a irse.
— Pues muy bien — logro a decir antes de que se fuera.
No quería discutir, si le llego a contestar de vuelta se habría liado el asunto y abríamos ido a más. No voy a montar una escena aquí.
Más tarde tendría que hablar con ella.