Henry
Amo a esta chica. La amo tanto, pero tanto. Llevo enamorado de ella desde hace tres años, cuando nos conocimos. Aún me acuerdo del primer cruce de miradas que tuvimos, fue intenso. Haría cualquier cosa por ella, cualquier locura, lo que fuera. Me vuelve loco.
Después de dejarla en el instituto me fui a hacer unos recados que debía para Simon – nuestro mánager – y después de eso, volví a casa.
Cuando entré, parecía que no había nadie, no se escuchaba absolutamente nada. Me sorprendí ya que era extraño que en nuestra casa no se oyera ningún ruido. Me dirigí al comedor para asegurarme bien de si estaba solo o era imaginación mía.
— ¿Ya has vuelto? — oí detrás mío de golpe y me giré. Era Lewis.
— j***r, pensaba que estaba solo — le hablo, quitándome la chaqueta — He ido a llevar a Sky al instituto.
— ¿Has visto a esa amiga suya rubia que está tan buena? — cuestiona abriendo los ojos, esperando una respuesta.
— Pues no, la verdad, no me he bajado del coche — le digo. Lewis se acerca y se sienta en el sofá.
— j***r tío, lo que te has perdido — habla con tono basto — No veas que delantera tiene esa chica, macho — me explica cómo loco.
— Vale, vale, ya me imagino — respondo intentando hacer que se calle.
— No, en serio, es descomunal, es cómo-
— Lewis, por favor, que tienes novia — le recuerdo, esperanzado que deje de hablar de este tema.
— A la que quiero más que a nada, pero tengo ojos para mirar, ¿Pasa algo?
— No, no, nada — añado — Aunque yo, si tuviera que elegir unos melones por el resto de mi vida, elegiría los melones de Mia Khalifa — declaro y nos ponemos a reír al unísono.
— j***r, buena elección, estoy de acuerdo contigo — manifiesta mi colega.
— Me voy a la ducha — le aviso y me huelo la axila — Que ya huelo peste — observo cómo él se ríe a la vez que yo hago una mueca de asco.
— Ya ves si hueles peste, me llega hasta aquí y todo — manifiesta burlón — Vete a duchar ya, anda — bromea Lewis.
— Qué te den, cabrón — le respondo riendo y me encamino hacia las escaleras — Por cierto, ¿Y los demás?
— Nick y Landon se han ido al estudio un momento, y Zack en casa de su primo, aquí — explica Lewis — Ahora vendrán.
— De acuerdo — dije finalmente y me fui.
Al subir, me metí en mi habitación. Me desnudé y me duché más rápido de lo que me ducharía un día normal, porque si me retrasaba podíamos llegar tarde. Una vez acabé, me volví a vestir y bajé de nuevo a la planta de abajo.
— Hombre, ya estamos todos — anuncié cuando vi a todos los chicos ahí. Zack y Landon estaban jugando a la consola.
— ¡Serás cabrón! — grita Zack dando un brinco en el sofá — ¡Te voy a reventar, hijo de puta!
— Vas a perder, Malik — declara Landon, muy concentrado en la partida.
— Ahora mismo te tiro una granada y a la puta calle — le avisa Zack, histérico.
— ¿Ahora os ponéis a jugar? Nos tenemos que ir — manifiesta Nick, sentándose al lado de los chicos para mirar la partida.
El personaje de Zack tira una granada hacia el de Landon, pero la granada rebota contra la pared y le vuelve a Zack. Le explota a él.
En ese momento, estallamos todos a carcajadas como locos.
— Eso que acabas de hacer ha sido bestial — balbucea Lewis riéndose.
— Que patético, Zack — se ríe Landon.
— Iros a la mierda, no sabía que ahí había una pared — se defiende Zack.
— Estaba más que claro que ahí iba a haber una pared, Zack — le dice Lewis, cogiendo aire después de tanto reír.
Los dos personajes se siguen disparando entre ellos.
— ¡No, no, no! — exclama Landon nervioso cuando alguien le dispara — ¡Que me matan!
— Que te jodan, Payne — le escupe Zack con rencor.
— Me acaba de hablar Jeff — anuncia Lewis hacia todos, leyendo su teléfono — Dice que ya podemos ir para ahí, me ha mandado la dirección.
— Vale, vámonos — añado.
— ¡No, la partida está muy igualada! — exclama Zack, al borde de los nervios.
— ¡Tenemos que acabarla! — añade ahora Landon, concentrado en la pantalla.
— Yo quiero saber quién gana — expone Nick, mirando la partida — Apuesto por Landon.
— Yo también apuesto por mí — dice Landon tirándose flores.
— ¿Cómo coño vais a acabarla? Llegamos tarde — berrea Lewis — No podemos llegar tarde otra vez, ya visteis el otro día la bronca que nos cayó por llegar media hora tarde.
— Sí, debemos irnos ya — añado firme, aunque sé que van a pasar de mí ya que soy el pequeño.
— ¡Oh! ¡Doble kill! — chilla Landon y pega otro brinco en el sofá.
— ¡Te vas a cagar, imbécil! — le chilla Zack, apretando la mandíbula.
Rodeé los ojos. La verdad es que este juego es muy divertido y me encanta jugarlo, pero ahora mismo teníamos prisa, y no soportaba llegar tarde a los sitios.
— ¿Cuánto os falta? — cuestiona Lewis.
— Nada, ya estamos — responde Landon moviendo mucho los dedos por el mando — Ahora mismo mato al n***o de Zack y ya nos podemos ir.
— Mátalo ya, Landon — formula Nick, cansado.
— ¡Que no me va a matar! — exclama Zack — Le mataré yo.
Insultos y más insultos después, Landon dispara a Zack varias veces y este muere.
— ¡No! ¡Gilipollas! — exclama Zack hacia él, furioso al ver que ha muerto — ¡j***r!
— Y Landon Payne vuelve a ganar — dice Landon orgulloso.
— Púdrete — berrea Zack levantándose del sofá.
— Yo también te quiero — le responde Landon, sonriéndole coqueto.
Una vez salimos de casa, nos dirigimos al garaje a coger el coche.
— ¿Qué coche cogemos? — cuestiono, mirando a los cuatro preciosos coches que teníamos aparcados en frente de nuestras caras.
— Yo optaría por el mío — empieza Nick — Pero está en el taller, así que opto por Henry.
— Sí, yo igual — le apoya Landon.
— Pues en el mío — digo finalmente.
Nos subimos a mi coche y el trayecto hasta ahí se me hizo corto, claro que también iba conduciendo rápido para no llegar tarde.
Una vez llegamos a dónde nos lleva la dirección, aparco por suerte en la única plaza libre de parking que hay, en la cual da un sol tremendo, pero decido no darle importancia.
Reviso bien la zona por si hay mucha gente, o fans que nos puedan ver.
— ¿Estarán cabreados? — el nerviosismo de Lewis deja claro que no está tranquilo.
— Esperemos que no — le calmo y bajamos todos del coche.
— ¡Chicos! — oímos la voz de Lou, nuestra estilista y madre de Sky — ¿Dónde os habíais metido? Llegáis diez minutos tarde — parece enfadada.
— Perdona Lou, nos ha surgido un... problema en casa — miente Lewis. Estaba claro que no le diría que llegábamos tarde por estar jugando a la consola.
— ¿Todo bien? ¿Ha pasado algo? — se empieza a preocupar ella.
— Sí, sí. Todo bien — formula Landon — Hemos tenido un pequeño contratiempo Zack y yo, somos muy competitivos.
— Ah, entiendo — responde ella y luego me mira — Henry, podemos hablar un momento — asiento. Se pone a andar y la sigo.
— Dime — hablo.
— ¿Has avisado a Sky que esta noche puede que lleguéis tarde? — cuestiona como buena madre, preocupada.
— Sí, ya le he dicho que se pida una pizza o algo así — explico — No te preocupes, está bien.
Suspira desesperada.
— Sí... — se toca la sien — La echo de menos, hace una semana que no la veo. Es mi niña.
Sonrío.
— Ya lo sé, Lou — añado, empatizando con ella. Apoyo mi mano en su hombro en señal de que estoy con ella — No estés preocupada, ella está perfecta.
— Está bien — acaba — Chicos, seguidme. Nos queremos que esto se llene de fans.
Lou se puso a andar y todos nosotros la seguimos. Llegué tan alterado debido a lo que había sucedido en casa que ni me fijé al bajar del coche en el edificio que teníamos justo en frente. Parecía un hotel, pero no lo era.
Entramos por la gran puerta de la entrada, y me sorprendió la grandiosa lámpara sujeta al techo, echa de tonos amarillos y naranjas, a juego con las cortinas y los colores de los muebles. Se notaba que este edificio tenía clase.
Cruzamos toda la sala principal, con seguridad rodeándonos, por supuesto, hasta llegar a un ascensor el cual estaba apartado.
— Por aquí — nos guía Lou y entramos al ascensor. Parecía antiguo, incluso las puertas las teníamos que abrir y cerras nosotros. Me extrañaba ya que a los sitios a los que íbamos a hacer entrevistas solían tener un aire más moderno, y esto era muy antiguo.
— Cuarto piso — informó Lou y Zack picó al botón.
— Pero cierra las puertas primero, coño. Que no son automáticas — le riñe Lewis y todos reímos.
Zack rueda los ojos, cierra las puertas de difícil manera y después pica al cuarto botón. El ascensor se empieza a mover.
— Ya sabéis de lo que no podéis hablar — nos avisa Lou.
— Sí — respondemos todos.
El ascensor para y yo mismo abro las puertas. Salimos y Lou nos dirige a una sala enorme, en la cual había cuatro mujeres, y mucha ropa colgada de perchas. También pude distinguir nuestros nombres en distintos papeles, pegados en la pared, situados en distintas partes de la habitación.
— Aquí es dónde os cambiaréis — habla Lou entrando en la habitación — Buscar vuestro nombre y de ahí elegís la ropa que queráis poneros, luego venís y os arreglo.
— Sí señora — respondo y sonríe.
Y así lo hacemos. Cada uno busca su respectivo nombre en los papeles de la pared. El mío está en el fondo de la habitación, as que tengo que cruzarla toda para llegar.
Diviso un perchero lleno de ropa la cual me podía poner. Empecé a mirarla: traje n***o, camiseta blanca con un dibujo, otro traje gris... la verdad es que todas las prendas me gustabas, pero al final me decidí por una camiseta de botones azul clara.
— j***r tío, que chula la camiseta — exclama Lewis, atándose sus zapatos.
— Mola, eh — chuleo y me ato los botones.
— ¡Two Times, cinco minutos y salís! — grita un hombre gordo, entrando en la habitación. Se veía sudado — ¡Tienen que darse prisa!
— Ya lo habéis oído — añade Lou nerviosa — Teníais que llegar tarde, joder... — se queja mientras le pone unos polvos a Nick en las mejillas.
— Venga, venga, venga — nos mete prisa Mark.
— j***r, yo con prisa no puedo trabajar — se queja Landon.
Después de gritos, nos indicaron que ya era hora de salir y salimos un poco revueltos. La entrevista era parecida a una rueda de prensa.
Estábamos sentados en fila uno al lado de otro, mirando hacia todos los periodistas, los cuales nos intimidaban enfocándonos con sus cámaras.
De repente, todos los periodistas levantaron la mano, en señal de que nosotros debíamos elegir uno para que nos formulara su pregunta.
— Usted — señala Nick a un hombre a lo lejos.
— ¿Cuándo sacaréis nuevo álbum? — pregunta el hombre, calvo y con gafas.
— No lo podemos decir, lo siento — finaliza Nick. Su voz rebota en todos los altavoces de la sala.
— Usted — digo yo a una señora.
— ¿Os sentís con fuerzas para hacer otra gira? — cuestiona la mujer, delgada y vestida muy elegante. Era del canal cinco por lo que podía ver en el micrófono.
— Sí, claro — respondí yo, animado — Hacer giras es lo que más nos gusta, sin duda. Haremos muchas giras más — respondo.
— Vuestra canción, Best Song Ever, es una de las más famosas del momento, ¿Qué podéis decir? — pregunta otro hombre sin levantar la mano.
«Señor, o levanta la mano o sus preguntas no se las vamos a responder», pienso
— Por favor, señor, la mano — le indica un segurata al hombre.
— Tranquilo — responde Landon — Estamos muy orgullosos de haber logrado todo esto — empieza Landon — Estamos muy agradecidos a los fans sobre todo ya que, si la canción es número uno en muchos países, es gracias a que ellos corren la voz y hacen que la gente la escuche.
— Sí, esta banda si no tuviera fans no triunfaría — se mete Lewis.
— Siguiente — ordena un segurata, indicando que le demos pie a otra persona.
— Tú — hablo y señalo a un hombre.
— Henry, últimamente se te ha visto con una chica bastantes veces, ¿Qué puedes decirnos sobre eso? ¿Es tu novia? — pregunta, curioso por lo que veo.
Me quedo un poco parado ante su pregunta, y los chicos nos miramos entre nosotros. Ya estoy acostumbrado a este tipo de preguntas, así que no me sorprendo.
— Creo que se refiere a Sky — me susurra Nick, cubriendo su micrófono con la palma de su mano para que no se le oyera por toda la sala.
— Pues — empiezo con calma — No voy a dar explicaciones ya que no me voy a poner a hablar de mi vida privada, pero solo puedo decir que no es mi novia, no malinterpretéis las cosas, por favor — explico.
— Se rumorea que se os vio besándoos, ¿es eso verdad? — cuestiona otra mujer, curiosa también y sin levantar la mano.
«¿Por qué insisten tanto?»
Los chicos se ríen por lo bajo, y me miran, esperando que responda.
— Uhmm... — me quedo pensando. Eso no es verdad. Ojalá fuera verdad — No, no es verdad — respondo y me río.
Definitivamente no he besado a Sky, no sé de dónde han sacado eso.
La entrevista concluye después de varias preguntas más y nos vamos de vuelta a los camerinos. Yo estaba cansado ya, me quería ir a casa y relajarme, pero ahora teníamos que ir a otro sitio más.
— ¿Alguien tiene hora? - cuestiona Nick, mientras nos dirigimos al autobús que nos está esperando a la salida del edificio — No me queda batería en el móvil.
— Las tres y media — le responde Mark, el mánager. Nos abre la puerta del autobús y subimos — Ahora haremos una parada para comer y después seguiremos con las entrevistas ¿de acuerdo chicos?
Todos bufamos ya que nos morimos de hambre y queremos irnos a casa.
— Sí — respondemos.
Para comer, decidimos parar en un McDonald's. Obviamente nosotros no bajamos, bajó Mark con otro ayudante.
Realmente, cuando estás todo el tiempo moviéndote y yendo de un sitio para otro, no te queda más que comer comida rápida. No te da tiempo a irte a un elegante restaurante a comer tranquilamente. Tenemos un horario muy ocupado, aunque parezca que no.
— Dios, ¿Oís mi estómago? — habla Nick, mirándose la barriga preocupado.
— No, creo que el mío suena más fuerte — le responde Landon — No sé por qué, pero me comería cuarenta hamburguesas, sin exagerar.
— j***r, ¿Y unos nuggets no? — cuestiono yo. Ya tengo la boca agua.
— Yo me he pedido unos nuggets — anuncia Zack — No me gustan las hamburguesas de aquí, prefiero Burger King la verdad — explica.
— Zack el señorito — se burla Lewis.
Llega Mark con nuestra comida y nos ponemos a devorarla como si fuésemos animales.
Al acabar de comer me entró un poco de sueño así que me fui a acostar a mi "cama", para descansar un poco los ojos.
— Tenéis media hora de siesta, después seguimos — nos avisa Jeff.
Algunos nos tumbamos para dormir y otros simplemente bajaron del autobús con unas sillas de plástico para tomar un poco el sol. Yo solo recuerdo que cerré los ojos y me quedé dormido.
{...}
Ya había acabo la entrevista de la tarde, así que ahora nos dirigíamos para casa.
Conduzco concentrado entre las calles oscuras, a pesar de que estoy agotado y es tarde.
— Ahora mismo me echo en el sofá y me quedo frito — habla Landon, riendo.
— Pues yo me echaré una partida a la consola — avisa Nick.
— Me la echo contigo — respondo mirando a Nick por el espejo del coche — ¿Estará dormida Sky ya?
— No lo sé, son solo las once y media, puede que esté despierta — habla Lewis mientras revisa su Twitter.
Llegamos a casa y aparco en nuestro garaje. Bajamos todos y nos dirigimos a la puerta principal.
— No veo nada sin las luces de fuera encendidas — expresa Nick patosamente, vigilando a dónde pisaba.
— Ya ves, yo tampoco, tío — añade Zack — Sky se ha olvidado de encenderlas.
Teníamos unas luces en el césped que las encendíamos por la noche, para poder ver mejor si teníamos que salir a fuera.
Metemos la llave en la cerradura y entramos a casa. No se oye absolutamente nada, están todas las luces apagadas.
— Que alguien habrá la luz, por favor — dice Lewis.
Entramos todos de uno en uno, con cuidado de no tirar nada ya que estaba todo a oscuras. Llego al interruptor y lo encendiendo, dando por fin luz a nuestra preciosa casa. Cierro la puerta y me aseguro que está bien cerrada.
— Está la televisión encendida — informa Zack, señalándola.
— Se la habrá dejado encendida Sky — balbucea Nick — Que, por cierto, ¿Dónde está?
— ¡Sky! ¡Ya hemos llegado! — grita Lewis, con la intención que ella lo escuche.
— Imbécil, no grites, que puede que esté dormida — le riño.
Nos dispersamos y cada uno se fue para un lado de la casa. Yo me fui para la cocina ya que como no habíamos cenado quería cocinarme algo rápido.
— Voy a hacerme algo light de cenar, ¿queréis algo? — cuestiono con tono fuerte para que todos me oigan, sea donde sea que estén.
— ¿Qué te vas a hacer? — pregunta Nick, entrando en la cocina sin camiseta.
— No tengo ni idea — respondo y abro la nevera. Observo todos los alimentos — Supongo que me haré una ensalada, después de lo que hemos comido no tengo mucha hambre.
— Sí, yo igual — responde este — Hazme una a mí, ¿no?
Voy a responder cuando una voz femenina se mete en la cocina.
— Hombre, pero si ya habéis vuelto — oigo y me giró para encontrarme a Mia envuelta en una toalla.
¿Se ha duchado ahora?
— ¿Que tal, enana? — le cuestiono, sacando la lechuga de la nevera.
— Bien, me acabo de meter en el jacuzzi un rato — responde, mientras su pelo gotea todo el suelo — Tenía mucho calor.
«A mí sí que me está entrando calor de verla así»
— Bien hecho — responde Nick — Nosotros hemos tenido un día duro.
— Ya me lo imagino. ¿Qué tal mi madre? — expresa Sky y se sienta en la silla de la cocina.
— Bien, preocupada por ti, pero bien — informa Nick, cortando un tomate a trozos.
— Mañana la llamaré — habla ella y se pone a mirar su móvil por un rato.
— ¿Le ponemos atún? — le pregunto a Nick, esperando a que me diga algo para sacar o no el atún.
— Venga, ponle atún — anima Nick y cojo el atún del armario.
— ¿Os vais a hacer una ensalada? — pregunta Sky, mirándonos divertida.
— Pues claro que sí — digo
— Que sanos, yo me he pedido una pizza — responde y sonríe.
— Nosotros ya hemos comido suficiente mierda por hoy — habla Nick — Además yo si como mucha comida basura después cago mal.
Nos echamos a reír Sky y yo.
— Nick, tío, que asco — le dice Sky riéndose — No nos interesa tanta información.
— ¿Qué pasa? ¿Os molesta que diga la palabra "cagar"? Todo el mundo caga — empieza a hablar Nick, ahora cortando una zanahoria — Caga el Rey, caga el Papa, de cagar nadie se escapa, ¿No lo habíais oído?
Nos echamos a reír de nuevo.
— Estás como una cabra, tío — le digo riéndome.
—Qué idiota — ríe Mia — Por cierto, ¿sabéis dónde está Zack? — cuestiona curiosa.
— Ni idea, creo que está en su habitación — manifiesta el rubio.
— De acuerdo, pues voy para allá — habla. Se levanta de la silla y se va de la cocina.
Me pregunto porque buscará a Zack.