FENRIR No he podido esperar más, casi no he podido dormir desando ver a Camila y saber de nuestra hija, sonrío imaginándome como es ella, aún en medio de la incertidumbre no puedo evitar esta alegría al saber que por fin conoceré el rostro del ser que nació de nuestro gran amor. Me imagino una jovencita con ojos tan azules como los de mi hermosa Camila. No voy a permitirle a nadie les haga daño, me encargaré de proteger a ambas porque ellas son las personas para las cuales vivo, aún cuando jamás he visto a mi hija no puedo sentir más que amor por ella. Estaciono mi coche en el subterráneo del edificio donde se encuentran las oficinas de la agencia e intento contenerme para no ir a la oficina de Álvaro para matarlo a golpes. Me adentro a mi oficina para enseguida tomar el teléfono p

