Llevo ya mas de una semana de reposo por el condenado tobillo, no me han dejado hacer nada aquí en casa, me tratan como si fuera una niña, en cierta parte lo agradezco por que me siento muy consentida, pero por otro lado no, por que todavía tengo pendiente mi cita con Dante y por que no puedo salir y hacer cosas divertidas. Con Dante, desde que lo conocí, hablamos a diario por mensaje o videollamada. Nos comunicamos a cualquier hora, como él trabaja por turnos no le escribo en cualquier momento, espero a que él de señales de vida y ahí si conversamos tranquilamente. No quiero ser imprudente y escribir o llamar cuando esté con algún paciente, después daña a alguien por mi culpa...y no señores, no podría vivir con ese remordimiento. Pero debo reconocer que me emociona hablar con él, e

