Capítulo 2

2713 Palabras
Jeremy —Así que, ya tienes una nueva presa. —Me vuelvo hacia Hayden, mi mejor amigo, quien sonríe y se sienta junto a mí en la cafetería. —Eso dicen. —respondo, encogiéndome de hombros. —Por supuesto, tenía que ser la chica nueva. —Alexander viene hacia nosotros, se deja caer con una bandeja llena de papas fritas. —¿Quien más? Ya todos aquí han sido testigos de mi genialidad. —murmuro. Arrojo lo último de la pera que acabo de comerme. Regreso mis ojos a  Natalia, la chica nueva. —Es linda. —dice Chad. Asiento. La chica es preciosa, pero no es eso lo que me llamó la atención de ella. No. Fueron esas respuestas rápidas y llenas de sarcasmo. Los chicos somos así, bromeamos y nos defendemos a la vez, me gustó eso en ella, además me hace reír. Tampoco puedo negar que disfruto el hacer perder la cabeza de los demás y esa nena se ve que cuando se enfurece es fuego. —Avery está... cambiada. —musita Chad. Todos sabemos que él ha estado interesado en la pequeña duende desde octavo grado. Pero nunca ha tenido el valor de aceptarlo y hacer algo al respecto. —Lo está. —dice Alex colocando sus manos en su pecho, bromeando sobre el tamaño de las chicas de Avery. —No seas idiota. —gruñe Chad. Fulmina con la mirada a Alex y decide concentrarse en su hamburguesa. —¿Qué haremos después del entrenamiento? —Le doy una mirada de agradecimiento a Hayden, por cambiar el tema para que Chad no se agarre con Alex. —No lo sé, mamá quiere que le ayude con unas cosas en la iglesia. —ruedo los ojos—. Papá tiene esta loca idea de hacer una obra de teatro sobre una canción o algo así. —¿En serio?, ¿vas a ser el actor principal?—bromea. —No, idiota. Seré el niño que sostiene el sol —Sonrío. Alex resopla una risa, Chad muerde su mejilla para no reír y Hayden solo asiente. Lo logramos. —¿Necesitas que te ayudemos? —Una mano nunca está de más, querido Chad. Mi padre siempre lo ha dicho. —Vale. Te ayudaremos. —Está de acuerdo Alex. Regreso mis ojos a la Princesita de fuego y sonrío. Amaré sacarla de quicio. —Pobre chica. No sabe lo que le espera —murmura Hayden. —Así es. —respondo. Terminamos nuestro almuerzo hablando sobre el entrenamiento y la temporada que se avecina. Cuando la hora termina, regresamos a clase. Esta vez toca historia, con el profesor McGregor. Un dolor en el culo. Tomo mi lugar de siempre, ya que no veo a la princesita de fuego por aquí. Abro mi cuaderno de bocetos y continúo el que empecé ayer, es un bosquejo de un hombre en un acantilado. Prefiero mis dibujos a lápiz, sin nada de color. Estoy concentrado sombreando la figura, cuando un cuerpo pequeño, que huele a fresas, se sienta frente a mí; y no solo eso, con un elegante movimiento de su mano, sacude su cabello haciendo caer gran parte de él en mi cuaderno. La pequeña princesita está retándome. Sonrío. Miro a mis dos amigos, Hayden y Chad, que se encuentran con las cejas levantadas y la boca abierta, observando a Natalia. Tiene carácter, reconozco eso. Aceptando el reto, y además porque su cabello huele realmente increíble y es muy suave, enredo algunos mechones en mis dedos y juego con la textura. Niego con la cabeza y continúo dibujando sin dejar que la sonrisa en mi rostro se borre. —Bien, ya que están todos. Empezaremos la clase. —El profesor MacGregor entrega las hojas con el programa del año escolar—. Este último año, nos enfocaremos en el desarrollo mundial; tanto en el campo de la guerra, como la tecnología y de qué manera la una ha influido en la otra y viceversa. También la participación de la economía, la ciencia, la medicina, la industria y veremos un poco de geografía. —Natalia me entrega con la más falsa y pretenciosa sonrisa, mi paquete de estudio. Le sonrío sin preocupaciones, aunque por dentro me pregunto qué tramará—. Van a organizase en grupos de cuatro o cinco personas, y cada periodo del año lectivo, abordaran una época, un tema y una guerra. Realizaran una investigación profunda, un ensayo expositivo y otro crítico-argumentativo, deberán realizar una presentación ya sea en vídeo o Power Point y exponerlo ante toda la clase. Realizaremos un debate con respecto a lo expuesto por cada grupo. Genial. Simplemente genial. Odio la maldita historia. —Somos tres —dice Hayden a mi derecha—, nos faltan dos más. Observo a Natalia y Avery, ambas están hablando bajo, planeando tal vez con quien hacerse. —Quienes ya estén organizados —continua el profesor—. Por favor levante la mano y diga los nombres de su grupo. Inmediatamente levanto mi brazo, el profesor siente hacia mí. Mis amigos me miran confundidos. —Ya tengo mi grupo, señor MacGregor. —Dígame señor Tucker, ¿Quiénes son? —Hayden Becker, Chad Rowling, Avery Emerson y Natalia Mejia. —respondo. Las aludidas inmediatamente se vuelven hacia mí, con los ojos y boca abiertos. —Pero... —empieza a decir Natalia, pero es interrumpida por el profesor. —Correcto. —Escribe nuestros nombres en su Laptop—. Organicen su grupo por favor. —Idiota. —murmura Natalia. Mi sonrisa no deja de aparecer. Avery suelta unas risitas y se acerca hacia nosotros, los chicos ya están cada uno a mi lado, por lo que solo arrastran un poco sus asientos. Natalia aún permanece de espaldas, la veo tomar aire varias veces, muerdo mi labio para no soltar una carcajada y toco su hombro. —¿Necesitas una invitación, enana? —pronuncio el apodo que la molestó tanto. Me pregunto si princesita de fuego también la haría exaltarse de esa manera. —No, claro que no. —Se vuelve y sonríe—. Solo estaba clamando a los cielos, que por lo menos aparte de Avery y de mí por supuesto, hubiera alguien más con cerebro en el grupo, ya que contigo he perdido las esperanzas. —Ouch. —bromea Hayden. Le regala una de sus sonrisas comemierda a Natalia y murmura con su voz de galán—. No te preocupes, cariñito. He aquí un servidor del conocimiento. Tanto Chad como yo, levantamos una ceja ante la evidente acción coqueta de mi amigo. Me aclaro la garganta y anuncio: —Contrario a tus falsos juicios sobre mí, mi cerebro es una de las promesas de este colegio. —Me encojo de hombros restándole importancia—. Soy uno de los mejores promedios. Natalia resopla. —¿Y cuál es ese?, ¿dos punto cinco? —Cuatro punto ocho. —gruño. Hayden esconde su sonrisa. Chad niega con la cabeza. Sus ojos se abren por un solo segundo. La he impresionado, sonrío por eso. —No está mal. —reconoce a regañadientes—. Pero, yo soy aquellas de ver para creer. —Puedo mostrarte lo que quieras. —Sus ojos se estrechan y el fuego en ellos se revive. Avery suspira haciendo reír a Chad. —Eres un chico muy ansioso por mostrar sus... cosas. ¿Alguien no está recibiendo la suficiente atención? —Yo recibo toda la atención que necesito, y cada parte de mí también. —respondo. Las mejillas de Natalia se colorean, supongo entonces que sus pensamientos se dirigen a donde quiero llevarlos... a ciertas partes de mí. —No lo dudo, de alguna manera tiene que explicarse ese ego tan grande que tienes. Solo espero que tu ego no sea lo único grande. —Hayden y Chad no pueden evitar romper a reír. Yo solo me quedo contemplando la fuerza de esta chica, intentando con todas mis fuerzas no soltarme a reír también. —Oh, cariño... —empiezo pero soy interrumpido por el profesor. —Ya que todos los grupos están listos. Empezaré a repartir los temas. Señor Tucker, usted al organizar de primero su grupo, seguirán presentándose antes que los demás. —Camina hacia nosotros y nos entrega un papel—. Aquí está el tema que deben preparar para la próxima clase. Tomo el papel y observo el nombre y los conceptos secundarios. Ruedo mis ojos ante todo. Repito, odio la historia. —¿Qué tema nos corresponde? —pregunta Natalia. Se ve realmente emocionada por la clase y el tema. —El antiguo régimen. —Bien. —dice. Mira hacia Avery con una sonrisa—. Tengo los antiguos trabajos de mi colegio, todavía guardados en la laptop. Ese tema ya lo desarrollé en una clase de tema libre. —¡Estupendo! —susurra emocionada la pequeña duende—. Solo tenemos que decidir entonces donde nos reuniremos para preparar el resto. —En mi casa no podemos. Aún hay mucho que desempacar y todo es un caos. —No te preocupes Princesita —digo—, podemos reunirnos en mi casa. —No me digas princesita, idiota. —gruñe—. Pero gracias por ofrecer tu casa. —Bueno... ¿y ahora quien se encargará de qué? —Nos repartiremos responsabilidades en casa de Jeremy, Chad. —Vale. Eh ¿Avery? —Sip. —No puedo creer que Chad esté hablando con la chica. Miro sorprendido a Hayden, quien también espera a que hable de nuevo, ansioso. La pequeña duende lo contempla sin perturbarse. —¿Necesitas que alguien te lleve a casa de Jeremy? Yo puedo recogerte. Mierda. Por fin está dando el paso. —Oh. Es muy amable de tu parte, me encantaría. Natalia sonríe hacia los dos chicos. La observo por unos momentos, es linda, realmente linda. Además tiene ese acento curioso que la hace interesante y provocativa. Por lo que he escuchado, es latina y viene o de Venezuela, Ecuador o Colombia, según la manilla de los tres colores que lleva en su mano izquierda. Tiene un cabello hermosísimo, es de un castaño rojizo, cada vez que la luz toca su cabeza, algunos mechones se ven rojos, pero en la oscuridad se ve oscuro. Sus ojos, esos son los más impresionantes, me recuerda a al sirope de arce que le agrego a mis panqueques, así, de ese hermoso color. Es bajita, no tanto como la duendecillo de Avery, pero si mucho más que yo, tiene curvas en cada parte de su cuerpo, remarcando su ascendencia latina, una linda nariz y lo labios más provocativos del mundo. Son en forma de corazón y tan rosados que parece usará labial de color cereza. La campana me detiene de seguir estudiando a la chica nueva. Ella y su amiga se levantan rápidamente. Toman sus cuadernos y antes de que podamos decir algo, se marchan del salón. Hayden y yo nos volvemos inmediatamente hacia Chad. —No sé qué mierda me poseyó, pero lo hice y no me arrepiento. —defiende. —Ya era hora. Has estado mendigando su amor desde octavo grado. —murmuro. Su boca cae abierta, Hayden lo golpea y empuja. —Sí, idiota, ya sabíamos lo que sientes por esa nena. Ahora vamos, tenemos entreno. —No puedo creer que haya sido tan obvio. Idiotas, no saben lo que he sufrido. —gruñe y se aleja. Negando con mi cabeza, camino tras mis amigos hacia el campo de entrenamiento. Regreso a casa después de un fuerte entrenamiento. El entrenador Tyler, no escatima a la hora de querer hacernos sudar el culo. Y hoy no ha sido la excepción, ni siquiera por ser el primer día de clases. Realizamos un calentamiento extenso y luego un entrenamiento intensivo. —Cariño, no dejes tus cosas en la sala. —Hago una mueca y levanto la bolsa de entrenamiento que acabo de colocar en el sofá. Mamá se volverá loca donde sepa que no alcanzó a advertirme a tiempo. —Está bien, mamá. —Subo corriendo hacia mi habitación y arrojo la bolsa donde sea que caiga. Me limpio el sudor con una toalla y bajo a la cocina por algo de tomar. —Toma. —Mamá, que es el ser más noble y hermoso del mundo, me entrega una botella de agua y un sándwich. Le doy un sonoro beso y me dejo caer en la barra de la cocina—. Estaba pensando —Oh, oh. Cuando mi madre dice ese tipo de cosas, no son buenas ideas, especialmente para mí. Un hijo que no es capaz de decirle que no a su madre—. Serias el perfecto protagonista de la obra de teatro. —Mamá... —Según la canción, el novio de la chica es alto, fuerte, apuesto y muy cariñoso con ella. Eres perfecto. —Gracias por las flores, mamá. Pero sabes que lo mío no es la actuación, estaba pensando que sería no sé, ¿el asistente de la genial directora? —Es demasiado fácil. Además la directora —Se señala a si misma—, ya tiene su asistente. —¿Quién es el afortunado? —Afortunada, y aun no lo sé. La madre la apuntó el domingo durante el servicio. —Pobre. —Mi madre hace una mueca—. No lo digo por ti mamá, eres genial. Me refiero es a que no me gusta que tomen decisiones por mí, y apuesto lo que sea a que esa chica no lo sabe. —Espero que no sea así. No me gustaría incomodar a nadie. —dice. Lava unas manzanas y las deja en la cesta de la cocina. —No podrías, aunque lo intentaras, incomodar a alguien. Eres el ser más maravilloso que conozco. —Aw, cariño —Se acerca y acaricia mi mejilla—. Eres un buen hijo, el señor nos ha bendecido con un hijo como tú. —Recuerda eso siempre que estés a punto de castigarme. Soy una bendición. Ríe y niega con la cabeza. —Ve y dúchate, hueles horrible. —Es el olor a hombre, mamá. A hombre. —Bromeo. Termino mi merienda y subo para obedecer a mi madre. Cuando termino de lavar el trabajo del día y me visto con algo cómodo. Bajo para ayudar a mi madre en la iglesia. La cual queda a solo una vuelta de esquina. Al llegar, los chicos ya están allí, mamá los saluda y nos permite entrar. Vamos hasta el pulpito y por la siguiente hora ayudamos a ubicar las cosas de tal manera que todo se pueda ensayar y aun así poder realizar el servicio. —Mamá, déjame ver la lista de los voluntarios. —Teno curiosidad por ver a quienes han obligado sus padres a participar y quienes se han ofrecido a hacerlo. Leo nombre tras nombre, algunos veo sus padres son quienes lo han inscrito, pero la mayoría a participado por iniciativa, llego a la parte del asistente de mamá y leo dos veces el nombre. —Oh mier... —Aclaro mi garganta cuando mi madre me mira acusadoramente—: miércoles. Ahí, en una letra que no podría ser de ella, el nombre de Natalia Mejia Duran, me sonríe. Mi propia sonrisa se dibuja también y pienso para mí mismo que: Esto será jodidamente divertido. —Mamá. —exclamo más fuerte y emocionado de lo que debería, por lo que mi madre se sobresalta y deja caer un jarrón—. Lo siento. Suspira y me mira. —Una bendición —dice para sí misma. Me rio—. Dime, Jeremy ¿Qué sucede? —Creo que sí quiero participar de la obra. —¿En serio? —pregunta entusiasmada. Me siento un poco mal por utilizar algo que realmente le importa para fastidiar a una chica. Pero este papayazo no lo puedo dejar pasar. —Si. —Que bien cariño, ya verás cómo nos vamos a divertir. Ya lo creo madre, ya lo creo. Sonrío y ante la mirada confusa de mis amigos, continúo ayudando a mi madre. Ay Natalia, no sabrás lo que te golpeó, cariño. _____________________________________________________________________________ No imaginan las cosas divertidas que vienen. Éste par se han declarado una guerra no oficial, pero bueno... Espero disfruten de cada capitulo. Besos y saludos. 
Lectura gratis para nuevos usuarios
Escanee para descargar la aplicación
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Autor
  • chap_listÍndice
  • likeAÑADIR