4. El palacio dorado

2228 Palabras
El tiempo estaba cambiando, los días se sentían más cortos y fríos, las noches más largas y heladas, que anunciaban la pronta llegada del invierno, debíamos apresurarnos si quería llegar a tiempo a la boda. Folken no me lo perdonaría si le fallaba. Llegamos hasta el pueblo de los pescadores y nos proporcionaron caballos, monturas y comida. Bastaba con mencionar que su princesa necesitaba de su ayuda, para que varios de ellos ofrecieran su apoyo, aún así, aunque no quisieran aceptar un pago se les recompensaba de buena manera, le dije a uno de los guardias que en cuanto llegáramos a palacio, debía mandar de regreso los animales y llevar despensas y una compensación en agradecimiento a su servicio. Sin su invaluable asistencia, no habríamos llegado a tiempo. El camino lo pasamos en su mayoría en silencio, tratando de mantener el paso firme y no sufrir retrasos. Mis pensamientos se centraron en mi visión, el palacio en llamas, mi hogar. Pero como? Vencimos al ejército de mi tío, la poca fuerza que le quedaba era un par de cientos de hombres que se encuentran regados por la nación, si bien podrían aterrorizar a los pueblos, no tenían la fuerza para tomar las grandes ciudades, ni mucho menos el palacio dorado. Esto era un problema, tal vez había un segundo batallón? calculamos mal a sus seguidores tal vez? Cada idea me parecía más descabellada que la anterior. Y si tiene apoyo de alguien más? Un traidor entre nosotros.. Sacudí la cabeza, eso era aún más improbable que todas mis teorías combinadas! Los lores y duques habían mandado a sus reclutas incluso a sus herederos para defender a su rey. Eran muy leales. O al menos eso pensaba. Tenía que investigar más sobre este asunto, lamentablemente sólo tendría un par de días antes de que nos alcanzara mi premonición. Y para empeorar las cosas nunca he logrado cambiar el futuro. Había fracasado inclusive con cosas muy triviales. Pero no podía permitirme fracasar ahora. Debía defender mi hogar. Suspiré fuertemente. Tenía un dolor de cabeza mortal, producto del cansancio y de darle vueltas al asunto. Traté de despejar mi mente y para mi buena suerte, me di cuenta que ya estábamos llegando a las tierras de ciudad capital. Ver a mi gente feliz y la imagen imponente del palacio dorado a lo lejos me hacían sentir orgullosa y en calma. Un par de patrulleros nos saludaron en las puertas de la muralla, dándonos acceso y bendiciendo nuestro camino, fue cuando noté que Vesper había estado muy callada. “Que te sucede? No has dicho más de 5 palabras desde que dejamos el pueblo de los pescadores”. Pregunte mientras me acercaba a ella, mi caballo se pegó al suyo y de inmediato alzo la vista, lucía desconcertada. “Lo siento, que?” Alzo una ceja. Me exaspero su reacción. Como si la hubiera atrapado haciendo algo indebido. Seguí la primera cosa que me dijo mi instinto. “Vesper que te sucede? Me estás ocultando algo?” Abrió la boca en shock, claro, tengo años de conocerla, de ser mejores amigas, no me puede esconder nada, y menos cuando está tan distraída. “Yo.. no se de que hablas”. “Has estado así desde que salimos del pueblo.. tiene algo que ver con la boda?” Desvió la mirada de inmediato, solté un gruñido molesta, abrió su boca para hablar cuando nos alcanzaron varias escoltas de palacio, cerró de nuevo la boca, me supuse que era la bienvenida para el gran evento de la noche, apenas y habíamos logrado llegar a tiempo, estábamos comenzando a cruzar los hogares en los límites de la ciudad, varios puertos comerciantes y de cultivo se observaban a nuestros lados, el capitán de la escolta me saludó, era un buen amigo mío Haakon, hijo de mi tío el general. “Bienvenida princesa Ilenia, estamos aquí para escoltarla, sabemos que su viaje fue largo, desean pasar a alguna posada para que puedan descansar, asearse y comer antes de llegar a palacio?” Dijo bajando de su caballo con una voz muy varonil y galante, si no lo considerara familia y no fuera el mejor amigo de Folken, admitiría su gran atractivo, era una versión joven de su padre, con ojos verdes y una mirada dulce, con un cuerpo de infarto, gracias a los años de entrenamiento. Las chicas en la ciudad se volvían locas por el, claro después de mi hermano. “Gracias Capitan, acaso insinúa que lucimos muy mal?” Una media sonrisa apareció en su rostro. Por un momento me pareció ver a Vesper poniéndose muy tensa, pero luego comenzó a reír por lo que pensé que lo había imaginado. “Para nada, simplemente sigo órdenes del rey, en unas horas iniciará la ceremonia, y ya han llegado la mayoría de los invitados, se está llevando a cabo una comida en la terraza con la nobleza, mientras se prepara el gran salón, y su presencia es requerida”. “Mis hombres quieren llegar a casa con sus esposas, debemos mandar notificaciones a las familias de nuestros compañeros caídos, el día de mañana iré personalmente a visitarlos para dar nuestras condolencias y se les dará una generosa compensación. No tengo intenciones de descansar hasta llegar a palacio, regresa con el rey y discúlpame con los lores, estoy muy cansada para lidiar con diplomacia en esa comida, procuraré estar lista para la boda” respondí haciendo andar mi caballo, Haakon me miro con una expresión llena de conflicto, para luego mirar a Vesper, quien se encogió de hombros, continuamos el camino pero por respeto nuestra guardia tomó un poco de distancia, era claro que la conversación no les incumbía y no interrumpirían de ninguna forma. “Debo suponer que no le informaste a Ilenia de la importancia de su asistencia Vesper?” Arrastró cada palabra de manera acusatoria. Comencé a molestarme más, Vesper tenía que informarme algo y no lo hizo. Que diablos?! “A un lado de nuestra amistad, confío en que si tienen algo importante que comunicarme lo harán sin rodeos, no importa si son malas noticias! Soy su princesa, y su compañera de batallas, ustedes me responden a mi! Así que díganlo ya!” Les ordene con fuerza, Haakon suspiro y movió la cabeza. Vesper adelantó su caballo y lo atravesó frente al mío, su mirada llena de culpa. “Lo siento Ilenia, Folken sabía que tenías que llegar con él a palacio porque.. Tu padre elegirá un prometido para ti..” Ah.. Traté de mantener mi compostura, abrí bien los ojos y los observé a ambos. Ellos cruzaban miradas esperando mi reacción. “Tenía que decírtelo desde hace una semana, Folken no había tenido el tiempo, y debido a su situación pensó que sería mejor que yo te lo dijera, para ayudarte a digerir la noticia” Haha en vez de una semana para hacerme a la idea, solo tengo un par de días? Horas? No me molestaba que Folken ya lo supiera, de primera mano sabía que estuvo muy ocupado con Blas, trazando el plan de batalla. No eran las mejores noticias y se tiraron unos a otros la responsabilidad de decírmelo. Al final se resumía en esto: Mi padre estaba preocupado por mi, ya antes había tocado el tema, haciendo referencia a que era lo que mi madre siempre quiso, verme felizmente casada, con alguien que me cuidara, que me tratara bien y formar una familia. Curioso porque nunca mencionaron amor. El matrimonio de mis padres fue arreglado, no era como si se odiaran o se opusieran a la idea, simplemente eran indiferentes, vinieron los tiempos oscuros y la incertidumbre de un futuro los conectó de una manera profunda, aunado a la llegada de Folken y mía. Supongo que mi madre creía que el amor nacía de las circunstancias correctas, y creo que hasta cierto punto yo pensaba lo mismo. No era mi prioridad casarme con alguien porque no quería atarme a una vida en casa, bailes reales e hijos. Yo deseaba una vida llena de aventura, proteger a mi pueblo, conocer nuevos lugares, viajar. Me imaginé que eventualmente me casaría con algún lord, no tenía preferencia por nadie en especial, solo quería que fuera una persona fuerte, inteligente, leal. Solo pedía eso. Al parecer me cortaron el tiempo, y esta comida sería un show de quien es mejor, yo siendo el premio mayor, y los competidores harían su mejor esfuerzo para mostrarle al rey porque debían ser elegidos. A menos que.. les muestre que realmente no se llevarán un premio.. Con esta idea podría aplacar la urgencia de encontrarme un prometido en este tiempo. Hablaría con mi padre y lo haría entender que lo mejor sería esperar un par de años más. “Ilenia, tu padre mandó vestidos para ti y Vesper, creo que sería mejor que se asearan, hueles a muerte y aún están cubiertas en sangre y lodo” “No haré tal cosa” Ambos alzaron sus cejas en shock. Vesper soltó una risa nerviosa. “Si tanto quieren encontrarme un prometido será mejor que conozca bien a su princesa”. “Bueno. Solo dile al rey que rogué que te pusieras el vestido” soltó Haakon riendo a carcajadas. “Vesper para la próxima dímelo de inmediato, no se que reacción esperabas de mi, pero odio que me ocultes cosas, está bien?” “Entendido, lo siento” contestó suavemente, asentí con la cabeza y les ordene apresurar el paso, de repente estaba ansiosa por llegar y aparecerme en la comida exactamente como estoy en estos momentos, se que a mi padre no le gustará, pero al menos su humor se mejorará en la noche cuando estemos en el baile. * Llegamos a los establos de palacio di un par de instrucciones más y comenzamos a caminar hacia la terraza, Haakon lucía muy bien, con su armadura dorada bien pulida, peinado estilizado, pero de nuevo, el siempre se veía muy atractivo, incluso cubierto en sangre, su rostro seguía salvándolo, mientras la armadura de Vesper y mía, que en algún momento también fueron doradas, ahora estaban manchadas de lodo y sangre seca, abolladas, y ni hablar de nuestros peinados, mi cabello estaba trenzado habilidosamente en varias partes, para evitar que tomaran ventaja en batalla, tratando de alármelo o restringirme, debo admitir que lucía hermoso al inicio, pero dudaba que en este momento fuera así, solo podía imaginarme que era un reflejo del cabello de Vesper, y el de ella parecía un nido de aves, aunque se disimulaban las manchas gracias a que su cabello es n***o, con mi rubio debían sobresaltar sobre todo lo demás. Cuando llegamos a las puertas de la terraza, Haakon dio la señal para que fuéramos presentados, habíamos reído por buena parte del camino, apostando en las reacciones de los asistentes. El consejero de mi padre llamado Milo abrió la puerta con una gran sonrisa que de inmediato fue reemplazada por una cara de espanto en cuanto nos vio, debo admitir que este momento valía todo El Oro del mundo. Nos reímos otro poco, Haakon y Vesper controlándose mejor. Yo no pude evitar disfrutar de mi grandioso humor. Milo dio la vuelta hacia afuera y abrió las puertas para darnos acceso mientras nos anunciaba, primero paso Haakon con casco en mano sonriendo y saludando, luego entró Vesper quien detonó que un par de personas tosieran nerviosamente. Tome aire y con una gran sonrisa salí caminando de la manera más segura y orgullosa que jamás había sentido, y tal y como esperaba se detonaron miles de murmullos y más tos por parte de los invitados. Hice una reverencia sin concederles muchos segundos de mi atención y camine hacia mi lugar a un lado de mi padre y Folken. Folken no se veía molesto, incluso podría jurar que lo escuché reírse, para luego cambiar a una expresión neutral, y mi padre.. bueno el solo me había observado así el día que se enteró que Blas estaba entrenándome en secreto. Decepcionado. No le tome mucha importancia, de todas formas él quería casarme en contra de mi voluntad sin antes hablarlo conmigo, él ya me había decepcionado primero. Luego noté algo que no esperaba, un nuevo rostro en la mesa. A todos los duques, lores y personas de la nobleza los he conocido a lo largo de los años, por negocios y eventos sociales al menos me los han presentado una vez. Pero este hombre, emitía una aura de poder y respeto, estaba vestido impecablemente, y era tan atractivo que me hizo arrepentirme por un momento mi elección de vestimenta. Él tenía sus ojos puestos en mi de manera diferente a los demás, también se le veía que se estaba divirtiendo con la situación. Desvíe la mirada rápido. Por alguna razón se me hizo conocido, pero no podía recordar porque. “Bienvenida hija mía, le agradezco a los dioses que permitieron que regresaras sana y salva a casa, y a tiempo para la celebración de la boda de tu hermano”. Dijo mi padre con un tono de voz algo fuerte como para que todos escucharan. Me acerqué primero a abrazarlo pensando que me diría algo al oído pero se limitó a solo besar mi mejilla, acción que me sorprendió, pero que agradecí. “Gracias padre, es bueno estar en casa”
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